Con respeto de las creencias religiosas de la Población Guadalupense y Zacatecana, considero un deber cívico manifestar mi opinión contraria respecto a la intención del ayuntamiento de Guadalupe, Zacatecas, expresada por el presidente municipal, de utilizar recursos del erario municipal para la construcción de infraestructura y la esfinge de la virgen de Guadalupe.
Es en mi opinión, y la de muchos con quienes he conversado, un verdadero despropósito, o dicho de otra forma, un propósito extraviado ocupar recursos y esfuerzos del municipio en proyectos de exaltación y proselitismo religioso cualquiera que sea su signo, teniendo como argumento falaz promocionar el “TURISMO RELIGIOSO”, como si fuera éste el único proyecto turístico posible para el desarrollo de ésta actividad económica o de desarrollo económico-social.
¿A dónde queda el Estado Laico ampliamente demostrado como la mejor vía para el respeto y garantía constitucional de libertad de creencias o no creencias religiosas?, no sólo de una de ellas, sino de cualquier forma de pensamiento. Es una obligación, eso sí, de los gobiernos civiles, no solo respetar sino velar y garantizar la vigencia de dicho Estado Laico, evitando alimentar los fanatismos y fundamentalismos religiosos que tanto han dañado históricamente a la humanidad y a nuestra Nación, bañándola de sangre inútilmente derramada.
Por supuesto que vendrá luego la colaboración para la construcción de capillas y templos, espacios de comercio religioso, peregrinaciones con contaminantes cuetes y tambores para adoctrinar y fanatizar a la población, en lugar de colaborar para el desarrollo cultural de la misma.
¿Es éste despropósito un signo de connivencia entre los poderes civiles y dirigentes religiosos constitucionalmente y filosóficamente separados en sus trabajos y objetivos?, o bien es la utilización ingenua o deliberadamente intencionada de los sentimientos religiosos de la gente para promoción política personal o de partidos.
¡No deberá el Gobierno Municipal participar en tal proyecto o en cualquier otro similar!
No me anima para esta expresión ninguna consigna de grupos antirreligiosos ni jacobinismos ocultos, sino el simple y llano planteamiento civil y el afán de participar en el desarrollo cultural humano de nuestra población buscando mejores alternativas para el destino de los tan necesitados y escasos recursos del erario público.
