Hemos de volver a conquistar nuestros derechos ante el asesinato del bienestar y decir alto y claro que hay una forma diferente de organizar la vida, hacer política y repartir.
Estamos en la celebración cristiana del solsticio de invierno o Navidad, ahora para católicos y protestantes y dentro de quince días les tocará el turno a los ortodoxos griegos y rusos. Pero no es esto, ni el perder una línea en comentar el discurso del monarca impuesto por el dictador Franco a los pueblos del estado español, lo que me mueve a escribir hoy 25 de diciembre de 2012, no.
Estamos viviendo, ante los recortes de servicios públicos y el empobrecimiento de la mayor parte de las clases populares, los índices masivos de paro y los desahucios o el incremento de personas que sufren hambre, el nacimiento de la receta de la derecha y los medios de comunicación a sus órdenes que son TODOS sin excepción: La caridad.
Ante la congelación de las pensiones, los millones de personas sin prestaciones, la ausencia de las pagas extras de navidad y la pobreza extensa castigada por los copagos sanitarios y las privatizaciones, una nueva formula de los ultra-liberales y neoliberales que nos dominan tal cual es activar la caridad, mediante donaciones de juguetes, comida no perecedera, comedores “sociales”, colectas e imágenes de parados y jubiladas celebrando algún premio de la lotería.
La perversión criminal del sistema genocida que sufrimos tiene ya un remedio a sus recortes y abusos, la caridad. Los mandatarios del PP, pero no solo, organizan colectas como en la Diputación de Granada, presidida por un neo-falangista que se dedica a despedir a trabajadoras y trabajadores de servicios sociales, al tiempo que organiza, su institución, sí, una recolecta de juguetes para niños pobres. Tal vez el año que viene volvamos a ver la campaña de los años cincuenta y sesenta de “siente un pobre en su mesa” perfectamente denunciada en una de las mejores películas de cine español, “Plácido”.
Volvemos a la España fría gris y triste de los años sesenta, incluido el autoritarismo y la hipocresía de la burguesía y las clases medias altas. Volvemos a la Campaña de Navidad y Reyes de la OJE (la organización juvenil franco-falangista). Volvemos a campañas de radio en favor de caritativas monjas y las damas de los roperos. Vivimos unas navidades perfectamente neo-franquistas, rematadas con el mensaje de su patético heredero.
Frente a eso: Dignidad, lucha social y movilización frente a los recortes, las estafas y los robos del poder y de las clases ricas y poderosas, que son las que provocan nuestra pobreza y nos arrojan al paro.
Hemos de denunciar y hacer público nuestro desdén por la caridad navideña, antes de que esta se imponga. Hemos de denunciar a abnegados y caritativos burgueses que reparten sus sobras, a la sopa de los conventos o a abnegados voluntarios y voluntarias de clase media que suplen a miles de trabajadores y trabajadoras despedidos de los servicios públicos y las ONGs que se prestan a ello.
Hemos de volver a conquistar nuestros derechos ante el asesinato del bienestar y decir alto y claro que hay una forma diferente de organizar la vida, hacer política y repartir. Hemos de luchar frente a la caridad y por la dignidad. No queremos limosnas, solo lo que es nuestro. Socialismo o barbarie. Justicia o hipocresía burguesa.