Primeras reacciones ante el documentos de la Conferencia Episcopal publicado ayer.
Los teólogos consultados por este periódico no habían visto aún el documento hecho público anteayer por la Conferencia Episcopal; por eso fue necesario comentarles su contenido antes de que tuvieran acceso a un texto que tachan de «muy agresivo, con un tono airado caracterizado por la desmesura y contrario a la corrección fraterna que manda el Evangelio». Así habla Juan José Tamayo, uno de los teólogos que los obispos han puesto en la diana de sus iras y cuya incredulidad iba en aumento conforme iba conociendo algunas de las frases de la 'Instrucción pastoral'.
«Se vuelve a condenar a los teólogos condenados», añade. Le sorprende no encontrar «ni una sola aportación positiva, cuando algunos han hecho un esfuerzo de reflexión crítica y creativa que intenta responder a los grandes desafíos de nuestro tiempo». Incide en el lenguaje «antiguo, poco abierto, muy lejos del espíritu dialogante del Concilio Vaticano II, que instó a ejercer la función crítica, y más cerca de las condenas del 'Syllabus' de Pío IX y del 'Lamentabili' de Pío X».
Tamayo, citado en la nota 90 del documento y en referencia a una de las acusaciones, considera que «más causantes de la pérdida de la fe son prácticas de la Iglesia católica contrarias a los derechos humanos y formulaciones doctrinales que reducen el cristianismo a pura ortodoxia y descuidan su dimensión liberadora». El teólogo no olvida agradecer a los medios de comunicación «que respeten la libertad de expresión para los teólogos a los que se les niega dentro de la Iglesia».
Tamayo mostró su desagrado ante frases como la que les acusa de ser «sombras que oscurecen la verdad sobre Jesucristo»: «Es una descalificación tan gruesa como infundada».