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El laicismo como eje de la educación para la ciudadanía

El laicismo como eje de la educación para la ciudadanía

Apuntes para un trabajo colectivo

Lise Rochette y Manuel Navarro (Granada Laica)                                                               Julio 2007

1. Educación para la ciudadanía un tema polémico

La LOE ha recuperado una materia que con diferentes denominaciones ha estado presente en la escuela tras la restauración democrática y que suele formar parte del currículo de la mayoría de países europeos.

Sin embargo, quienes defendieron en la LOCE que la Administración era competente para establecer las materias que debían estudiarse en las escuelas, defendiendo así la implantación de “Religión, Cultura y Sociedad”, una religión para todos, ahora promueven la objeción contra esta materia. No aceptan que el Estado pueda establecer una materia con una formación cívica común para el conjunto de los ciudadanos, que no tenga su fundamento en la doctrina de una religión. Una actitud que nunca tuvieron cuando durante la dictadura se daba “Formación del Espíritu Nacional” porque era su “santa doctrina” la que se imponía a todos. Ahora no pueden tolerar que la sociedad tenga modelos de familia o de sexualidad diferentes a los de su particular doctrina religiosa.

Así estamos viendo como los obispos llaman a la rebeldía y la objeción, un cura que no da sacramentos a quienes no sean objetores, seguidos por colectivos ultra conservadores y por Comunidades gobernadas por el PP, como Madrid, que se tratan de impedir la aplicación de la ley y

esperan a que en las próximas elecciones gane el PP para derogar la LOE.

En definitiva una nueva “guerra escolar” por culpa de querer convertir la escuela en el campo de batalla por el adoctrinamiento religioso.

Por ello conviene ante todo tener claros los conceptos con los que trabajamos.

2. CONCEPTOS

2.a) CIUDADANÍA Y CIVISMO

El concepto de ciudadanía como término sociopolítico es complejo y tiene una formación histórica.

Podemos decir que actualmente tiene:

     -un componente jurídico, como garantía de derechos y deberes;

      -un componente político, como nacionalidad, o más profundo como participación en la vida  pública   

Por ello hay una concepción que lo reduce al mero estatus de quien es poseedor de derechos ciudadanos, quienes lo limitan al ejercicio de una nacionalidad que le otorga dichos derechos; o bien, otra concepción más amplia que la entiende además como implicación y participación en los asuntos de la comunidad y como inherente a todo ser humano, y en consecuencia de carácter universal.

En este sentido, la ciudadanía deja de ser algo estático y pasa a ser una práctica: la capacidad real para participar en la cosa pública, lo que conlleva responsabilidad, capacidad para tomar decisiones, libertad y un espacio público común donde tomar las decisiones comunes.

Hay quienes plantean que en nuestra sociedad de intensa diversidad cultural, es necesario replantear la ciudadanía añadiendo al estatuto formal, el vínculo de identidad y el título de poder para ejercitar los derechos; un componente de identidad cultural, lo que para algunos supondría una restricción de la concepción universal de la ciudadanía, al no basarse en un espacio común, sino en elementos particulares de tal o cual identidad, sea religiosa, cultural, étnica,…El lugar de la ciudadanía, como dice Fernández Liria, es el lugar de “cualquier otro” y en consecuencia sólo puede estar determinado por la condición común de ser humano, y no puede verse limitado por ninguna condición particular. Así lo establece el artículo II de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU:

“Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica o cualquier otra condición”

Esta convivencia nos lleva a la necesidad de establecer una reglas, un contrato social, pactos y acuerdos… no siempre explícitos que conforman costumbres, hábitos, signos de respeto que nos permiten una existencia amable. Ese ejercicio de la ciudadanía de forma que sea posible la convivencia entre todas las personas vendría a ser el civismo. En definitiva, como afirma Victoria Camps, una ética de mínimos compartibles por cualquier persona que quiera participar en la vida colectiva. Se trata de la producción social de seres humanos responsables, que asumen la voluntad de vivir de manera que merezca la pena ser vivida. Y ello no por una obligación impuesta, sino por “amor propio” como defiende Savater. Porque no queremos vivir de cualquier manera, sino que buscamos un ideal de humanidad para bien nuestro.

2.b) EDUCACIÓN CÍVICA Y EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

La escuela lugar de socialización

Ha sido la institución escolar uno de los pilares fundamentales de la socialización en el Estado Moderno, mediante la interiorización de normas externas. La educación pública tuvo desde el principio la misión de contribuir a la formación ciudadana, mediante la formación común y la identidad cultural de ahí su currículo que incorpora la geografía o la historia como elementos básicos.

Durkheim pensó que lo que da coherencia a la escuela pública es aprender a vivir en común en un mundo compartido con otros; no las identidades particulares o religiosas de cada cual.

Todo ello sin perjuicio de su propia contradicción, pues como plantea Durkheim y otros educadores sociales, esto puede ser una vía de emancipación; mientras que desde una perspectiva sociológica pueda ser una reproducción clasista (Bourdieu y Passeron).

En ese sentido la escuela hoy no debe cumplir sólo la función de formación nacional mediante la instrucción común; hoy entendemos que debe preparar para la vida. Así pues tanto desde la legislación como desde los movimientos pedagógicos se reclama el papel de la escuela en la formación integral de las personas. Y la educación cívica como dice Freinet “debe forjar, de la cabeza a los pies, al ciudadano consciente de sus derechos y de sus deberes, que sepa jugar su papel esencial como miembro de una sociedad democrática”.

Todas las leyes educativas establecen en sus objetivos una formación integral de la persona humana, y está claro que el componente de relación social y de miembro de la comunidad es parte fundamental de los seres humanos. Por tanto la formación para vivir en sociedad es uno de los elementos que deben integrar esa educación.

