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Carta abierta de las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía al Sr. Arzobispo de Granada

Estimado D. Javier:
Queremos saludarle, en primer lugar, y comentar algunas de las ideas que ha expuesto Vd. en su artículo del pasado 13 de mayo. Le felicitamos por el hecho mismo de escribir. Nos parece reconfortante que salga Vd. a un debate público, en una sociedad democrática, expresando sus puntos de vista con toda libertad. Ese gesto democrático supone y exige el derecho de las demás personas a exponer también públicamente sus puntos de vista que pueden coincidir o discrepar en todo o en parte con los expuestos por Vd. Ya nos gustaría muchísimo que esta confrontación pública de ideas pudiera llevarse a cabo también en el seno de nuestra Iglesia Católica, favoreciendo un diálogo abierto, respetuoso y fraternal, donde prevalezca el valor de los argumentos y no el argumento de autoridad.
 
Entrando ya en el comentario de su escrito, nos ha llamado la atención el carácter agrio e irritado que utiliza. Más que una exposición reposada y razonada, hace Vd. un alegato contra personas o colectivos que Vd. considera responsables de tantos males. Pero no hemos encontrado argumentos concretos que avalen o defiendan sus puntos de vista. En cambio, abundan afirmaciones altisonantes como, por ejemplo, calificar el matrimonio como “esa maravillosa y fragilísima realidad humana, o mejor, divina”.
Más todavía. Vd. afirma: “se silencia que, según estadísticas oficiales, en Andalucía, la primera causa de muerte entre los adolescentes y jóvenes no son los accidentes de tráfico, sino el suicidio”. Además de que esa afirmación no se corresponde con la realidad, como cualquier persona puede verificar en internet, el contexto en que Vd. lo dice parece sugerir una culpabilización globalizada que quiere mezclarse con el tema de la sexualidad. Si nuestro análisis es correcto, significaría un despropósito lamentable, impropio de una persona que ocupa un cargo importante de responsabilidad.
 
Hay un aspecto en el que coincidimos plenamente con Vd. Se trata de la necesidad absoluta e imperiosa de una educación sexual desde la infancia en todos los ámbitos donde se mueve y donde madura cada persona. Estamos de acuerdo en que esa educación es el mejor antídoto contra los embarazos no deseados. Y que los poderes públicos deberían dedicar más medios para que la educación sexual, tan descuidada tradicionalmente por la Iglesia, se convierta en un logro adquirido y asimilado por todos los estamentos de nuestra sociedad. Que nos haga personas, libres, maduras, responsables, que no abusan ni maltratan, y que se unen a otras personas por el vínculo del amor independientemente de su sexo.
 
La afirmación más llamativa de su artículo es ésta: “Lo que se silencia es el dato (perfectamente constatado) de que el uso masivo de los preservativos no ha detenido el sida en África, sino que lo ha propagado”. Nos preguntamos si Vd. se ha asesorado debidamente antes de arriesgarse a una formulación tan improcedente y de consecuencias tan peligrosas. Así como la gravedad moral de tal y tan grave afirmación, poniendo en peligro la salud de tantas personas. Se trata de un tema técnico que, en todo caso, debe debatirse en el ámbito de los especialistas. Lo que subyace en su artículo es una visión resentida y trasnochada de la sexualidad, orientada exclusivamente hacia la reproducción, y que lleva a callejones sin salida.
 
En fin, D. Javier. Las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía nos sentimos también Iglesia. Somos muchos los cristianos y cristianas que revindicamos nuestro derecho a disentir; nos escandaliza y lamentamos con tristeza que el Papa en su visita a Africa comenzase desviando la atención desde el principio con el tema del preservativo pasando a segundo término la denuncia implacable de los millones de niños que mueren cada año, víctimas de enfermedades curables a muy bajo precio. ¡Ahí es donde está la defensa de la vida!
 
Esperamos y deseamos que sus futuras intervenciones sean mucho más responsables y evangélicas, menos desacertadas y menos incongruentes que la actual. Pero en cualquier caso, nos servirá para enriquecer el diálogo y el intercambio de ideas dentro del pluralismo democrático y de la libertad cristiana.
Un saludo respetuoso, D. Javier 
 
Domingo Gómez Leiva, como portavoz de las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía

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