El cardenal destacó que la autoridad humana no es absoluta y debe respetar el proyecto de Dios, así como la ley natural.
Tras recordar la máxima de que “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, el cardenal Norberto Rivera destacó que la autoridad humana no es absoluta y debe respetar el proyecto de Dios, así como la ley natural.
Al encabezar la tradicional misa dominical en la Catedral Metropolitana de México, Rivera Carrera señaló que todo ciudadano debe respeto y obediencia a la autoridad civil legítima y democráticamente constituida y que tenga como meta primordial el respeto a los derechos humanos.
No es necesario que el nombre de Dios quede inscrito en la Constitución, pero sí que se respete su presencia en la conciencia de los creyentes, por lo que los gobernantes deben respetar y fortalecer en la práctica la libertad de conciencia, de religión y de culto, a fin de que los ciudadanos puedan manifestar privada y públicamente su amor a Dios, como individuos o como grupos”, expuso.
Incluso, durante su homilía, el arzobispo primado de México destacó que la Iglesia jamás debe participar en política de partidos, pero Dios tiene derecho a estar presente en todos los aspectos de la vida y la sociedad.
El religioso también destacó que los impuestos deben ser pagados con un sentido de responsabilidad, pero exigiendo al mismo tiempo que los fondos públicos siempre sean utilizados para el bien de la sociedad, no para su destrucción ni contra la sacralidad de la vida, pues el gobierno no tiene más función que servir al pueblo que lo eligió.
Por otra parte, en el editorial del semanario católico Desde la Fe, se puntualizó que la renuncia de Raúl Cervantes a la Procuraduría General de la República (PGR) es resultado de infortunadas componendas, de estires y aflojes, de fobias y resistencias, así como de aspiraciones y bajezas.