La educación cívica es práctica

Si bien la educación cívica se ha centrado en muchas ocasiones en la enseñanza de la organización social, en la alabanza de las “virtudes cívicas” esto no siempre se ha considerado suficiente.

Para Freinet, y otros pedagogos, hace casi un siglo, no se trata de dar sermones, ni siquiera formar en el ejemplo, “habrá que crear un medio humano dónde el niño se habitúe a actuar como hombre y ciudadano.”

Así se apunta que una verdadera educación cívica o para la ciudadanía conlleva la preparación y el ejercicio de la ciudadanía en la escuela, en la institución escolar.

La educación cívica se practica en la escuela

Es preciso pues cambiar formas y métodos de trabajo para formar ciudadanos en la práctica. Una práctica social que le haga interiorizar la complejidad de nuestra sociedad y los mecanismos para avanzar y dar salida a los conflictos. Desde el funcionamiento de la clase al centro, y esto no supone merma de la autoridad del maestro o del profesor, pues al igual que cada ciudadano cumple una función y tiene una responsabilidad, igual ocurre en el ámbito escolar.

Tanto Freinet y su movimiento pedagógico han aportado técnicas para el desarrollo de esa educación para ejercer una ciudadanía efectiva en la escuela y en la sociedad: asamblea, consejo cooperativa, estudio del medio, texto libre,…

En algunos países donde se viene desarrollando esta educación tienen proyectos de trabajo social paralelos a la información sobre derechos y deberes, o sobre el funcionamiento de las instituciones.

La educación para la Ciudadanía no se limita a un currículo concreto, sino al conjunto (se dé o no como asignatura independiente) y a la acción tutorial e institucional.

En definitiva educar para la ciudadanía es educar sin más, pues la ciudadanía es un aspecto más de la personalidad global de los seres humanos.

Forma parte del currículo escolar

Ha de tenerse en cuenta que esta educación forma parte del currículo escolar en la mayoría de los países  europeos, bien como una asignatura específica (Austria, Chequia, Dinamarca, Inglaterra, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Polonia) o como materia transversal o incorporada dentro de Ciencias Sociales (Escocia, Portugal, Holanda, Luxemburgo, Islandia, Finlandia)

España un caso especial

Las peculiares condiciones de España en nuestra historia contemporánea han generado una situación diferente.

Así la dictadura franquista y su denostada asignatura de “Formación para el Espíritu Nacional”, apoyada por la Iglesia que ahora pretende defender la libertad de conciencia, cuando lo único que hace es defender sus privilegios de todo tipo y el monopolio moral, cívico y político. Atentando tanto en aquel tiempo como ahora con el principio de separación del poder civil y religioso.

En primer lugar aquella asignatura no reflejaba los valores “comunes” de la sociedad, sólo la de los vencedores de un conflicto militar; tampoco admitía el debate o la discrepancia, era una materia dogmática como lo era la religión. Se trataba de imponer una doctrina, no de formar.

2.c) LAICISMO

El laicismo surge cuando las corrientes de pensamiento sostienen la emancipación de la filosofía y de la moral respecto de la religión.

La cultura laica es tributaria de las filosofías racionalistas e inmanentistas que rechazan la verdad revelada, absoluta y definitiva, y afirma por el contrario la libre búsqueda de verdades relativas a través del examen racional, crítico y la discusión.

Por otra parte se configura el Estado laico como opuesto al confesional. Sostiene la autonomía de las instituciones públicas y de la sociedad civil respecto de las organizaciones confesionales y la garantía de la libertad de los ciudadanos en relación a ambos poderes. Parte de una concepción secular del poder, que mantiene una neutralidad respecto de lo religioso, por tanto, no es irreligioso ni antirreligioso, pues entiende que la ideología es un derecho de las personas en su ámbito privado.

Garantiza pues el derecho de todas las ideologías, no sólo las religiosas, pues sin no se estaría limitando el derecho de libertad ideológica con el de libertad religiosa, que sería parte de aquel más amplio.

Las confesiones religiosas minoritarias han sido defensoras de ese Estado laico que las protegiera frente al monopolio de la religión dominante. Curiosamente esta situación se produce de forma contradictoria en el caso de la iglesia católica, que cuando es la dominante trata de ser exclusiva, y cuando es minoritaria trata de defender la libertad de cultos, no la libertad ideológica.

También es necesario distinguir entre laicismo y anticlericalismo. Este último es la respuesta a una actitud del clero por disfrutar de unos privilegios de clase tanto espirituales como materiales y de poder en las estructuras políticas, esto es del clericalismo; pero también contra el confesionalismo que trata de obtener privilegios para una confesión religiosa en la legislación o la administración de un país. Históricamente las religiones ha usado el poder secular para beneficio propio, tanto de orden material como ideológico. Frente a ello surge anticlericalismo como oposición hostil frente a dicha iglesia.

El laicismo sostiene la clara separación pero acepta la libertad religiosa.

En muchas situaciones históricas ambos planteamientos han podido coincidir, lo que ha dado lugar a la confusión. A veces interesada como en el momento actual, que las jerarquías eclesiásticas tratan de mostrar el laicismo como una ideología antirreligiosa.

La idea laica encierra

    una concepción filosófica sobre la independencia y la capacidad de la razón humana; y,

    una concepción política sobre los derechos del estado y los ciudadanos frente a las iglesias.

De la primera se deriva la libertad de conciencia y la racionalidad;

De la segunda la separación iglesias Estado, la neutralidad

Laicismo es un método y una forma de ver la sociedad, basado en la convivencia en el espacio común, la libertad, la racionalidad. Es la condición necesaria para esa convivencia democrática de respeto mutuo y la mejor forma de superar el conflicto.

