España acaba de iniciar el trámite para la aprobación de una de las leyes del aborto más restrictivas de su democracia. Estoy en contra de esta ley. Creo que es necesaria una educación sexual y del uso de métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados. Pero si todo esto falla, estoy a favor del aborto como la menos mala de las soluciones. El aborto es triste pero una madre muriendo en una clínica clandestina es aún más triste.
Ahora bien, si de introducir cambios a la ley del aborto se trata yo propondría una restricción diferente que avanza en dirección a la igualdad, una decisión a favor de los derechos del padre. Me explico. Estoy totalmente de acuerdo con el derecho de la mujer a elegir si quiere o no interrumpir su embarazo en caso de relaciones casuales. Pero en el caso de matrimonios, también pienso que el padre debe poder tener voz y voto en la decisión. Actualmente la libertad de elección recae exclusivamente en la madre. El marido/padre no tiene facultad para parar un aborto. En el caso de matrimonios creo que la regulación actual no es equitativa. Si el marido sí quiere tener el hijo, no creo que la esposa deba ser la única en decidir si abortar o no. Aun más porque cuando la mujer decide no abortar, el padre es forzado a sustentar al hijo y ejercer de padre de por vida. Y esto no sólo incluye a hijos de parejas estables sino también a hijos de embarazos no deseados. Es injusto que un chico al que le falla un condón tiene que ser obligado a ejercer de padre toda la vida pero un padre que lleva años casado no puede decidir si quiere tener su hijo que puede querer enormemente.
El único cambio que yo le haría al aborto es que en caso de matrimonios un padre pueda oponerse a un aborto. Se que esto me puede causar dificultades con mis lectores mujeres pero para mi este tema no tiene que ver con los derechos de un embrión de pocas semanas, sino con el deseo de los dos progenitores en un matrimonio. Con la igualdad de derechos.
