Laicismo y agresivo son términos incompatibles en sí mismos, ya que el primero implica la máxima tolerancia al defender la independencia de lo de todos respecto de las creencias religiosas de cualquiera. Pero hay quien, como la Iglesia católica, se ha apoyado en el poder de la fuerza militar y en su brutal represión para imponer su presencia universal en este país y para cercenar la libertad de conciencia de sus ciudadanos y percibe la pérdida de esos privilegios como agresiva. Sin embargo, tal circunstancia no se está dando. Este Gobierno no es del todo laicista, puesto que ha asegurado a la Iglesia católica sus ingresos desde las arcas públicas con subida incluida, algo impensable en un Estado laico; no suprime los símbolos religiosos de los espacios públicos ni los capellanes castrenses; y se hizo cargo de los gastos de la visita de este líder espiritual para que viniera a España a agitar el fantasma de la Guerra Civil.
Por un Estado laico
España es el único país de la UE que se declara aconfesional, mientras la gran mayoría son laicos,…