Intervención en el Club Diario Levante por Europa Laica, integrante de la Plataforma Nosaltres no t’esperem
El respeto a todos los ciudadanos por igual dentro de un Estado no confesional, como dice la Constitución, es lo que no se está produciendo ante los preparativos de la visita del Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana, en el próximo mes de julio
Los presupuestos, Municipales, de la Generalidad y de la Diputación, se están hipotecando, no en beneficio de todos los habitantes de la ciudad, habitantes que particularmente tienen unos principios morales o religiosos, pero que no al cien por cien son ciudadanos cristianos católicos practicantes, ni tan solo ciudadanos cristianos, consumistas sociales.
Es por esto que Europa Laica critica el tratamiento mediático y mercantilista que se está realizando desde los poderes políticos, eclesiásticos y económicos. Tenemos el derecho y la obligación de disentir y denunciar como ciudadanos europeos ante lo que consideramos un despropósito en todos los aspectos y que tan solo beneficiará a una parte de la población.
La ciudad de Valencia tiene muchas deficiencias y problemas que se podrían solucionar con un mayor presupuesto económico. El Papa no visitará los barrios del extrarradio, los barrios obreros, visitará La Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde se está habilitando un espacio de lujo para la utilización de unos pocos privilegiados para el particular disfrute de solo unas horas de confort.
El respeto a todos es una virtud cristiana.
‘Una Familia es también un conjunto de personas que tienen alguna condición, opinión o tendencia común’
Una familia se forma creando vínculos afectivos, la idea de familia se mueve con el tiempo social presente. El progreso y cultura se mueve en función de las necesidades sociales. El negar la evidencia, el querer ocultar una realidad de vida, propagando ideas de la edad media, es no querer, por no interesar, ver la actualidad de la humanidad.
La moral católica cristiana discrimina a divorciados. Discrimina a los que libremente desean la opción de la paternidad responsable. A los que opinan que gracias al aborto, producido como consecuencia de una concepción no deseada, se puede seguir intentando mantener, o intentando conseguir un nivel de vida que se acerque a una búsqueda de la felicidad. A los que optan por una sexualidad diferente a la establecida por la Iglesia… La actual sociedad está integrada por todo tipo de familias y el Papa afirma que solo puede ser decente la tradicional familia conservadora, llevando a la marginalidad al resto de familias, igual de respetables que la idea de familia que propaga la Iglesia.
Europa Laica, quiere denunciar también la manipulación que se está realizando hacia los jóvenes para que participen en las celebraciones religiosas.
La Fe tiene que ser libre, de lo contrario no es Fe.
Transmitir la certeza de que la creencia religiosa católica es la única valida, es pretender imponer a todos los ciudadanos una idea única de familia, como hacía el Nacional Catolicismo, en la historia de España más cercana, la dictadura de Franco. La participación de la Iglesia y su influencia en el Golpe de Estado en contra de la legitima Segunda República, surgida de las urnas y de la libre voluntad del pueblo es algo que no deberíamos olvidar.
La contribución de la Iglesia Católica en la dictadura facciosa en España fue notoria y evidente. La Iglesia tiene que pedir perdón a los vencidos de la Guerra Civil, victimas todas ellas de la sumisión por el miedo causado por los vencedores golpistas en coalición con los poderes monárquicos, económicos y católicos y en la imposición de la educación religiosa, sin respetar el libre pensamiento. A la campaña de la plataforma Nosaltres no t’ esperem, se han adherido varias Asociaciones de Memoria Histórica, que me han pedido que manifieste su opinión y que destaque y resalte esta realidad. La sociedad actual está plantada en las bases de la represión causada por el miedo de la dictadura apoyada por la Iglesia en contra del pueblo, por lo tanto, la Iglesia tiene una deuda pendiente, la deuda de pedir perdón por el daño causado al pueblo español.