Pero también hoy existe el peligro de deificar o sacralizar otros elementos sociales como el “mercado”, el fútbol,…

3. PARALELISMO ENTRE LA CIUDADANÍA Y EL LAICISMO

Dos concepciones de poder enfrentadas

Las sociedades humanas desde sus inicios se han visto gobernadas por un poder, en la mayoría de ellas, dicho poder ha tenido un fundamento religioso, y la soberanía en base a la que se ejercía el poder tenía un carácter divino.

Así los individuos sólo podían someterse a la voluntad divina, de ahí que la relación religión-poder, soberano-iglesia tuviese unos vínculos tan estrechos que en muchas ocasiones eran asumidos por una única persona.

Los miembros de esa sociedad eran súbditos sometidos al poder religioso y civil, que mutuamente se sostenían, así el soberano justifica su poder por ser de origen divino; y la religión utilizaba el brazo secular para atacar a sus enemigos, herejes o no creyentes.

La democracia ateniense inventa otra fórmula distinta, la democracia, la ciudadanía. Sin embargo esa propuesta basada en un poder que emana del conjunto del pueblo, del “laos” no se impone fácilmente y deberán pasar miles de años, con experiencias puntuales para llegar a un desarrollo amplio en la organización social.

La Revolución Francesade 1789 inicia ese camino hacia una soberanía popular, que tiene su origen en la nación. Así el poder deja de tener fundamento en el cielo y pasa a la tierra.

La Declaraciónde los Derechos del Hombre será el documento que establezca esta separación Iglesia Estado, y consagra la ciudadanía al liberarle de su condición de súbdito y convertirlo en el titular de la soberanía nacional son sus derechos y deberes.

Pero resultará muy difícil cuando una iglesia ha sido la única reconocida, cuando ha dominado un país, ha dirigido la educación, controlado las conciencias, destruido las herejías y la heterodoxia con el brazo secular.

La idea laica

Su desarrollo forma parte de un proceso de emancipación social y de construcción de ciudadanía.

Como tal tiene un largo recorrido, del que sólo enunciamos algunos hitos:

– El Humanismo y su recuperación del valor del ser humano y sus potencialidades, con lo que supondrá de avance para la ciencia y la filosofía liberándose de la teología.

-El fin de las guerras de religión en la Europa, aunque todavía la religión forme parte fundamental en las guerras, pues la idea laica no ha alcanzado su total desarrollo. Supuso la paulatina retirada de la legitimación religiosa del poder político, un avance en la secularización iniciada en el Renacimiento, política

-El absolutismo y la concepción del poder como inmanente, pues son los individuos los que ante el miedo a perderlo todo en la guerra de todos contra todos, establecen ese pacto para transferir su poder de forma indivisible e irreversible al monarca absoluto, lo que le permite justificarse por sí mismo y abandonar la significación religiosa y la justificación teológica que tenía antes. Y ello sin que la religión abandone la vida política, pero de forma subordinada al poder absolutista.

Se produce una cierta inversión, ahora es el poder político el que determina la confesionalidad de la sociedad.

Especial importancia en Francia tiene el galicanismo

El origen de esta concepción ideológica (propiamente no tiene el nombre de herejía) tiene sus bases y origen en el gobierno absolutista de Luis XIV y en las ideas de Bossuet. Su origen absolutista (todos los poderes supeditados al rey para asegurar el bienestar de sus súbditos) ponía a la Iglesia sometida al Estado. La concepción galicana se resumió en la "Declaratio cleri gallicani" (1682),cuyo redactor se cree fue Bossuet, resumiéndose en 4 puntos:

  1. En las cosas temporales, los reyes son independientes de la Santa Sede.
  2. El Concilio está por encima del Papa.
  3. El Papa debe respetar las reglas, costumbres y constituciones aceptadas en la Iglesia galicana.
  4. Las definiciones que se refieren a la fe son irreformables, a menos sin el consenso de toda la Iglesia.

-Lokce desarrolla este pacto originario y lo configura para la defensa de las libertades originarias, a las que el soberano tiene obligación de respetar y hacer respetar.

-Rousseau y su Contrato Social dará fundamento a los avances revolucionarios, pues su contrato se plantea en términos radicalmente democráticos, donde no hay resquicio para alianzas entre el poder civil y las religiones, un poder que debe ser totalmente autónomo.

También piensa en necesidad de generar un espíritu cívico y una conciencia ciudadana de quienes han de obedecer las leyes que ellos mismos se dan.

Pero será la Revolución Francesa la impulsora de esta idea de emancipación.

Hasta 1789 en Francia y en el resto de Europa se mantiene la unión del poder civil y religioso, pese a los encuentros y choques entre las dos potencias, y como tal actual el Papado a través de los Concordatos. Nueva fórmula para seguir manteniendo su hegemonía y sus privilegios.

También surge oposición interna como el galicanismo eclesiástico que reclama la independencia de Roma, el real que busca el sometimiento al poder civil, y el parlamentario, más beligerante, que lucha contra el clericalismo y los ultramontanos.

Para evitar esa pérdida de poder durante el siglo XIX la iglesia actúa con una doble estrategia:

-Si el gobierno es “amigo” preconizan una alianza, la unión del trono y el altar mediante un Concordato que mantenga sus privilegios económicos, políticos, sociales,…

-Si el gobierno es “hostil”, promueven partidos católicos para conseguir que lleguen al gobierno y poder actuar como en el primer caso.

Los avances hacia el laicismo se deben a diferentes grupos:

-católicos anticlericales (galicanos, republicanos,..)

-protestantes liberales, se consigue la libertad de cultos y se convierten en los mayores defensores de la separación iglesia Estado entre la población general.

-deístas partidarios de una religión natural, compatible con la razón humana.

