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Desmitificando falsos argumentos [de la Iglesia católica] sobre el aborto

La marea verde, el movimiento internacional por el aborto legal, seguro y gratuito, comenzó con el movimiento de mujeres en Argentina y se ha ido extendiendo a lo largo del mundo. Cuando hablamos de la exigencia por el derecho al aborto, también hablamos de educación sexual integral en todas las escuelas y colegios, así como de la necesidad del acceso a anticoncepción gratuita.

Para lograr que esta marea se convierta en un tsunami, es necesario realizar una campaña permanente por el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, a lo largo de cada rincón del país, que unifique mujeres trabajadoras y estudiantes, lo cual implica poner el tema sobre la mesa y derribar todos los falsos argumentos en contra.

1. ¿Es el aborto un método anticonceptivo?

Según declaraciones de la Iglesia Católica sobre la comercialización de la píldora del día después, se oponen a la anticoncepción de emergencia por considerar que “atenta contra la vida de los no nacidos”, es decir, la confunde el método anticonceptivo con un método abortivo. Esto es falso.

El aborto no es un método anticonceptivo, ya que se da cuando el embarazo ya está presente; mientras que los métodos anticonceptivos evitan el embarazo. Puede que se dé la confusión entre el aborto y la pastilla del día después, la cual puede prevenir que se dé el embarazo si se toma en las 72 horas después del acto sexual. Ésta es vista erróneamente como abortiva, cuando en realidad es anticonceptiva, pues mientras un aborto se realiza una vez dada la concepción, la pastilla del día después la evita.

Según una investigación realizada por Iqbal Shah y Aníbal Faúndes, en lugares donde el aborto es penalizado por la ley, los médicos que los realizan ilegalmente son motivados principalmente por dinero, dejando por fuera a las mujeres de clase trabajadora que no lo pueden pagar.

Por otro lado, no toman medidas para educar a las personas sobre métodos anticonceptivos. En cambio, en lugares donde es legal y libre, existe la preocupación necesaria para que se dé la educación acerca de cómo prevenir otros embarazos no deseados. Esto provoca que las tasas de abortos inducidos en países donde se ha dado la despenalización disminuyan, en la mayoría de los casos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el acceso al aborto no supone únicamente legalidad, sino también buenas prácticas de salud y educación sexual. Por lo que, en países donde el aborto es legal, las mujeres abortan menos que en países donde éste es altamente restringido e inseguro.

Esto demuestra que las declaraciones dadas por la Iglesia Católica, además de no estar basadas en conocimiento científico, responden a una serie de ataques y mitos que van dirigidos a la negación de nuestro derecho democrático al aborto. Es necesario llevar adelante una campaña permanente e independiente del gobierno, por el derecho democrático al aborto libre, legal, seguro y gratuito, para que seamos nosotras, y no el Estado ni las iglesias, quienes decidamos sobre nuestros cuerpos.

2. ¿El feto siente dolor?

Uno de los mitos que suele reproducir la Iglesia católica, en su afán de mantener control legal sobre nuestros cuerpos, es que “el feto siente dolor”, aun cuando no tengan ninguna evidencia para afirmarlo.

Sin embargo, este argumento es falso. Según investigaciones de la Universidad de Londres, antes de las 35 semanas de gestación, el cerebro del feto no distingue la sensación del dolor del tacto. Durante la gestación, las estructuras cerebrales donde se reconoce algún estímulo, son las últimas que se forman. Además, de acuerdo al Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos del Reino Unido, el feto se encuentra sedado en el útero de forma natural.

Por otro lado, este mito reproduce una jerarquización, en donde se privilegia la vida en potencia de un ser que no ha terminado de desarrollar su aparato sensorial y sus estructuras cerebrales, por encima de la vida y los derechos del cuerpo gestante.

Este mito reproducido por las Iglesias es contradictorio con su discurso, pues mientras nos niegan el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos a miles de mujeres, son cómplices de miles de casos de abuso sexual, muchas veces hacia menores, por parte de obispos, curas o sacerdotes, e incluso,existen casos de representantes de la Iglesia Católica afirmando que es más grave el aborto que la pedofilia.

3. ¿El aborto causa algún trauma físico o emocional?

Según el monseñor José Manuel Garita, Obispo de Ciudad Quesada: “Dios no quiere sufrimiento para las mujeres ni tampoco para los niños que llevan en su vientre”. Se alega que las mujeres sufrimos cuando abortamos, como si se tratara de una práctica insegura y dolorosa, cuando en realidad si se practica con los protocolos de salud correctos, el aborto es de los procedimientos médicos más seguros, según Planned Parenthood.

La iglesia trata de mantener el aborto en condiciones clandestinas, pero al mismo tipo dice que no quiere sufrimiento para las mujeres. Omitiendo las condiciones insalubres y precarias en las que se practican abortos clandestinos en Costa Rica, las cuales causan miles de muertes para mujeres de clase trabajadora, quienes no pueden tener acceso a un aborto seguro en algún país donde la práctica sea legal.

En un artículo publicado por la Conferencia Episcopal Española, se afirma que el aborto no es seguro para la mujer ya que “existen secuelas importantes derivadas de estas manipulaciones, que pueden influir seriamente en el desarrollo de embarazos posteriores” y que supone un “fuerte trauma psíquico”. Esto es falso.

De acuerdo con Planned Parenthood, las complicaciones y riesgos asociados al aborto son similares a las de otros procedimientos ginecológicos, y no es particularmente riesgoso. El aborto no afecta la fertilidad ni tiene secuelas en futuros embarazos.

En adición a esto, según un estudio publicado en JAMA Psychiatry, en el cual se le dio seguimiento a mil mujeres que buscaron practicarse un aborto en EEUU, las mujeres que sí se lo practicaron no tuvieron más problemas de salud mental que aquellas a las cuales se les negó. Además, según un estudio publicado en el diario académico PLOS ONE, el 95% de las mujeres no se arrepienten de haber abortado, y piensan que fue la decisión correcta tanto a corto como a largo plazo.

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