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El humanismo budista

Nos ha venido dando Rajoy un catálogo bastante extenso de lo que realmente nos importa y a eso prometió dedicarse. Maestro en separar el trigo de la paja, el presidente siempre fue categórico: había que hacer lo que había que hacer y reformar lo que había que reformar, siempre con la verdad por delante. Había que estar en lo que había que estar que, para entendernos, no era la memoria histórica, ni la Educación para la Ciudadanía ni siquiera el matrimonio entre personas del mismo sexo. Lo importante era el paro, las reformas estructurales, la buena gestión, la disolución irreversible de ETA y, por supuesto, la generación de confianza, porque España es un gran país y lo hacen los españoles.

Con esas coordenadas en la cabeza hemos llegado al Congreso del PP, donde además de aclamar al líder porque es lo que toca, se ha empezado a debatir muy a fondo de lo que realmente es importante. Del abanico de preocupaciones sobresalía una que nos tenía en un sinvivir y la prueba es que millones de personas se hallaban paralizadas ante un dilema de similar complejidad al que mató de hambre al asno de Buridano. ¿Se inspira el PP en el humanismo cristiano o en el humanismo europeo? ¿Todo el humanismo cristiano es europeo o sólo es europeo el humanismo cristiano? ¿Hay humanismo en Asia y, si así fuera, podría inspirarse el PP en el humanismo budista?

No ha sido fácil resolver esta cuestión ante la imposibilidad de contar con las valiosas aportaciones de Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro y de Montaigne, que a última hora disculparon su asistencia igual que Petrarca, que para colmo ni siquiera es militante. Para suplir estas ausencias, los intelectuales de Hazte Oír se hicieron escuchar con el más sólido de los argumentos: eliminar el término “cristiano” de los Estatutos sería abonar el radicalismo laicista de la izquierda y un gesto zapaterista a más no poder.

El PP es cristiano, humanista y europeo, faltaría más. Además, tras el fecundo razonamiento de González Pons -“el apelativo cristiano no tiene connotación religiosa”- hasta los budistas pueden sentirse como en casa. Eso es lo importante.

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