-librepensadores que descartan la religión de los filósofos o de las iglesias. Hacia 1860 los avances de la ciencia, el positivismo y la crítica filosófica fortalecen este sector, que se amplia posteriormente a grupos políticos republicanos, anarquistas y socialistas.

El proceso de conformación de la idea laica se desarrollo con avances y retrocesos, así como de forma reactiva ante sucesos que la limitaban. Y todo ello paralelamente a avances políticos.

   -La Restauración de principios del XIX favorece el anticlericalismo

   -La conciliación de Luís Felipe (1830-1848) favorece la polémica antirreligiosa y culmina en  procesos revolucionarios

   -La III República tras la Comuna de París permite la implantación de la Escuela Laica en 1882 gratuita, laica y obligatoria, cementerios civiles en 1881, divorcio en 1884, eliminación del carácter religioso del descanso semanal del domingo en 1879 y culmina en la ley de 1905 de separación de la iglesia y el Estado.

Desde un principio la educación será el campo de batalla de estas dos concepciones.

Y es que el sufragio y la educación son los pilares básicos de la democracia y sus derechos fundamentales. La educación permite conformar una voluntad libre para dejar de ser súbdito y convertirse en ciudadano en pie de igualdad, independiente con la autonomía que da el saber y el conocer. Y ello, aunque aún perviva el modelo de enseñanza religiosa.

Desarrollo, de la Escuela Laica

En 1860 Jean Macé promueve bibliotecas y fundaciones, creando la Liga de la Enseñanza para la fundación de escuelas públicas, gratuitas y laicas.

En 1870 Jules Ferry aprueba las leyes para una escuela pública y laica.

   En ella se trata de aplicar los principios de 1789

   El Estado representa a la nación y es su deber ocuparse de ella.

Su enemigo principal es el clericalismo àlas congregaciones religiosas especialmente los jesuitas, por obedecer a otra potencia extranjera al tener voto de obediencia al Papa.

Reformó el Consejo Superior de Instrucción, eliminando al clero, justificándolo en que había que dejarlo en manos de profesionales competentes.

Mantuvo la prohibición de enseñanza a los jesuitas (desde 1830 en Primaria) y la amplió a la Secundaria

Estableció la obligatoriedad de la enseñanza pública, no sin el ataque de la iglesia católica.

Separa la enseñanza religiosa de la escuela y la deja en manos de los clérigos.

Estableció la enseñanza moral por los maestros, con la más absoluta oposición de la iglesia que pretendía el monopolio de la educación moral y su relación con la religión.

Se libera así la moral de su condición religiosa.

Igual ocurre con la ciencia.

En 1886 se establece la laicización progresiva de la escuela comunal en Francia, libres de las Congregaciones religiosas.

Como respuesta los católicos inician las escuelas confesionales.

A principios del siglo XX en Francia cada pueblo tenía su escuela pública laica.

   En ella se trata de fortalece la patria francesa organizando la democracia.

   Desde entonces la moral deja de estar fundamentada en la religión.

En España, salvo el paréntesis de la II República, el poder ha estado dominado por la iglesia.

La Leyde Instrucción Pública de la II República establecía:

“La escuela a la que asisten creyentes o no, católicos, protestantes o mahometanos, se limita a dar información sobre la historia y estado actual de las religiones. Si las familias lo solicitan, el Estado podrá dar medios para la educación religiosa de sus hijos fuera de la escuela” (Debate Parlamentario)

La lucha por una emancipación laica siempre han chocado con las resistencias eclesiásticas, igual que ahora.

Así en la medida que se consolida la laicidad en los Estados democráticos, se garantizan los derechos de cada cual, se salvaguardan con independencia de sus creencias, practicas religiosas, o pertenencias comunitarias y se consigue que el marco institucional y administrativo del Estado respete los derechos de toda persona, esto es, se reconozca la ciudadanía de todos.

Por otra parte la igualdad del laicismo debe garantizar una educación general con un currículo común para toda la ciudadanía, que no se limite a un simple derecho de escolarización, sino que le permita adquirir las capacidades necesarias para asumir su función de ciudadano, esta cultura común es el ideal de la escuela pública y republicana fundada paralelamente a la idea de escuela laica por Jules Ferry.

Hoy ejercer la ciudadanía en la escuela tiene el obstáculo de la enseñanza de la religión dentro de la institución:

-una asignatura de religión en base a un Concordato y unos acuerdos con la Santa Sede que mantiene una situación “medieval” en el siglo XXI;  y a una ley de Libertad Religiosa que limita el derecho universal y constitucional de “libertad de conciencia” a la simple libertad religiosa.

-símbolos (nombres, símbolos, imágenes,…)

-segregación (separación en grupos por razón de ideologías, se conculca el derecho a no declarar sobre la ideología en la matriculación,…)

-discriminación (horarios lectivos, costes profesorado para una ideología,…)

…  ….  …

4. FUNDAMENTOS DEL LAICISMO  

La libertad de conciencia.

Ni credo obligado, ni credo prohibido como concluyó el informe de la Comisión Stasi que el presidente Chirac convocó para reflexionar  sobre las aplicaciones del laicismo.

La libertad de conciencia es más amplia que la libertad de religión ya que permite elegir entre el conjunto de las opciones espirituales .No puede ser conculcada ni por imposición de una religión ni por imposición del ateismo. En este sentido, tan culpables de atropellarla son la Unión Soviética Estalinista como la España franquista.

Está claro que el laicismo no es antirreligioso. Ha podido ser –y de hecho ha sido y puede seguir siendo- anticlerical cuando las pretensiones teológico-políticas de alguna religión han invadido- o invaden- el espacio temporal.

