Desconfían de los partidos políticos pero participan en el espacio público mediante otros mecanismos (manifestaciones y firmas de peticiones). Su distanciamiento de lo religioso es cada vez más evidente: un 47% no se considera católico y el que sí reconoce no ser practicante. Mientras que la familia aparece como referente esencial en sus vidas y también como aspiración, así lo refleja un 87% de los entrevistados.
Entre sus preocupaciones aparecen en primer lugar la inmigración, seguida de la vivienda y el paro, y creen que los principales problemas de España hoy son, por este orden, el desempleo, la vivienda y el terrorismo. Son optimistas con el control de enfermedades y la igualdad de género y más pesimistas con respecto a la pobreza y los conflictos bélicos.
Les interesan las noticias de medio ambiente, internacionales y científicas; les inspira confianza los médicos, científicos, ingenieros y maestros. Las universidades, colegios y oenegés aparecen como las instituciones mejor valoradas. La mitad practica un deportes aparte de estudiar y los conciertos y las excursiones encabezan las aficiones en sus tiempo libre.
No eligen por vocación
En la enseñanza universitaria coexiste un importante colectivo de estudiantes que cursan carreras que no deseaban estudiar. Suman cerca del 30% de los universitarios de segundo ciclo a los que les queda dos años para acabar la universidad e incorporarse a la vida laboral. Su elección estuvo motivada por la imposibilidad de matricularse en lo que más les gustaba -no les daba la nota o fue recomendada por sus padres- o por puro pragmatismo -buena salida laboral-. En el caso contrario se encuentra una mayoría de universitarios (67%) que eligieron sus estudios superiores por vocación, lo que influye en el alto nivel de satisfacción que profesan en la actualidad por su licenciatura, según se desprende del estudio de la Fundación BBVA.
