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El PRI por el voto evangélico

COMENTARIO: Desde el Observatorio del Laicismo venimos defendiendo la estricta separación de las iglesias (religiones) y el Estado, sea de una forma u otra, presencia de autoridades en actos religiosos, procesos electtorales, simbología, religión en la escuela,… Y en concreto, en el caso de México, con su reforma constitucional, la visita de Ratzinger, el actual proceso electoral y el uso de la religión por parte de los candidatos,… 

Lo curioso es que un analista católico no haya dicho nada cuando los católicos han sido los beneficiados de esta "buena" relación entre políticos o Estado con la iglesia católica, y ahora levante su voz, con toda razón, por la connivencia de los políticos con las iglesias protestantes. Sólo pedimos coherencia: separación iglesias Estado, siempre, no cuando convenga.


Cuando se trata de elecciones, todo se vale. No importa con quién hay que negociar y los principios a involucrar, sea con Dios o con el diablo, París bien vale una misa, o lo que es lo mismo, el estado laico bien vale unos votos.

Los candidatos recurren a quienes aglutinan grupos importantes a pesar de las limitaciones en las disposiciones constitucionales y legales. Los ministros del culto están impedidos para intervenir en política partidista, oponerse a las leyes de la República e inducir el voto. En este proceso electoral ha destacado la pasarela de candidatos a la presidencia ante los obispos católicos de México; sin embargo, otros grupos religiosos han tomado opción por algún candidato ofreciendo oraciones y sufragios por su victoria. En las últimas semanas, pastores de las iglesias evangélicas se han sumado a la campaña del candidato del PRI o bendecido al del PRD, invitando a otros cristianos a unirse a la causa por el bien del país.

Mientras los laicistas ven con lupa las actividades de la Iglesia católica en política y se aprestan a denostarla amenazando con las denuncias ante las autoridades judiciales o administrativas, aparece el activismo político evangélico que pasan de largo o pretenden ignorar ante actos evidentes que violan los principios de separación del Estado y las iglesias. Evangélicos han optado por la política activa con el fin de ocupar puestos de poder e influencia en los ámbitos gubernamentales y, sobre todo, para implorar el triunfo del candidato del PRI. Su activismo ha llevado al planteamiento de objetivos cuya fuente es el poder divino, invocando la unión de todas las iglesias evangélicas y de los cristianos para incidir en la política y realizar lo necesario para atar a los espíritus inmundos que han dividido al Pueblo de Dios.

En pleno proceso electoral, evangélicos de México han organizado simposios y cumbres para que los líderes “levantados por Dios” se unan en un propósito: una cruzada para transformar la política. En la cumbre de “Apóstoles de la Política y del Buen Gobierno”, realizada en Puebla a principios de mayo, 44 líderes evangélicos pertenecientes a distintas iglesias y congregaciones firmaron una especie de manifiesto titulado “Las palabras de recibidas de Dios para los apóstoles de la política y el buen gobierno”, cuyo contenido es una invitación clara para intervenir en política, “dado que Dios ha permitido el deterioro de las libertades y de la influencia en el gobierno y en la sociedad para abrir los ojos y revelar que un Reino dividido –aún el de los cielos en la tierra- no prevalecerá porque es Palabra del Dios Eterno y tiene que cumplirse”. Los convocantes, asociaciones civiles y agrupaciones evangélicas como Unánimes por México y Voces de México, debatieron el papel de las iglesias ante el gobierno y el tipo de política a impulsar como labor ministerial. El poder viene de lo alto porque Dios quita y pone reyes y gobernantes pero, sobre todo, los evangélicos trazaron un proyecto común para colaborar con el próximo presidente, desde la unidad, y lograr la prosperidad de México.

Convencidos de este proyecto, afirman que su principal obligación es hacer conciencia y “aunque trabajemos cada quien por el Partido político de nuestra preferencia o por la personalidad que como candidato nos agrade, tengamos la humildad para comprender que Dios quita y pone reyes o gobernantes y que una vez electo el que el Padre eligió, debemos unirnos todos los líderes que fueron usados por Dios para prevalecer y juntos orar por el nuevo gobierno y colaborar en todo, con los líderes enlace con el nuevo gobernante para el despegue de nuestro país en el desarrollo, la prosperidad y la bendición de Dios”.

Y parece que esos líderes han tomado partido. Una de las firmantes de la declaración de Puebla es Rosario Brindis, diputada federal, activista evangélica y enlace de asuntos religiosos en la campaña del candidato del PRI. Mujer temerosa de Dios y fervorosa creyente, se ha distinguido por su participación en las reformas a los artículos 24 y 40 constitucionales, así como actividades, foros y congresos llevados a cabo en la Cámara de Diputados en materia de intolerancia religiosa y de A.R.; sin embargo, el fervor de la líder alzada por Dios le ha llevado a recorrer el país y convocar a ministros evangélicos para sumarse a la causa del candidato del PRI, ofreciéndoles su atención personal. En abril, la diputada de 34 años impartió pláticas sobre libertad religiosa a pastores del Estado de Veracruz y el 12 de junio, en Tijuana, junto con el coordinador de campaña de Enrique Peña en el Estado de Baja California, convocaron a casi un centenar de representantes, pastores y activistas evangélicos para implorar su oración que dé el triunfo al candidato del PRI ungido de Dios para llevar a México a los rieles del progreso y la paz.

El activismo de la legisladora de la telebancada en San Lázaro tuvo notables coincidencias en Tijuana, amarrando las negociaciones que sí son de este mundo. En Baja California, el partido estatal con registro, el PES (Partido Enlace Social), si bien –dicen- no es una agrupación política religiosa, tiene poderosa influencia del evangelismo que lo ha llevado a considerarse como el Partido político de la familia y los valores. En 2006, el PES (acrónimo utilizado en referencia al IXΘYΣ, pez, el símbolo de Jesucristo) logró su registro en Baja California y tiene regidores en municipios de la entidad. Sus integrantes tienen esta raigambre evangélico-política y lograr instaurar la verdad de Dios atando a las fuerzas satánicas que han descompuesto el estado de cosas en México. Según su declaración de principios, el PES apuesta por la transformación de las instituciones y del ejercicio del poder como instrumento de “servicio” e implantar una nueva ética en el ejercicio del mismo, claro desde el evangelismo en posible apoyo al candidato de la alianza Compromiso por México.

Por lo pronto, los líderes de Dios, como la hermana Rosario Brindis, ya ofrecen lo que aún no tienen: una eventual oficina creada ex profeso en Los Pinos cuya titular podría ser la misma legisladora del Partido Verde para atender las causas del evangelismo, de la religión laica no clerical que posiciona líderes deseosos de transformar los modelos tradicionales de la política y limitar el papel de la Iglesia católica y sus clérigos, impulsando la cruzada por un Estado basado en los valores cristiano-evangélicos moviéndose en organizaciones, estructuras y células congregacionales en sectores políticos, académicos y sociales. Y su apuesta va por Peña Nieto, a pesar de la oposición de muchos fieles cristiano-evangélicos, del candidato, como afirmó Brindis ante los tijuanenses, que está preparado para gobernar “como Dios manda”.

Guillermo Gazanini Espinoza / Secretario del Consejo de Analistas Católicos de México

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