El laicismo es un marco que trasciende todas las opciones espirituales. El Estado es el encargado de dar a la libertad de conciencia los medios para afianzarse, especialmente a través de la escuela pública. Esta debe abastecer a todos- creyentes o no- con la autonomía de juicio y la cultura universal que les permita tener capacidad de relativizar y con el espíritu crítico que les habilite para elegir su opción.

El laicismo no es únicamente neutralidad; de manera positiva, es la promoción del bien común a partir del momento en que asume un proceso de emancipación de todos y de cada uno.

La igualdad de derechos para todos.

El laicismo consiste en suprimir el principio de toda dominación en nombre de una creencia cualquiera que sea.

Como garantía de imparcialidad, es imprescindible la separación jurídica de las Iglesias y del Estado.

(Acuerdos españoles son la Santa Sede).

Esta igualdad se hace patente en una ley común y un espacio público cuya única razón de ser es promover lo que es común por encima de las diferencias.

De donde se infiere que el tercer pilar del laicismo es

Universalidad del espacio público

El principio de universalidad del espacio público que se articula en torno a la distinción jurídica entre lo privado y lo público.

Es público lo que concierne a todos los  hombres y que, consecuentemente, incumbe a la comunidad de derecho de la nación.

Es privado lo que concierne a ciertos hombres en particular, o a un hombre, de manera singular .Las opciones espirituales pertenecen a la esfera del derecho privado. Esto no significa que no se reconozca su dimensión social y colectiva. No les está vedado expresarse EN el espacio público pero no deben tener ninguna influencia SOBRE el espacio público.

Es lo que Víctor Hugo decía: “Quiero el Estado en su casa y la Iglesia en la suya” Je veux l’Etat chez lui et l’Eglise chez elle

Claro está que la vida espiritual, entendida en su sentido amplio, incluyendo la filosofía, las ciencias, el arte, las religiones, puede y debe participar en el debate democrático. Pero, cuanto más desligada de los poderes temporales esté, más podrá desarrollar el pensamiento crítico. Se entiende que el laicismo debe preservar la esfera pública de la invasión de los comunitarismos.

 El espacio público no es un mosaico de comunidades, es un mundo de ciudadanos libres de escoger individualmente a qué pertenecen, Y también de modificar, haciendo uso de su libertad espiritual, su pertenencia  a una creencia o a otra. Tenemos ejemplos sonados de conversiones de Agustín que nos la contó  en sus Confesiones, de Pedro, camino de Damasco, de Julián que se ganó el calificativo de Apóstata, de Hume, y…… la más reciente de Toni Blair, que ya no necesita ser anglicano y que ha ido a comunicársela al Papa…..

LA CUESTION DELA ESCUELA LAICA.

La cantera de preparación a la ciudadanía en las sociedades laicas es la escuela pública laica.

La escuela no es un espacio como los demás. Acoge, sin distinción de origen, de religión ni de convicción espiritual a todos los niños que, al llegar a ella, se transforman en alumnos .A partir de este momento, están en proceso de formación, y ya no pertenecen tan enteramente a su familia pero tampoco son todavía ellos mismos .Lo serán cuando hayan aprendido a prescindir del maestro.

La escuela les va ofrecer una cultura la  más amplia posible en el campo del conocimiento: lo que se llamaba-¿o se llama todavía? .las humanidades y que incluye las religiones, las mitologías y los humanismos racionalistas.

La escuela pública laica acoge a todos los niños. Allí, no hay extranjeros. Hay que respetarlos a todos y por lo tanto no cabe ni proselitismo religioso ni propaganda atea. Habrá que tener un cuidado exquisito entre lo que pertenece al campo del creer y lo que pertenece al campo del saber. Exigencia decisiva para evitar los fanatismos y la intolerancia .Y es toda la diferencia entre la enseñanza de la religión como hasta ahora de manera proselitista y lo que debería ser la enseñanza de la historia de las religiones.

A la deontología del maestro, debe corresponder una cultura del esfuerzo, de la exigencia por parte del alumno .No puede uno conformarse con la afirmación de las opiniones y de las creencias. Hay que dar a los alumnos la posibilidad de construirse como ciudadanos autónomos, respetuosos de los valores democráticos que son los de la República: libertad, igualdad y fraternidad ,de la igualdad de los sexos, de los derechos humanos y de la independencia de la escuela en relación con los grupos de presión.

Los ciudadanos no existen por generación espontánea. Hay que irlos preparando a lo largo de su formación .En un artículo de Fernando Savater, muy acertadamente titulado:”Educación cívica ¿transversal o atravesada?”,recoge una afirmación de Marcel Gauchet :nuestros modelos de educación y de escolarización, ciegamente, fabrican individuos cada vez más indiferentes a lo colectivo, por lo tanto a lo político,(…) .”La verdad de la pedagogía hoy es que tiende a fabricar ciudadanos incívicos.”

¡Que razón tiene! Esta asignatura de Educación para la ciudadanía se imparte en 20 países europeos y yo he sobrevivido a varios años de Educación Cívica que creo que han contribuido en hacer de mí una ciudadana…….decente!!!!!!

En Francia, la ley de 1882 reemplaza la educación religiosa por la educación moral  y la instrucción cívica. Se considera pues posible enseñar la moral de manera independiente, sin referencias religiosas. Se trata de una moral universal, accesible a todo ser razonable, cualquiera que sea su religión y, por lo tanto, compatible con ella.

La moral laica no contradice la moral  religiosa, la engloba. Se puede ser católico y laico .Jules Ferry dijo en el discurso en el Senado presentando la ley:”La moral de los nuevos programas de enseñanza primaria es sin adjetivo, Ni cristiana, pues, ni judía, ni atea, es la moral a secas.” Actualmente, los valores que muchos desean que defienda la escuela son los valores consensuados del mundo democrático contemporáneo: derechos humanos, realización personal, respeto al otro, tolerancia, igualdad de los individuos, de los sexos y de las condiciones.

