El arzobispo de Santiago señaló que los «temas valóricos no son sólo dos, son un conjunto de valores que hacer que la vida humana se desarrolle plenamente».
COMENTARIO: No parece que los obispos chilenos pierdan tiempo para presionar al nuevo gobierno, visitando a la presidenta electa, y el consabido y falso discurso de laico y laicista. Una fórmula que les permitirá descalificar al gobierno cuando intente legislar sobre temas que la iglesia considera de su “propiedad”, educación, sexualidada, matrimonio,… La vacilante actitud de Bachelet en los días previos a las elecciones sobre su programa en materia de laicidad, no parece que augure avances en este país pese a los resultados electorales.
Hasta el edificio que funcionó como comando de la candidata de la Nueva Mayoría llegó el Comité Permanente del Episcopado, encabezado por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, para entregar su saludo a la ahora presidenta electa.
Tras la reunión protocolar con Bachelet, Ezzati respondió a las preguntas de la prensa, refiriéndose a los ‘temas valóricos’, pero puntualizando que ”el respeto a la vida pasa por muchos otros problemas y temas valóricos, como la dignidad del trabajo, de la vivienda, el trato a los adultos mayores” entre otros, agregando que los “temas valóricos no son sólo dos, son un conjunto de valores que hacer que la vida humana se desarrolle plenamente”, acotó.
El prelado también hizo hincapié en la diferencia entre un Estado laico, que a su juicio es respetuoso de todas las creencias, “como parte integrante del desarrollo de la sociedad”, y un Estado “laicista” que “como los que se han dado la historia parada y que no han sido satisfactorios para el conjunto de la sociedad”.
Ezzati contó que en la reunión con Bachelet se abordó el tema de la familia apuntando su deseo de que estos temas “tengan en el parlamento un lugar donde se pueda profundizar y discutir con un aporte mucho mas generalizado.
Respecto de la alta abstención registrada durante la elección, Ezzati señaló que “el bien común es un derecho de todos los ciudadanos, pero construir ese bien común es un deber de todos los ciudadanos. una autentica educación cívica y el concepto de la política debería ser patrimonio de todos”, afirmó.
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