El agente Antonio Reyes, que llevaba 37 años en la policía, perdió la vida intentando auxiliar a un conductor.
«Se merecía la de oro». La observación que hizo en privado un compañero de Antonio Reyes recién concluido su funeral comienza a hacer eco entre los muros de la Comisaría Provincial de Málaga. Sobre todo en el entorno más cercano al agente, donde la sorpresa que supuso oír por megafonía que el Ministerio del Interior le concedía la medalla de plata al mérito policial a título póstumo ya es indignación. Tanta, que el Sindicato Unificado de Policía (SUP) anunció ayer que recurrirá la orden ministerial para que se le conceda la de oro, la máxima condecoración de la Policía Nacional que hasta no hace mucho protagonizó una intensa polémica que llegó hasta la Audiencia Nacional por adjudicarse a la Virgen del Amor.
«Nos parece tremendamente injusto y vamos a luchar hasta el final para que la autoridad rectifique lo antes posible y le den la de oro», advierte el secretario general del SUP en Málaga, Manuel Expósito. El dirigente sindical, que no ha parado de recibir quejas por parte de los compañeros del agente fallecido, se pregunta qué más requisitos hacen falta para que Antonio Reyes reciba todos los honores: «Parece que todos están de acuerdo en que ha dado lo mejor de sí durante los 37 años que ha pertenecido al cuerpo, que patrullando las calles a los 60 años era un ejemplo para cualquier policía y que perdió la vida intentando auxiliar a un conductor. ¿Qué más hace falta?».
Expósito espera que en la respuesta no haya un argumento económico –la medalla de oro supone una pensión vitalicia del 20% del sueldo para la viuda y las de plata, del 15%–, «ya que lo que aquí priman son los méritos».
Según la Ley 5/1964, de 29 de abril que regula el ingreso en la orden del Mérito Policial, para la concesión de la medalla de oro o de plata es necesario reunir varias condiciones que en este caso se limita a la ambigua opción a): «Resultar muerto en acto de servicio o con ocasión de él, sin menoscabo del honor; ni por imprudencia, impericia o accidente». Ni el Ministerio del Interior, ni la Dirección General de Policía ni la Comisaría Provincial de Málaga explicaron ayer a La Opinión de Málaga por qué se le ha concedido a Antonio Reyes la medalla de plata y no la de oro, tampoco la línea que separa a una de la otra.