En Francia, Lionel Jospin en 1989 y Jack Lang en 2002 pidieron informes a expertos sobre la conveniencia de enseñar el hecho religioso. Ambos opinaron que no era conveniente una enseñanza específica sino que había que acentuar en las asignaturas existentes -literatura, historia. Arte, por ejemplo-  la dimensión religiosa de la cultura.

El conocimiento del hecho religioso favorece la convivencia gracias a un mejor entendimiento de la cultura y de la religión del otro. Por lo tanto, la enseñanza del hecho  religioso no es en absoluto incompatible con el laicismo en la escuela.

El Estado laico no ignora a las religiones. “Cada uno puede tener las opiniones que le apetezcan sin que las conozca el Soberano: pues como no tiene competencia en el otro mundo, sea el que sea, el destino de los súbditos en vida por venir, no es asunto suyo, con tal de que sean buenos ciudadanos en esta vida” decía ya Jean-Jacques Rousseau. El Estado laico no debe otorgar a ningún culto el estatuto de culto público pero evidentemente conoce las religiones que se dan en su territorio. El laicismo consiste en separar el Estado de la religión pero de ninguna manera excluir la religión de la sociedad .Debe tratar a las religiones como a los otros elementos de la sociedad..Por ejemplo, concediendo subvenciones indirectas como lo hace con otras asociaciones deportivas o de cualquier otra índole, permitiendo la programación de programas religiosas en los medios de comunicación, y teniendo representación de las religiones en los organismos consultivos que se ocupan de problemas morales .Así, existe en Francia el Consejo Nacional de Ética y se creó en 2002 el Consejo Nacional del Culto Musulmán para unificar la multiplicidad de asociaciones y movimientos musulmanes. Hay que tener un interlocutor para gestionar determinados problemas concretos, como por ejemplo, la higiene de los mataderos de corderos, la organización de las zonas musulmanas en los cementerios, y la formación de os imanes, pongamos por caso.

¿Cómo puede asustarle a alguien  que los alumnos reciban en la escuela información específica sobre lo que significa ser un ciudadano, el tipo de derechos y de deberes que la ciudadanía entraña y como actuar para ser un buen ciudadano? ¿No será positivo que los hombres y las mujeres de mañana sepan en qué consisten los distintos regímenes políticos, cómo funcionan las instituciones sociales y políticas y miren de cerca la Declaración de Derechos Humanos?

O preferimos perpetuar la ignorancia porque resulta más fácil gobernar de esta manera.

¿No será que los que son tan temerosos de esta asignatura no conciben una enseñanza que no sea propagandística y se acuerden demasiado de la “Formación del espíritu nacional”?

Llevamos más de 30 años de democracia formal pero seguimos teniendo un bajísimo nivel de cultura política ,evidenciado por toda una serie de síntomas inconfundibles :los índices de participación electoral, el lenguaje insultante y hasta soez de determinados blogs y medios de comunicación, los pateos y broncas de parlamentarios bien conocidos, la cantidad de respuestas de “no sabe, no contesta” en las encuestas, la poca clarividencia de las últimas generaciones de periodistas en los temas jurídico-.políticos ,y la desfachatez con la que se contradicen los personajes públicos menospreciando en demasía el nivel de inteligencia y de memoria de la opinión pública.¿Hace falta más justificación para la implantación de la educación cívica?

En 2002, el Consejo de Europa aconsejaba a los Estados miembros hacer de la ciudadanía democrática un objetivo prioritario de su política educativa.

En noviembre de 2006, el Consejo de Estado aprobaba el proyecto de Real Decreto sobre esta asignatura y lo consideraba “ conforme con las exigencias del acuerdo sobre enseñanza y asuntos culturales suscritos entre la Santa Sede y el Estado español así como la Ley Orgánica de Educación”.

Sin embargo, el 26 de Junio de 2007, Monseñor Cañizares, cardinal Arzobispo de Toledo y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal española, arremetió en un curso sobre Educación para la ciudadanía organizado por la Universidad CEU San Pablo y la fundación García Morente. Alegó que esta asignatura responde a “una concepción laicista de la vida, en la que los conceptos religiosos quedan únicamente en la esfera de lo privado:” ¡Exactamente!, Monseñor.¡No lo podíamos haber dicho mejor! Sólo que nosotros hubiéramos dicho laica y no laicista….

Repasados los contenidos y sabiendo que los revisaron también una veintena de organizaciones sociales en una reunión para fijar el currículum, los objetivos y la evaluación de esta materia ,sabiendo que la Ministra de educación ha explicado que la asignatura “trata de educar a niños y adolescentes en el ejercicio de sus derechos y sus libertades” y que les enseñará a reunirse desde muy pequeños, a discutir “aceptando la opinión de lo contrario” y a elegir sus representantes, entre otras cuestiones,,nos parece clarísimo que aunando la parte teórica con la práctica podremos tener en un futuro cercano unos ciudadanos más responsables.

Otras afirmaciones que vertió el Cardenal Arzobispo es que , en esta asignatura “Dios no cuenta” y que “ese olvido de Dios es lo mas significativo en estos tiempos(….) y que detrás de ese olvido está el laicismo excluyente” .No, Monseñor, al laicismo no se le puede aplicar el adjetivo de excluyente porque acepta y respeta todas las opciones ideológicas- religiosas o no .Y tampoco el de fundamentalista que empleó hace algún tiempo  el Cardenal Julián Herranz, No, perdón, lo que hizo fue acusar al PSOE de “fundamentalismo laicista”, como si los dos términos no fueran incompatibles.

