El Estado laico mexicano es resultado de nuestra historia que mantiene su vigencia en la vida democrática de México.
En el marco del Bicentenario de la Independencia Nacional y Centenario de la Revolución Mexicana tenemos que impulsar la defensa de la laicidad. Es por eso que hemos propuesto, de manera plural, elevar a rango constitucional la república laica.
Frente a los intentos de desmantelar el laicismo por parte de las fuerzas de derecha y de la jerarquía eclesiástica tenemos el compromiso ético de salvaguardar el Estado de derecho laico y democrático.
Por ello hemos propuesto incorporar el concepto laico a la Constitución General de la República mediante reformas a los artículos 40 y 115 constitucionales para definir al Estado y al régimen municipal como laicos.
En los documentos básicos de nuestro partido se establece que la república debe ser laica, como un concepto que defiende la libertad, la soberanía, la democracia y la justicia social.
El origen del laicismo está en la idea de que la soberanía radica en el pueblo y no en los dioses o monarquías, como lo establece la ley fundamental.
En la Reforma, Juárez y su generación consagran los principios históricos del Estado laico en la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma, que precisamente acaban de cumplir 150 años de su promulgación.
La Constitución de 1917 fortalece y amplía los valores laicos en el país.
Laicidad no es sinónimo de antirreligiosidad, sino, al contrario, es la garantía para la libertad de creer o no creer, sin que nadie sea perseguido por su forma de pensar.
La derecha en México, derrotada históricamente, no deja su intento de desmantelar los principios básicos del Estado laico y mediante una campaña permanente quisiera reescribir la historia nacional.
Por eso pensamos que en este año en que se conmemoran nuestras gestas históricas de la Independencia y la Revolución, al lograr elevar a rango constitucional la república laica estaríamos cerrando el círculo virtuoso de la laicidad en el país.
En el siglo XXl se han ampliado propuestas trascendentales a los principios históricos de la república laica.
Entre estos valores esenciales se encuentran la salvaguarda de la educación laica, democrática, gratuita, científica y ajena a prejuicios religiosos; la libertad de creencias y de cultos, la soberanía que reside en el pueblo, la democracia con justicia social, la primacía del poder civil, la no intervención en asuntos políticos de las iglesias, los derechos humanos, la equidad de género, la investigación científica que abre nuevos horizontes, la defensa de la pluralidad y la diversidad religiosa, política, étnica, sexual, filosófica y social.
“El triunfo de la reacción es moralmente imposible”, sentenciaba en el siglo antepasado Benito Juárez.
Nuestro compromiso es traer su pensamiento y obra al siglo XXl.
Las claves contemporáneas de la laicidad tienen que ver con el desarrollo integral del ser humano y de la colectividad.
En la actual lucha ideológica nuestro partido se mantiene en la vanguardia de la defensa del Estado laico.
“LA DEMOCRACIA ES LAICA O NO ES DEMOCRACIA”.
