Lleida fue el primer municipio español en proponer la prohibición del burka, y Lleida ha sido también el primero en saber que la justicia acepta su decisión. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha avalado el veto al entender que "en la cultura occidental" el velo integral puede "perturbar la tranquilidad" del resto de ciudadanos porque "oculta el rostro". Y que no casa con los valores de igualdad entre mujeres y hombres que "defiende la sociedad española". El caso no está cerrado porque la asociación Watani, que acudió al tribunal por vulneración de derechos fundamentales, ya ha anunciado que recurrirá la sentencia al Tribunal Supremo. Aunque no sienta jurisprudencia, el fallo que avala la prohibición en Lleida supone una referencia para los 13 Ayuntamientos que también han impulsado el veto al burka y al niqab en sus municipios. Once de estos Consistorios -El Vendrell, Reus y Tarragona, entre otros- son municipios catalanes, por lo que es previsible que, con normativas similares, y ante eventuales recursos de la comunidad islámica, el tribunal mantenga su criterio. Distinto es el caso de dos municipios -Galapagar, en Madrid, y Coín, en Málaga- que también se sumaron a la ola prohibicionista.
"La sentencia da cierta tranquilidad a los Ayuntamientos para regular estos asuntos, porque reconoce que son competentes en la materia", razona el profesor de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Barcelona Vicenç Aguado.
La argumentación jurídica, sin embargo, se basa en alegar diferencias culturales con el islam. "Demuestra la falta de conocimiento de la cultura y religión musulmana. No pueden relegar legalmente nuestra cultura a la occidental", lamentó el portavoz de la entidad musulmana moderada Adib Biladi que defiende, sin embargo, el veto al velo integral. "La referencia a la cultura occidental es perversa", advirtió el sociólogo y experto en el islam, Jordi Moreras. "Genera una situación de desigualdad peligrosa a nivel legal".
