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Caravaggio, la izquierda y la Iglesia

El historiador Graham-Dixon restituye la imagen del pintor en una ágil biografía

Andrew Graham-Dixon quiso desmontar uno a uno los prejuicios que han hecho la vida del pintor barroco Michelangelo Merisi da Caravaggio (1561-1610) uno de los mayores culebrones de la Historia del Arte. En los últimos cuatro años de vida, Caravaggio mata a un hombre (Ranuccio Tomassoni), dispara a otro en Malta, huye de la Policía romana, también de los caballeros de Malta… Todos los ingredientes para ser recuperado, después de caer en desgracia y en el olvido durante el siglo XIX, y convertirse en algo parecido a un héroe pícaro e inmoral. "En muchos sentidos es el pintor perfecto para una edad que tiene un interés obsceno en la vida de las celebridades. Su fama nunca ha sido mayor y su vida privada es positivamente escabrosa", explica el historiador británico.

El autor traza un perfil artístico inseparable de su vida en el ensayo Caravaggio. Una vida sagrada y profana (Taurus): inadaptado, difícil y un hombre peligroso que causaba problemas. "Nunca halló un lugar seguro entre las jerarquías de poder y patronazgo. Pintaba como si los ricos y los poderosos fueran sus enemigos, como si realmente creyera que los mansos merecían heredar la tierra", escribe, y reconoce que ha tenido que ser "más policía que historiador" para reconstruir la vida del pintor.

Sin embargo, el propio Graham-Dixon reconoce que como es un entusiasta de las dos generaciones de investigadores de archivos, que han trabajado en Nápoles, Malta o Roma, lo único que ha hecho es "reunir todas esas piezas para obtener el mundo de Caravaggio". "No es mi investigación, lo que he hecho es reunirlas. Es como si a alguien le dan un tesoro, que ya estaba ahí pero que nadie se había dado cuenta de que era un tesoro. Diría que mi mayor descubrimiento en cuanto a la vida de Caravaggio es que he sido el detective que ha unido todas las piezas", reconoce.

Un cliché emocionante

El historiador está orgulloso de haber podido dar un relato a los últimos días de vida del pintor, cuando viaja de Nápoles a Roma en una falúa, tras recibir el perdón papal. Es detenido en el puerto de Palo y de allí viaja a Porto Ercole, sin sus aperos, donde Graham-Dixon dice que murió el 18 o el 19 de julio de 1610, sin saber la causa exacta de su muerte: "Deshidratación, un infarto, el estrés del arresto".

"Creo que no ha habido nadie que haya comprendido la vida de Caravaggio", asegura a este periódico. "Su vida era un cliché emocionante, pero su vida fue más interesante que los mitos y leyendas que teníamos de él. Nos engancha, porque incluso grandes artistas como Velázquez o Tiziano no nos atraen tanto, porque ellos no tienen la peculiaridad de la desnudez humana", añade.

¿Por qué tuvo tan mala relación con la Iglesia? "Porque durante la Contrarreforma la Iglesia se dividió y Caravaggio estuvo en el lado de lo que podríamos llamar la izquierda, que eran los que creían que se debía pintar a los pobres y pintar para ellos. El ala derecha inventó el Barroco para dejar claro que los pobres no heredarían la tierra y demostrar que la Iglesia era la cúspide de la jerarquía social. El ciudadano estaba por debajo de Cristo, el papa, los cardenales… Por eso, Caravaggio hizo un arte íntimo y recreó la imagen propia de los pobres. Pinta con tanto sentimiento que es difícil decir que es un hombre sin dios", afirma el historiador, para quien "no se pueden pintar esas cosas si eres un hombre sin dios".

Lo mejor del libro es, sin duda, el encuentro de Graham-Dixon con el director Martin Scorsese en el que le pregunta por los vínculos entre su cine y el pintor italiano. El guionista Paul Schrader le enseñó la obra del pintor a finales de los sesenta, cuando rodaban Taxi Driver. "Inmediatamente me fascinó la fuerza de sus cuadros, de sus composiciones, la acción en los encuadres, la forma en que diseñaba la composición y el tema. [] Es como la puesta en escena moderna de una película. Como si llegaras a mitad de una escena y ya estuviera ocurriendo todo. Así de poderoso y directo. Habría sido un gran director de cine, no hay duda", le dijo el director.

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