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El papa se arrodilla ante los mercados

En las últimas semanas estamos escuchando cifras escalofriantes que dicen lo que está costando la visita del Papa. Pero millón arriba o abajo ya no importa. Se trata de un escándalo más a los que nos tiene habituados.

En vista de lo mucho que se ha escrito sobre el coste de la visita del Papa tanto la organización de las Jornadas de la Juventud como representantes de la Conferencia Episcopal han salido defendiendo el gasto y resaltando lo mucho que van a ingresar los comerciantes madrileños. Pero la verdad es que da lo mismo el porcentaje que ponga la Fundación VIVO, con el 80 por ciento de desgravación fiscal, como lo que aporte la Comunidad o el Ayuntamiento. En cualquier caso sigue siendo un despropósito.

¿Pero quién está detrás de Madrid Vivo? Pues nada más y nada menos que representantes de los tan nombrados “mercados”, esos que nos condicionan la vida, la economía, la pobreza y toda nuestra forma de vivir. El patronato de dicha Fundación está formado por todos los banqueros y grandes empresarios del país.

Obviamente hay quien piensa que  con dinero privado puede viajar todo lo que quiera pero no es ético que el jefe de una religión, que en teoría  predica valores humanos, se gaste semejantes cantidades ya sea de dinero público o privado

Organizaciones de cristianos de base y de ciudadanos que quieren seguir separando la Iglesia del Estado opinan que no es de recibo gastarse este dineral ni en tiempos de crisis ni en los de bonanza económica. Piensan que el Papa debería viajar de forma sencilla.

Da la casualidad de que 50 o 60 millones de euros pueden dar para hacer algunas cosillas. Como por ejemplo recuperar el patrimonio cultural  de la ciudad murciana de Lorca tras el terremoto sufrido la pasada primavera o construir casas para los que todavía duermen bajo un toldo o cubrir los 400 € anuales que Dolores Cospedal ha retirado a las viudas de Castilla- La Mancha o mantener alguna de las prestaciones sociales que Esperanza Aguirre ha quitado a los madrileños.

No sé si 50 millones son pocos o muchos para cubrir todos los gastos, que seguramente serán muchos. Lo único que sé es que gastarse esa cantidad para hacer proselitismo o “hacer marca” como se dice en medios empresariales, es simplemente una vergüenza. Porque realmente es de lo que se trata. El único objetivo de este viaje es vender a los más jóvenes el “producto iglesia”, la cual está perdiendo clientela y vocaciones  a gran velocidad.

De todas formas, a medida que escribo estas líneas pienso que realmente no sé muy bien de qué me escandalizo. La visita del Papa a Valencia en 2006  fue un atraco a mano armada, por lo que costó y por lo que se “llevaron” algunos personajes cocidos en esa comunidad.

Realmente la Iglesia católica siempre ha sido así. No sólo tienen su central en el Vaticano donde se respira lujo por todas partes sino que se van apropiando de terrenos y edificios por la geografía española, como hemos podido leer recientemente.  Y no siente ningún pudor  al predicar en el tercer mundo que no hay que utilizar preservativos sino tener los hijos que vengan, aunque luego no se les pueda mantener.

No se les cae la cara de vergüenza con los casos de pederastia que han salido a la luz sino que despotrican contra el aborto pero permiten llevarlo a cabo  a monjas violadas y ahora como novedad a las ex comulgadas por abortar se les perdona por la visita del Papa. Alaban las ventajas del celibato pero dejan que algunos curas se casen u otros mantengas relaciones sexuales de tapadillo. Desprecian a los homosexuales cuando dentro de sus filas aumentan día a día, olvidándose de aquello de “todos somos hermanos”. Hablan mucho de la virgen pero nunca condenan abiertamente los casos de maltratos a mujeres, la violación a éstas como crimen de guerra o de la utilización de menores para la prostitución.

Hay una crisis económica galopante provocada por “los mercados” y no excomulgan a ninguno de los directivos que con nombres y apellidos han puesto en jaque a media humanidad. Y no sólo no les denuncian sino que cogen amablemente su dinero. Claro que después de haber visto como daban la comunión a Pinochet o Franco, poco queda por decir, mientras que los divorciados están excomulgados de por vida.

Todo en la Iglesia es escándalo, hasta esos 50 mil euros que el Vaticano ha donado a los hombres y mujeres del Cuerno de África que como consecuencia de la sequía, de la violencia y del encarecimiento de los alimentos se van muriendo día a día, paso a paso hasta llegar a algún campo de refugiados que los acoja.

Mercè Rivas Torres, periodista y escritora

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