La Virgen de la Sierra, lejos de caminar sola, demuestra en cada ocasión su poder de atracción, como en aquel histórico besamanos que tuvo lugar en la parroquia de la Trinidad, con motivo de la Magna Mariana. Y hoy tampoco lo ha hecho. Por el contrario, una multitud de egabrenses han lanzado sus vivas al cielo de la Subbética. Mientras la centenaria imagen se acercaba a Cabra, para que Fernando Priego se suba a su trono áureo y le entregue el bastón de mando de la ciudad. Porque Ella manda, desde hoy, en el pueblo al que quiere y protege. Sin miedos y sin complejos, su gente se arrodilla ante ella, comenzando por su alcalde.
El presidente de la ciudad de Ceuta renueva el Voto de Gracias a Santa María de África en su santuario
En un emotivo acto en el Santuario de Nuestra Señora de África, la ciudad de Ceuta reafirma su…