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Denunciar el Concordato por una educación laica

Si nos atenemos al Artículo 16.3 de la Constitución, éste dice que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal.” Sin embargo añade a continuación que “Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás religiones”.

Dentro que se defiende la libertad de culto, resulta curioso y contradictorio que mencione explícitamente la Iglesia Católica. Si pensamos mal, parece que mencionarla explícitamente puede tener relación con darle algún tipo de tratamiento de privilegio.

No vamos a hablar de la tan traída Transición, ni de los poderes fácticos que existían tras el fin de la dictadura, pero está claro que al redactar este artículo de la Carta Magna tenían muy presente los Concordatos con la Santa Sede. En ellos se regula la asignatura de Religión en los centros educativos y los centros educativos pertenecientes a la Iglesia Católica.

Esto ha permitido que en la última reforma educativa, y tras mas de veinte años, la religión cuente como materia evaluable, no sólo la católica sino también otras que tengan acuerdos con el estado español como la islámica, la judía o la evangélica. Cuando se redactó el Concordato, la presencia de otras religiones en España más allá de la católica era muy minoritaria. Con la llegada de inmigrantes de otras culturas y la pujanza de otras religiones como la evangélica, se supone que hubo que llegar a acuerdos para evitar demandas por discriminación de origen religioso.

A esto hay que añadir que en la LOMCE hay que elegir entre religión y valores éticos. Aparte de que tener unos valores éticos morales según tus creencias religiosas (que está muy bien), es necesario tener y conocer unos valores éticos civiles y laicos. Si añadimos la desaparición de la materia de Educación para la Ciudadanía, la LOMCE se encargó de borrar de un plumazo ese paso hacia adelante que significaba para el laicismo la LOE.

Si queremos que la educación pública sea laica, por supuesto tendremos que ir retirando los conciertos educativos. Sobre la manera de hacerlo ya hemos hablado en un post anterior. Pero por otro lado se deberían denunciar estos acuerdos del gobierno español con el Estado de la Ciudad del Vaticano. Hay muchos países que poseen acuerdos con el Vaticano, como Francia. Pero este país es muy celoso de su laicismo y la separación iglesia-estado declarados en su constitución y la religión no se enseña en los centros públicos galos.

Denunciar los Acuerdos con el Vaticano nos permitiría afrontar no sólo una reforma educativa en la que la enseñanza de la religión despareciera del curriculum, sino también afrontar una verdadera aconfesionalidad del estado. Ojo, que profesar y enseñar una religión no es algo negativo. Se podría sacar del curriculum ordinario y se podría ofertar como actividad extraescolar. Lo que sí es interesante es una materia como Historia de las Religiones, que nos aportaría un enriquecimiento cultural y una visión más respetuosa y tolerante de otros pueblos u otras culturas.

Derogar el Concordato nos permitiría junto con lo anterior ir suprimiendo los conciertos educativos y que la religión sólo se enseñara en los centros privados. En otros países como Finlandia los padres que optan por los colegios privados (que son un porcentaje ínfimo) es porque quieren darle un enfoque religioso a la educación de los niños. En Francia, el debate sobre la educación laica, directamente no existe.

lettre-educationgouvfr-201512-laicite_507882

Estableciendo una analogía con la enseñanza de las religiones, en un futuro podríamos encontrarnos con casos de que una comunidad religiosa importante podría solicitar un concierto educativo para un centro con enfoque religioso. ¿Os imagináis colegios concertados judíos, luteranos o musulmanes?

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