“No sólo hace falta pedir perdón, sino actuar sobre hechos concretos”, señaló el ex cura Roberto Killmeate sobre el “compromiso” entre la Iglesia y la dictadura.
El mismo día que se conoció la sentencia por el asesinato del obispo Enrique Angelelli se cumplió un nuevo aniversario de otro crimen de la dictadura cívico-militar contra sacerdotes tercermundistas. Son 38 los años que pasaron de la llamada Masacre de San Patricio, ocurrida el 4 de julio de 1976. Un hecho que continúa impune.
El juzgado también sigue la pista de que el crimen fue una venganza de la Policía Federal por el atentado sufrido en Coordinación Federal dos días antes. En las paredes de la Iglesia de San Patricio, apareció junto a los cuerpos la inscripción "Por los camaradas dinamitados en Seguridad Federal". Esa misma semana se produjeron al menos tres fusilamientos como represalia, por lo que los investigadores solicitaron al juzgado de Daniel Rafecas copias de las autopsias de esos hechos para compararlas con las existentes de los religiosos.
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