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EE UU da gracias a Dios antes de batir el récord de venta de armas

Gracias a las armas van arrebatando tierras a los indios y gracias a sus creencias se sienten legitimados para hacerlo.

Los americanos son muy amantes de sus tradiciones, pero en todos los sentidos. Los pioneros conquistaron sus parcelas en la Tierra Prometida con una Biblia en una mano y un rifle en la otra. Y sin tener en cuenta los derechos de los indios. No hay más que acudir a una filmoteca y rescatar las películas que ha inmortalizado la industria de Hollywood para rememorar las hazañas de aquellos padres fundadores. Los hogares de Norteamérica conmemoran cada año el Día de Acción de Gracias, una celebración muy pegada a la religión, pero horas después se lanzan a una jornada de hiperconsumismo sin límites en vísperas de la Navidad. Esta vez han dejado vacías las estanterías de las tiendas que venden armas de fuego. Un país de tradiciones … y de contradicciones.

El Día de Acción de Gracias es una tradición nacional que se celebra el cuarto jueves de noviembre y reúne a familias y amigos para compartir mesa y mantel con un menú que incluye pavo y dulces de calabaza. El portal oficial del Gobierno de Estados Unidos recuerda que el primer Día de Acción de Gracias tuvo lugar en la colonia de Plymouth (hoy Massachusetts) en 1621. Según la historia, los colonos recién llegados a aquel territorio pasaron hambre durante el invierno, pero en la primavera los indígenas les enseñaron a sembrar maíz y otros cultivos, además de a cazar y pescar. En el otoño obtuvieron excelentes cosechas y en agradecimiento invitaron a los nativos a compartir un banquete.

Aunque la fiesta, muy especial para los americanos, ha ido adquiriendo un carácter laico, desde muchos ámbitos se reivindica el sentido religioso de esta celebración. Se argumenta que los primeros pobladores pretendían dar gracias a Dios por las buenas cosechas obtenidas en el nuevo mundo. Incluso hay quien se remonta hasta 1598 para situar la paternidad de la conmemoración en Juan de Oñate, un conquistador oriundo de la localidad guipuzcoana de Oñati. Es el caso del actual arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, que antes lo fue de San Antonio (Texas). El prelado, ordenado en Torreciudad y formado en Pamplona, defiende que Juan de Oñate celebró una misa en acción de gracias a Dios cuando llegó y colonizó Nuevo México.

Una historia curiosa la de Juan de Oñate, hijo de Cristóbal de Oñate –nacido en el caserío oñatiarra de Narriondo– y casado con Isabel de Tolosa Cortés de Moctezuma, nieta de Hernán Cortés y biznieta del emperador azteca. Juan de Oñate era intrépido y osado, pero su caridad cristiana dejaba que desear. Conquistó y pacificó a sangre y fuego los territorios del suroeste de Estados Unidos, donde doblegó a muchas tribus de nativos, a veces con exceso de crueldad. Los descendientes de los indios Pueblo todavía evocan las mutilaciones ordenadas por el conquistador –amputar el pie izquierdo a los indígenas masculinos en edad de combatir– tras una rebelión en la tribu acoma, una actuación por la que luego sería juzgado. En 2007, los nativos lograron que una espectacular estatua de Juan de Oñate a caballo en El Paso fuera bautizada como ‘El jinete’ al considerar que «un despiadado genocida» no es merecedor de tal distinción.

Polémicas aparte, en el sustrato cultural del pueblo norteamericano ha quedado la actuación de los pioneros que se instalan en aquella tierra en grupos con un pastor al frente que blande la Biblia en todo momento. Y también el fusil. Gracias a las armas van arrebatando tierras a los indios y gracias a sus creencias se sienten legitimados para hacerlo. Hoy, sin embargo, recuerdan la hospitalidad de los indígenas. Y siguen comprando armas a pesar de las matanzas y tiroteos que han conmocionado a la sociedad norteamericana, un país en el que hay policías con gatillo fácil como se acaba de comprobar en Ferguson o Nueva York.

Barack Obama ha reconocido que su «mayor frustración» como presidente de Estados Unidos ha sido el fracaso en su intento de endurecer las leyes de control de armas a nivel nacional, que sí es muy restrictiva en algunos estados. El pasado ‘black friday’ el FBI tuvo que comprobar 175.000 antecedentes penales, trámite obligatorio para comprar un arma. Durante todo noviembre la agencia federal procesó más de 1,8 millones de controles de antecedentes, un 12% más que en octubre. Pese a este nuevo récord reciente, el día de mayor número de verificaciones de antecedentes desde que hay registros fue el 21 de diciembre de 2012, con más de 177.000. La Agencia de Tabaco, Alcohol, Armas de Fuego y Explosivos de EE UU calculaba en 2011 que había 258 millones se armas en circulación en el país.

Fue en 1863 cuando el presidente Abraham Lincoln proclamó el último jueves de noviembre como festivo nacional del Día de Acción de Gracias. Fue un mandatario muy pegado a la Biblia. La suya, un ejemplar que se conserva en la Biblioteca Nacional del Congreso, ha sido utilizada por Obama en sus dos tomas de posesión. En 1941 fue el presidente Franklin Roosvelt quien aprobó una ley que estableció la fecha de la festividad para el cuarto jueves de noviembre. Roosvelt, que tuvo ya una influencia directa sobre los marines’ en 1917, fue uno de los mayores valedores de la expansión del Ejército de Estados Unidos. La Biblia y el rifle.

venta de armas en USA

Un cliente prueba un rifle de asalto AR-15 en una tienda de Florida. / AFP

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