El Patronato de Protección a la Mujer fue un mecanismo usado en la dictadura franquista para ejercer un férreo control patriarcal sobre aquellas muchachas que osaran desafiar el modelo de “buena mujer”. Investigadoras feministas exigen arrojar luz sobre esta institución y reparar el daño de quienes pasaron por ella.
Las palabras que emplean para relatar cómo conocieron la existencia del Patronato de Protección a la Mujer son casi idénticas: “De pura casualidad”, asegura Andrea Momoitio. “Se dieron una cadena de casualidades”, reconoce Pilar Iglesias. Ninguna de las dos pudo contener el “interés” por descubrir qué se escondía detrás de la opacidad y el secretismo que rodearon a aquella institución. Pero, sobre todo, no pudieron refrenar el impulso —incluso la autoimpuesta obligación— de contarlo.