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Casos de bebés robados en Granada durante el franquismo: «Nunca te abandoné ni te vendí»

Purificación Fernández falleció el pasado 21 de mayo tras sufrir un derrame cerebral y sin cumplir su deseo de reencontrarse con su hija, la que un día le arrebataron siendo un bebé en el hospital Clínico de Granada. Eso al menos pensó hasta el día de su muerte y eso es lo que cree su otra hija, Angustias Rodríguez Fernández, quien esta mañana se ha concentrado junto a otros familiares de bebés desaparecidos a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en el Albaicín.

Antes de morir, Purificación quiso despedirse de su hija por medio de una carta muy emotiva que confiaba en que algún día pudiera llegar a sus manos. “Quiero que sepas que nunca te abandoné ni te vendí; ni era una prostituta que no pudiera hacerme cargo de tus cuidados; no ha habido un día de mi vida que no haya pensado en ti y he llorado mucho por no tenerte a mi lado”. Su otra hija, Angustias Rodríguez Fernández, certifica el sufrimiento que su madre ha ido arrastrando durante sus últimos 50 años.

Ironías de la vida el bebé hoy desaparecido, la primogénita de tres hermanos, vino al mundo un 18 de julio de 1963, el día en que aún entonces, con Franco en vida, se celebraba el Alzamiento Nacional, la sublevación militar contra el gobierno republicano surgido de las urnas. “Mi hermana fue sietemesina y la matrona que le asistió en Loja recomendó a mi madre que bajara a Granada para un mejor reconocimiento. El día 20 un médico y dos monjas le dijeron que su hija había nacido con un golpe en la cabeza y varias costillas rotas, que rezara a Dios para que muriera porque si sobrevivía iba a quedar “tontica”, como si fuera una silla que hubiera que meter todos los días en la cama”, relata Angustias, hoy coordinadora en Granada de la Asociación de Bebés Robados de Andalucía (Aberoa).

Su madre logró ver a su hija pese a las reticencias del personal médico, con la condición de que se mantuviera a una distancia de cuatro metros. Ninguna caricia le estaba permitida. Desde allí pudo ver cómo movía los brazos, además de comprobar que no estaba entubada y que no permanecía en una incubadora sino en una cuna. Dos días más tarde le comunicaron el fallecimiento. A su padre no le permitieron llevarse el cadáver y tampoco ver el cuerpo sin vida de su hija. “Le dijeron que ellos se hacían cargo de todo, que la muerte le iba a ocasionar muchos gastos y que era mejor no ver el cuerpo de mi hermana porque se iba a llevar un mal rato. Se valieron del dolor y de su ignorancia”.

Otro ingrediente más al turbio asunto del supuesto “robo” de su hermana aparece cuando tiempo después comprueban que la muerte del bebé no se certificó hasta el día 26. Más sombras a un caso que la Justicia no ha podido o no querido resolver, según opina Angustias quien esta mañana ha tenido palabras también para los fiscales que decidieron archivar las denuncias sobre bebés robados.

“Tenemos la tristeza y la sensación de que para nuestra justicia valen más las palabras de la gentuza que un día, creyéndose dioses y jueces del cielo, nos arrebataron a nuestros hijos y hermanos, no para darles una vida mejor, sino para enriquecerse con la desgracia y desesperación de cada madre […]. Ésta, nuestra justicia, no debería consentir ni permitir que los culpables se hagan cada vez más viejos y pierdan la memoria y que incluso mueran sin haber hecho justicia, como no deberían permitir que las madres abandonen este mundo sin descubrir la verdad y sin poder conocer y abrazar a sus hijos”.

Por el momento, el centenar de familias andaluzas que se encuentra en la misma situación que Angustias ha anunciado que acudirá al Parlamento europeo para que se reabra la investigación sobre el paradero de sus familiares. De igual modo, los afectados tienen previsto concentrarse a las puertas del alto tribunal andaluz el primer lunes de cada mes a partir de octubre.

Angustias recuerda que en las últimas conversaciones que mantuvo con su madre, ésta se lamentaba del tiempo perdido. “Me dijo que si hubiera sabido que había muchas madres con el mismo problema se hubieran unido como lobas heridas hasta dar con sus hijos”.

La hoy coordinadora en Granada se ha comprometido a apoyar a todas las madres afectadas que necesiten su ayuda porque entiende que “en cada una de ellas no puedo dejar de ver a la mía”.

Robo bebés franquismo en Granada

Angustias posa junto al cartel en el que se refiere a la muerte de su madre, quien no ha podido conocer a su hija.

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