Parece que los concursos de misses en EEUU no pueden sobrevivir ya si no van acompañados de alguna controversia, aunque sea superficial o forzada. Lejos de debatirse el fondo de estos concursos, desde hace tiempo denunciados por sus críticos como herramientas de explotación o denigración de la mujer, ahora EEUU se ha sumergido en una discusión regada de moralina y racismo sobre la flamante campeona del título Miss EEUU, Rima Fakih.
Fakih, la primera árabe-estadounidense musulmana que consigue la corona, se ha enfrentado desde su victoria del domingo a los comentarios despectivos de algunos bloggers conservadores y ultras como Debbie Schussel, que ha llegado a definirla como «Miss Hezbolah» y ha llegado a asegurar, sin pruebas, que tanto su familia como su carrera como modelo y concursante de belleza están vinculadas a grupos terroristas, un extremo que ayer negó a Efe la hermana de Fakih desde el Líbano.
«DISCRIMINACIÓN POSITIVA» / Daniel Pipes, que fue designado por George Bush para el Instituto de la Paz, ha escrito un post denunciando que la victoria de Fakih, sumada a las de otras cuatro modelos musulmanas en cinco concursos en EEUU y el Reino Unido en los últimos cinco años, supuestamente demostrarían que hay «discriminación positiva» de las candidatas musulmanas.