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El alcalde de Fontellas (Navarra) se compromete a restaurar o hacer nueva la imagen quemada de la Virgen del Rosario

La Policía Foral investiga la quema a las 15 horas de ayer de la imagen de la Virgen del Rosario, el altar y una capilla lateral dentro de la iglesia de Fontellas, de la que es patrona. La conmoción y el pesar entre los vecinos cuando se iban enterando de la noticia fue creciendo sin alcanzar a entender lo sucedido y muchos no podían contener las lágrimas al saber que se había visto muy afectada la talla de su patrona situada en el retablo del siglo XVII.

Los hechos se produjeron sobre las 15 horas, cuando avisaron al alcalde de Fontellas, Andrés Agorreta, de que habían visto a un hombre en el tejado de la iglesia. Cuando consiguieron entrar se percataron que salía algo de humo que aumentó al penetrar en la iglesia. El párroco a las 15.38 horas llamó a SOS Navarra para indicar que salía humo del campanario por lo que se alertó al parque de bomberos de Tudela. Al acceder al interior, los bomberos hallaron la iglesia llena del humo que procedía del retablo de una de las capillas laterales, así como de dos figuras próximas, que estaban ardiendo. El fuego se apagó con rapidez por los bomberos, que utilizaron el camión escala y una autobomba. Parte de la ornamentación del techo de la capilla se cayó y la nave del templo quedó ennegrecida por el hollín. Las tareas de ventilación fueron complicadas dadas las características del edificio. La Policía Foral investiga las causas del incendio, existiendo indicios de que fue provocado después de que los autores accedieran al templo (que estaba cerrado) por el tejado, para luego pasar al campanario y de ahí al interior de la iglesia.

La imagen de la patrona de Fontellas llevaba el traje de gala (elaborado y adquirido en 2004) que le colocan para la procesión que, precisamente, se celebró la semana pasada, el 1 de septiembre. Numerosos vecinos no pudieron contener las lágrimas y resaltaron la “rabia que sentimos por el hecho de que han intentado hacer daño por el mero hecho de hacer daño”. Muchas de ellas colaboraron en realizar el manto e indicaron que era “el mejor que tenía y se lo solíamos quitar a mitad de mes. Qué rabia y qué vergüenza”, señalaban. El alcalde indicó que la corona y los brazos estaban poco afectados pero que cuando lo puedan analizar “veremos si se restaura o se hace una nueva”.

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