También dice Monseñor Cañizares que “los valores y los derechos humanos son cosas en las que creen los ingenuos”. Me entra la tentación de contestarle: ”Benditos los ingenuos ,porque entrarán en el Reino del civismo integrador!”

Benigno Blanco, Presidente del Foro Español de la Familia, apela a la objeción de conciencia porque “apostar por la objeción de conciencia es apostar por la defensa de la libertad”. ¿Qué libertad? ¿La de hacer apostolado e imponer uno sus creencias?

¡Qué falta les hubiera hecho a nuestros obispos y a los miembros del Foro por la Familia unas cuantas clases de Educación cívica! Y algunas más de lengua española sobre el uso adecuado de los adjetivos. ¡Y eso que son latinistas!!!!!!

6. CITAS

Luís XIV en el siglo XVII

“Esos términos misteriosos de inmunidades y de libertades de la Iglesia con los que os pretenderán quizás obnubilar, contemplan igualmente a todos los fieles, sean laicos o estén tonsurados, pero no eximen ni a unos ni a otros de la sujeción a los soberanos, a quienes el Evangelio mismo les conmina a someterse.”

Art. 366 de la Constitución de 1808

“En todos los pueblos de la monarquía se establecerán escuelas de primeras letras, en las que se enseñará a los niños a leer, escribir, contar y el catecismo de la religión católica, que comprenderá también una breve exposición de las obligaciones civiles.”

Declaración de una logia masónica en 1819

“La moral es la regla de las relaciones que existen entre los hombres: así, es de la naturaleza misma del hombre de donde es preciso deducir las leyes que establecen esas relaciones. La moral es, pues, independiente de las religiones, que cambian según los lugares y las épocas.”

Pastoral conjunta de los obispos españoles en la II República

“De lo expuesto se deduce que en modo alguno es lícito pedir, defender, ni conceder la libertad de pensar, de enseñar, de escribir y de cultos, como si estas facultades fueran un derecho al hombre por la naturaleza”

“La laicidad parte del carácter separado de las dos potestades: la civil y la religiosa. Esto quiere decir –por una parte- que las iglesias en ningún caso pueden trascender los fines que les son propios y equipararse al Estado, ocupando institucionalmente una igual posición jurídica, pues l mandato de neutralidad veda cualquier tipo de confusión entre funciones religiosas y estatales, al tiempo que se convierte en presupuesto para lograr una pacífica convivencia entre las diversas confesiones y creencias religiosas. Por otra, la separación de las dos potestades va a impedir que los valores e intereses de confesiones se erijan en parámetros para medir la legitimidad o justicia de normas y actos de los poderes públicos; es más, por su carácter pluralista y aconfesional no puede obligarse al Estado a que traslade a la esfera jurídico-civil los principios o valores religiosos que gravan la conciencia de los fieles…, lo que no significa que estos –como ciudadanos que son- informen con su compromiso político social la ética pública, es decir, lo que en su momento denominamos valores públicos operantes.” (La laicidad y sus matices. A. Seglers)

“La consolidación de un Estado como laico es elemento clave para que un Estado democrático de derecho, a la vez que afirma su soberanía, se configure como plenamente consecuente con el reconocimiento igualitario de los derechos de ciudadanía. La laicidad entraña la institucionalización de una respetuosa separación entre lo político y lo religioso, supone la erradicación de toda situación de privilegio pretendida por cualquier confesión religiosa en sus relaciones con los poderes públicos.”

(Del bienestar a la justicia. José A. Pérez Tapias)

-“La religión es un asunto entre cada hombre y la divinidad” P.Bayle.

-“La buena fe es una virtud esencialmente laica, que remplaza la fe a secas”. André Gide.

-“El laicismo no nos ha sido dado como una revelación. No salió de la cabeza de ningún profeta; no se expresa en ningún catecismo. Ningún texto sagrado contiene sus secretos,  no los tiene. Se busca, se expresa, se argumenta, se ejerce y, si es preciso, se corrige y se extiende.” Claude Nicolet.

-“Las opiniones han causado más males en este globito que la peste o los terremotos. “Voltaire.

-“Allí, el judío, el mahometano y el cristiano tratan el uno con el otro como si fueran de la misma religión y sólo dan el nombre de infieles a los que están en bancarrota.” Voltaire, a propósito de la Bolsa.

-“Hay mil maneras de juntar a los hombres, no hay más que una de unirlos.” J.J.Rousseau.

-“Cada uno puede tener las opiniones que le plazca, sin que competa al soberano conocerlas: pues como no tiene competencias en el otro mundo, cualquiera que sea la suerte de los súbditos en la otra vida, no es asunto suyo, con tal de que sean buenos ciudadanos en ésta.”J.J.Rousseau.  Del contrato social.

-“Es pernicioso, tanto para la religión como para el Estado ,consentir que los ministros del culto puedan decretar nada o tratar asuntos de Estado.” Spinoza.

-¿”Qué contestar a un hombre que os dice que prefiere obedecer a Dios antes que a los hombres y que está seguro de merecer el cielo si os degüella?”Voltaire.

-“En Estados Unidos, la Religión no reglamenta únicamente las costumbres, extiende su imperio incluso sobre la inteligencia.”Tocqueville.

-“La humillante distinción entre laicos y clérigos cesa y la libertad brota de la verdadera libertad, sin anarquía sin embargo ,porque cada uno obedece a la ley que él mismo se prescribe.” Kant.

-“Todo hombre que se supone que tiene el alma libre debe ser gobernado por el mismo.”Montesquieu.

-“Todo lo que la religión puede dar lo da la cultura más enérgicamente”.Ortega y Gasset.

-“El cristianismo está seguro de su victoria, pero no tanto como para desdeñar la ayuda de la policía”. Karl Marx.

