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El islam, con ojos de mujer

Asma Lmrabet defiende el Corán como “texto liberador” y achaca la opresión a las “interpretaciones machistas” Propone una lectura positiva denominada Tercera Vía

Hace 15 años, Asma Lmrabet decidió abandonar algunos valores occidentales para regresar al mensaje real del islam. Por aquel entonces lucía melena, vestía ropas ligeras, no era practicante y había enarbolado la bandera de la lucha feminista occidental contra un islam del que solo sabía que "oprime a la mujer". No conocía su historia ni su cultura. Su paso por la escuela francesa le provocó una crisis de identidad que soslayó volviendo al origen, al profeta y al Corán: "Nada tenían que ver los textos con las interpretaciones machistas de los eruditos". Del estudio pormenorizado extrajo una lectura positiva, de liberación para la mujer, que ha denominado Tercera Vía. Un concepto que ha acuñado para demostrar al mundo la conciliación entre el islam y los derechos y libertades de las mujeres.
En su discurso, las musulmanas no encajan en el modelo occidental laico, aunque sí en su aspecto emancipador. "Estamos de acuerdo en que debemos luchar por participar en la vida política y en la educación, y ser autónomas e independientes", asegura. Su libro El Corán y las mujeres. Una lectura de liberación acaba de aterrizar en las librerías de Rabat y recoge esta nueva idea del islam, que ya ha abierto las primeras heridas entre los más conservadores. "Dicen que soy un terrible peligro para la religión porque en el mundo musulmán las mujeres siempre han vivido bajo la opresión", apunta. Sin embargo, se define a caballo entre el islam rigorista y el modelo occidental.
Lmrabet guarda mucho respeto a las marroquís laicas porque, a su juicio, son las que están transformando los dogmas intolerantes. "En nombre de la libertad se esfuerzan además en reinterpretar el libro sagrado, y han logrado la reforma del código de familia", resalta. No puede decir lo mismo de las islamistas y las marroquís practicantes. Aunque avanzan lentamente, les cuesta adherirse a la transformación: "Tienen asumido el estatuto de inferioridad e incluso lo apoyan".
En su libro, Lmrabet deja constancia de que en los países árabes una revolución silenciosa femenina, sin precedentes, comienza a hacer mella entre los hombres intelectuales: "Están molestos porque conocemos el islam y nos defendemos con argumentos de los versos coránicos". Para la autora se acercan cambios que acabarán con la actitud patriarcal impulsada por la jurisprudencia islámica, y la mujer ocupará más espacios, incluso dentro de la mezquita.

Uso político
¿La religión es el opio del pueblo?, le pregunto. "Claro, pero solo si se utiliza políticamente", responde. En su obra, Lamrabet explica al resto del mundo que el libro es un texto liberador para sociedades oprimidas como la marroquí, y que en él están muy presentes los principios de libertad y dignidad y los espacios de democracia para la mujer. El Corán, dice, "es aplicable a la vida diaria". Sin embargo, en Occidente se ve como amenaza "por culpa del poder político, que utiliza el islam a su conveniencia".
Y en este punto, la autora propone otro debate: la separación entre lo sagrado y lo político. Está convencida de que el islam también la prevé. Su obra da cobijo a marroquís que se miran en el espejo de Occidente, "pero solo por apariencia y materialismo"; a mujeres que quieren preservar su identidad frente a las importaciones europeas y se cubren aún más, y a musulmanas afincadas en Europa, que, como ella, sufren un problema de identidad.

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