Asóciate
Participa

¿Quieres participar?

Estas son algunas maneras para colaborar con el movimiento laicista:

  1. Difundiendo nuestras campañas.
  2. Asociándote a Europa Laica.
  3. Compartiendo contenido relevante.
  4. Formando parte de la red de observadores.
  5. Colaborando económicamente.

Cuando la muerte es vida · por Ximo Estal Lizondo

​Descargo de responsabilidad

Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:

El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.

La muerte es una palabra que asusta a todos y todas, que significa para las personas el final de todo e implica: tristeza, depresiones, aislamiento e incluso para muchas personas el «morir» psiquicamente junto a la persona «desaparecida». Porque esto es la muerte, la desaparición de un ser vivo: humano, vegetal, animal. Y así como los vegetales, creemos, no la perciben, los animales y sobretodo los seres humanos la sobredimensionamos e incluso se hace negocio con ella y bastante rentable para algunos, incluso antes de que se efectue la desaparición.

¿Pero en realidad existe tal desaparición? ¿En realidad el ser humano muere de verdad? ¿Que es la muerte? ¿Hay vida después de ella? ¿Es el final o el principio?

Culturas antiguas, sobretodo la egipcia, creian en la vida después de la muerte por eso les enterrraban con sus propiedades, comida y hasta incluso con sus esclavos, siervos y medios de transporte

Muchas preguntas que se nos agolpan cuando reflexionamos sobre ella y muchas sin respuesta coherente y científica, sobretodo basadas en una realidad; ¿porque alguien conoce a un ser humano que haya muerto y vuelva a estar con nosotros? Me imagino, supongo que no. Incluso empleando técnicas de ocultismo o otras técnicas, la mayoría falsas y engañosas que juegan con la ignorancia y las ganas que se tiene que el ser desaparecido continue en otro estadio: existiendo y viviendo.

Culturas antiguas, sobretodo la egipcia, creian en la vida después de la muerte por eso les enterrraban con sus propiedades, comida y hasta incluso con sus esclavos, siervos y medios de transporte. E incluso preparaban a su sociedad para ese paso, para que la muerte no fuera tristeza sino alegría y vida. E incluso las religiones más importantes, hablan de la muerte como un paso a una vida mejor.

¿Pero realmente es así? La verdad es que la muerte no debe, ni es el final. El ser humano desde que nace hasta que desaparece deja su impronta, sus pensamientos, su vida, cada día que esta presente. Por lo cual cuando desaparece, su idea, su ser no se va: esta ahí. Por lo tanto no es su final sino su principio. Pasa de ser idea de ser humano a ser “idea”. ¿Acaso ha muerto Platón, Aristoteles, Kant…? ¿Ese familiar al que todos queríamos? ¿Ese profesor al que escuchabamos con tanto cariño? ¿Acaso sus ideas, sus ejemplos no perviven en nosotros? ¿Acaso las historias de nuestros abuelos y padres, sus besos, sus abrazos, no los sentimos todavía? ¿Acaso la idea de libertad y de igualdad de nuestros antepasados no nos sirven para seguir luchando por esos conceptos? 

Por todo esto, la muerte, esa palabra, ese hecho, que tanto nos aterra, que tanto pedimos que llegue cuanto más tarde mejor, no nos debe dar miedo. Porque podemos desaparecer, pero siempre, siempre, continuaremos “vivos”.

Por todo esto, dejar que nuestros enfermos incurables puedan morir dignamente es darles la “vida”. Ley de Eutanasia ya de una manera real. Esa es la solución y el derecho a morir dignamente como colofón a una vida digna y libre.

Total
0
Shares
Artículos relacionados
Total
0
Share