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¿Es que la Universidad Católica de Murcia no es muy de la Iglesia?

Ha trascendido al conocimiento público que el obispo de la Diócesis de Cartagena, y a la sazón Gran Canciller de la UCAM, ha recurrido los Estatutos de su Universidad ante la Comunidad Autónoma de Murcia, en manifiesto desacuerdo con los mismos, ya que reconocen la titularidad de la misma a la Fundación San Antonio, o sea al condecorado laico Mendoza.
 

Hecho que es considerablemente significativo de la lucha de poder y de propiedades que se empieza a generar en el Monasterio de Los Jerónimos, sede de la Institución Universitaria, que al parecer no está muy católica, por el contencioso que no ha hecho más que asomar entre el Obispado, o sea La Iglesia, y el jerárquicamente ensalzado “laico Mendoza”, al que han “engordado” en honores, distinciones, primeros puestos, y por qué no decirlo, en dinero –aunque este no se lo han dado, se lo ha ganado, con la industria universitaria que montó, bajo paraguas eclesiástico, pero que no está dispuesto a compartir, ni con la misma Iglesia, que aunque reconozca como Madre, la observa como madrastra-.
Y es que mal acaba lo que mal empieza, desde el origen, este proyecto eclesiástico es una mezcla de medias verdades, donde la Iglesia no ponía un duro, sólo la cesión del Monasterio de Los Jerónimos, que Mendoza hubo de arreglar, y todo el resto del tinglado académico lo puso éste. Como quiera que la Diócesis cedió en casi todo desde el principio, y el mercader Mendoza era el único que arriesgaba económicamente, apenas le apretaron las clavijas, y lo dejaron hacer…, si bien la erección de la Universidad era eclesiástica, su gestión se cedía por 50 años a la Fundación San Antonio, de Mendoza, con una obligación de pago periódico de un canon por alumno a la Diócesis, que cuando los diferentes obispos se lo recordaban, el benemérito Mendoza no se quedaba mudo en argumentar el dinero que le había costado arreglar el Monasterio y poner en marcha la Universidad, a lo que el obispo de turno acababa claudicando y callando.

El devoto Mendoza
De tal manera que el devoto Mendoza seguía ampliando su negocio y sus dominios, incluidos los terrenos regalados por la Corporación Municipal Murciana gobernada por el PP, y así allí parece que sólo queda de la Diócesis lo que resulta ser el Templo del Monasterio de Los Jerónimos, ya que el resto es de la Fundación San Antonio, la misma que finalmente ha colado unos Estatutos de la Universidad en la Comunidad Autónoma, que según parece, sin empacho alguno hace suya la Institución Universitaria de la Iglesia, que esta cedió por un largo periodo de tiempo a la Fundación. De ahí que el obispo se haya visto en la desagradable situación de tener que recurrir los Estatutos a su distinguido fiel Mendoza, al que no le habrá gustado nada la acción del prelado, que esperemos no tache de masón. Pues ya sabemos su fácil recurso a la descalificación de dicha tipología, que para el benemérito cristiano, es algo poco menos que demoníaco.

Malas reacciones
Y es que siempre que se le han cantado las cuarenta, a este histriónico personaje, ha reaccionado de mala manera, amparándose en la sotana, identificando cualquier crítica con un ataque a la Iglesia, ahora no podemos imaginarnos qué dirá, cuando es el obispo quien tiene que enmendar una nueva audacia suya. Pero en fin, esto es como lo del sacristán aquel que de tanto limpiarle el polvo al santo le perdió el respeto. Pues tantas audiencias romanas, tantos congresillos, honores y agasajos, le han hecho un flaco favor a la humildad natural de Mendoza, que de suyo ya era un tanto escasa.

Incógnitas por resolver
¿Mantendrá Mendoza, cristiano multiconfeso y condecorado, un contencioso contra la Iglesia Diocesana, frente a un obispo que ha insinuado que lo trajo él mismo?.

¿Tendrá valentía el obispo Reig Pla de poner a Mendoza en su sitio, evitando que siga ganándole ventajas, y que le marque la agenda de la Diócesis con su omnipresencia, y omnipotencia económica?.

¿Realmente le hacía falta a la Diócesis, la existencia de una Universidad gestionada de forma sui generis por un laico, como un auténtico negocio privado, sin apenas participación del resto de la Iglesia Diocesana y Regular?.

Ya sabemos aquellas duras frases evangélicas: si tu ojo es ocasión de pecado, arráncatelo…. ¿Se cortarán por lo sano aquellas actitudes antievangélicas, que llaman a escándalo de creyentes y gentiles?, o ¿seguiremos con la doble moral, el doble rasero, y la hipocresía de los “paños calientes”, del disimulo, y el interés..?

¡Que el Señor nos pille confesados….!

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