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¿Cuál es el papel de la religión en las protestas raciales de EE.UU.?

Las iglesias siempre han jugado un papel central en la lucha de la comunidad negra. El templo permitía organizarse y sirvió de altavoz a reverendos como Martin Luther King Jr. en los años 60, pero ahora el movimiento “Black Lives Matter” reniega de esas estructuras y quiere dar más relevancia a mujeres, jóvenes y homosexuales.

“Durante décadas y décadas, los afroamericanos no podían organizarse, no podían reunirse en ningún sitio a excepción de las iglesias. Y la iglesia era uno de los pocos lugares donde se podía construir una comunidad y donde se ofrecían oportunidades para el liderazgo negro”, dice a Efe el catedrático afroamericano Vincent Lloyd.

Sin embargo, ahora, las redes sociales han abierto una nueva vía para organizarse de manera horizontal, sin que haya un solo líder, sino muchos.

“BLACK LIVES MATTER” QUIERE DEJAR ATRÁS A LOS REVERENDOS

Para Lloyd, lo primero que hay que entender es que el movimiento “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan) ha hecho un “esfuerzo consciente” para separarse del liderazgo heterosexual del hombre negro, encarnado en figuras como los reverendos Martin Luther King Jr., Jesse Jackson y Al Sharpton.

A cambio, las protestas han puesto en primera línea a quienes más sufren por el racismo: mujeres, jóvenes y miembros del colectivo de lesbianas, gais, trans, bisexuales, intersexuales y queers (LGTBIQ).

Los activistas se han distanciado de la moral cristiana que predominó el movimiento en los años 60 y han acompañado sus peticiones de justicia racial con respeto para todas las identidades de género. La idea es igualdad para todos en todos los aspectos.

De hecho, “Black Lives Matter” nació en 2013 como el resultado de la alianza de tres mujeres afroamericanas que se identifican como queer: Alicia Garza, Patrisse Cullors y Opal Tometi.

Crearon el movimiento en respuesta al asesinato del adolescente negro Trayvon Martin y, desde el principio, su objetivo fue favorecer la aparición de nuevos líderes en la comunidad negra.

“Para participar en ‘Black Lives Matter’ uno no puede ser un seguidor, un discípulo, tiene que ser un líder en sí mismo”, enfatiza Lloyd, experto en política, raza y religión.

TENSIÓN CON LAS GENERACIONES MÁS MAYORES DE AFROAMERICANOS

La actitud irreverente del movimiento ha generado tensiones con generaciones aún ligadas a los valores cristianos y que prefieren que los jóvenes se concentren en asuntos más tradicionales como igualdad económica y política para los afroamericanos, en vez de andar lanzando consignas por la igualdad sexual.

Desde hace décadas, parte de la comunidad negra ha rechazado la transversalidad de la que ahora presume “Black Lives Matter” y ha defendido que es mejor enfocarse en lo que les afecta directamente.

Ya cuando Martin Luther King protestó contra la guerra de Vietnam, algunos le criticaron.

No obstante, a pesar de las tensiones, de puertas para afuera, la comunidad negra permanece unida.

Este domingo, decenas de iglesias negras de Washington celebran misas virtuales en honor al afroamericano George Floyd, que falleció el 25 de mayo después de agonizar durante nueve minutos mientras un agente blanco presionaba su rodilla contra su cuello, una escena grabada en vídeo y que ha desatado indignación en todo EE.UU.

El propio funeral de Floyd en Minéapolis estuvo lleno de cánticos religiosos y a él asistieron importantes figuras del movimiento de los años 60, como el reverendo Jesse Jackson.

Y, hace seis años, en las protestas de Ferguson (Misuri) por la muerte del afroamericano Michael Brown, las iglesias sirvieron de refugio a los activistas, que durmieron en el suelo mientras en las calles seguían las cargas policiales y gases lacrimógenos.

LA OTRA CARA: LA DERECHA CRISTIANA DE LOS BLANCOS

En las protestas, sin embargo, también se ha visto la otra cara de la religión: la derecha cristiana principalmente evangélica que ganó fuerza con la abolición de la segregación racial en las escuelas.

Coincidiendo con ese momento, los evangélicos comenzaron a crear sus propias escuelas donde se podía rezar y, al final de la en la década de los 70, ganaron tanta fuerza que el Partido Republicano tuvo que incluir en su ideario algunos de sus valores socialmente conservadores, como la oposición al aborto.

En 2016, el presidente de EE.UU., Donald Trump, se hizo con la Casa Blanca en parte gracias al apoyo de este grupo y confía en repetir la jugada en los comicios de noviembre.

Por eso, este lunes hizo que las fuerzas de seguridad dispersaran por la fuerza una protesta pacífica frente a la Casa Blanca con el único objetivo de hacerse una foto en una iglesia mientras sostenía una Biblia.

“Al sostener la Biblia está enviando un mensaje claro a los evangélicos blancos. Estoy de vuestro lado y puede, incluso, que Dios me haya elegido para este momento”, explica a Efe el historiador John Fea, autor del libro “Believe Me: The Evangelical Road to Donald Trump”.

Hasta ahora, las protestas se han extendido durante más de diez días y han llegado a 650 ciudades en los 50 estados del país.

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