Así queda reflejado en la carta enviada ayer al Gobierno, firmada por los máximos representantes de la comunidad evangélica, Mariano Blázquez, la islámica, Riay Tatary, la judía, Jacobo Israel, y la adventista, Rafael Calonge.
«Los muertos son de distintas religiones o de ninguna», argumentó ayer el secretario ejecutivo de la federación de entidades protestantes, Mariano Blázquez, para añadir que «es lamentable que un Estado que presume de ser aconfesional organice un funeral católico». «Se llenan la boca con la palabra integración, pero este era un momento ideal para demostrarlo», lamentó Blázquez.
AFORO PARA 3.500 PERSONAS
A diferencia de los funerales por las víctimas del atentado contra las torres gemelas de Nueva York, donde estaban representadas todas las religiones, el Gobierno de España ha optado por una celebración católica. Los oficios religiosos empezarán a las 12.30 horas en la catedral de La Almudena, preparada para acoger a 3.500 personas.
El Gobierno ha cursado una invitación oficial para 10 familiares de cada una de las víctimas mortales pero no todos podrán entrar en el templo. Unas pantallas gigantes en la plaza de la Armería permitirán el seguimiento desde el exterior. Algunos han rechazado la invitación. La Cadena Ser recogió ayer el testimonio de una mujer que perdió a sus dos hijos y aseguró que no compartiría su dolor con el primer ministro británico, Tony Blair.
Las inmediaciones de la catedral de La Almudena registraron durante todo el día de ayer una actividad frenética. Mientras las distintas cadenas de televisión preparaban sus equipos técnicos, la policía desplegaba ya su impresionante dispositivo de seguridad.