La Arquidiócesis de México ha estado callada sobre los crimenes de Marcial Maciel en todos estos años y esa es la misma conducta que ha tenido, el silencio, frente a los villanías que en estos meses de 2014 también se supieron sobre el sacerdota. La jerarquía católica es omisa aun cuando los seguidores de Maciel ofrecieron disculpas a las víctimas del cura pederasta. Ah, pero para subirse al carro de los reflectores frente a lo sucedido en Ayotzinapa si tiene, incluso, incontinencia verbal.
La Arquidiócesis se entromete en los asuntos mundanos que no debiera para criticar no a los que participaron del deterioro de las leyes y las instituciones en Guerrero, que en este caso serían todos los actores políticos, sino para cuestionar a uno nada más, a la izquierda y en especial al PRD. No tienen caso ni reseñar los planteamientos políticos de esta institución de a religión, nos interesa destacar su activimo, impropio en una sociedad laica y, como ya hicimos, también su silencia frente a las tropelías que comenten sus miembros.
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