La Congregación para la Doctrina de la Fe que Benedicto XVI dirigió durante más de dos décadas difundió ayer un documento en el que defiende "el deber y el derecho irrenunciable" que tiene el católico a pedir a otra persona, "en plena libertad, que conozca y ame a Cristo".
El sucesor de Ratzinger al frente de la congregación, el cardenal William Joseph Levada, presentó el texto, en el que se rechaza que "los intentos de convencer a otras personas en cuestiones religiosas sean un límite a la libertad". El documento advierte de que "la evangelización puede progresar con el diálogo y no con el proselitismo", pero aclara que cuando un cristiano no católico pide entrar en la Iglesia de Roma lo hace "guiado por el Espíritu Santo".