-“En el siglo XVIII, la aristocracia francesa decía: Para nosotros, Voltaire y para el pueblo, la misa y el diezmo. En el siglo XIX, la aristocracia inglesa dijo: para nosotros, la frase beata, para el pueblo, la práctica cristiana. Los santos católicos del cristianismo mortificaban su cuerpo para la salvación del alma de la masa; los santos modernos, cultos, mortifican el cuerpo de la masa para la salvación de la suya”. Karl Marx.

-“Se han visto tiempos en los que el hombre, al degollar al hombre cuyas creencias diferían de las suyas, estaba convencido de ofrecer a Dios un espectáculo agradable.”Lamennais.

-“Para mí, el laicismo es un valor (….) Pienso que el laicismo se va a convertir de alguna manera en  inevitable ante el pluralismo de las corrientes religiosas e ideológicas que atraviesan nuestra sociedad.”Monseñor Pierre Plateau. Arzobispo de Bourges.1989.

-“Le Newton du monde moral” Kant a propósito de J.J.Rousseau.

-“La sombra de la jerarquía eclesiástica sobre la vida política es todavía muy alargada en nuestro país y los políticos de derechas, de izquierdas o de centro, siguen mirando con el rabillo del ojo al papa y los obispos en espera de que aprueben sus conductas políticas o de que, al menos, no las reprueben, para ello, están dispuestos a hacer concesiones.” Juan-José Tamayo. Artículo del Monde Diplomatique.

-“Cuando hay disputa  entre débiles y poderosos, la libertad oprime y la ley libera.” Lacordaire.

Citas de Henri Peña:

“En la escuela, hay alumnos y no pequeños judíos, musulmanes, cristianos u ateos. Están  allí para instruirse y llegar a ser hombres libres….desde todos los puntos de vista.”

“Para construir un proyecto de sociedad, no temamos afirmar nuestros valores y decir que la libertad es la emancipación.”

“El espíritu crítico hace pareja con la libertad de conciencia, Es un valor esencial del laicismo.”

“El laicismo es un valor esencial, con esta preocupación por la libertad de conciencia y la libertad de todos los hombres, sean creyentes, ateos o agnósticos. EL IDEAL LAICO NO ES UN IDEAL NEGATIVO DE RESENTIMIENTO CONTRA LA RELIGIÓN. Es el mayor error que se puede cometer sobre el laicismo el ver en él una especie de hostilidad contra la religión. Es un ideal positivo de afirmación de la libertad de conciencia, de la igualdad de los creyentes y de los ateos y de la idea de que la ley republicana apunta al bien común y no al interés particular. Es lo que se llama el principio de neutralidad de la esfera pública.”

“Demasiadas veces, los hombres tienen tendencia a privilegiar lo que les divide. Con el laicismo, hay que aprender a vivir con sus diferencias en el horizonte de lo universal, sin olvidar nunca que, como hombre, tenemos intereses comunes.”

“El clero de una determinada religión no se pone en tela de juicio mientras se conforma con administrar las cosas de la fe para los que le reconocen libremente este papel.”

“Un problema social debe ser tratado por medidas sociales y no es porque alguien sufre una injusticia social que hay que abandonarlo a la compensación ilusoria del integrismo. Por otra parte, es Aberrante asimilar toda crítica del Islam político a un acto de racismo y pretender que la norma laica agrava la exclusión social.”

“La libertad de conciencia se fundamenta sobre la autonomía de criterio gracias a la escuela de la República, la única escuela verdaderamente libre, pues se abre gratuitamente a todos los niños del pueblo y no tiene otra preocupación que la de liberar las conciencias humanas gracias a una cultura universal.”

“Tampoco confunde el laicismo el ideal de una discusión libre con la generalización del relativismo: la distinción entre creencia y conocimiento debe estar claramente marcada, a no ser que queramos inaugurar un tipo nuevo de oscurantismo o propiciar nuevas tiranías.”

7. BIBLIOGRAFÍA

-Henri PEÑA: La emancipación Laica. Filosofía de la laicidad. Editorial Laberinto 2001

-Francisco DELGADO: Hacia la Escuela Laica. Editorial Laberinto. 2006

-Gonzalo PUENTE OJEA: Ateismo y religiosidad: reflexiones sobre un debate. Siglo XXI

-Georges WEILL: Historia de la idea laica en Francia. Comunicación Social, 2006

-Catherine KINTZLER: Tolerancia y Laicismo. Del Signo

-Luís María CIFUENTES. ¿Qué es el laicismo?. Laberinto, 2005

-Victorino MAYORAL: España de la tolerancia al laicismo. Laberinto, 2006

-Javier OTAOLA: Laicidad: una estrategia para la libertad. Bellaterra 1999

-Antonio GARCÍA SANTESMASES: Laicismo, agnosticismo y fundamentalismo. Biblioteca Nueva,2007

-Bertrand RUSSELL: Por qué no soy cristiano. Edhasa 1993

-Javier SADABA: Principios de bioética laica. Gedisa 2004

-Richard DAWKINS: El espejismo de Dios. Espasa, 2007

-Michel ONFRAY: Tratado de ateología. Anagrama, 2006

-Victoria CAMPS y Salvador GINER: Manual de Civismo. Ariel 1998

-Adela CORTINA: Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Alianza, 1997

-Adela CORTINA: Ética mínima. Tecnos, 2007

-Emile DURKHEIM: La educación moral. Trotta, 2002

-Antonio BOLIVAR: Educación para la ciudadanía. Algo más que una asignatura. Grao, 2007

-Manuales de Educación para la ciudadanía: Akal, Octaedro, Santillana,

INTERNET

Granada Laica y Andalucía Laica: www.laicismo.org

Europa Laica: www.europalaica.com

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