En un Instituto público de Cantabria, mientras el profesorado tiene que sufrir los recortes impuestos por el gobierno del PP, el catquista para mantener su horario completo, tiene OCHO horas de biblioteca. Algo que no contemplan ni los Acuerdos con la Santa Sede, ni el Convenio sobre condiciones laborales de los catequistas. Ya que éstos son contratados para dar las clases de religión católica, no para cubrir otras tareas en los centros.
Es lógico que el profesorado de Lengua y Literatura vea totalmente ilógico que ellos sufran recortes mientras el catequista les quita las horas de atención a la biblioteca, que nada tiene que ver con dar clases de religión católica. Si ya no era suficiente el privilegio de contar con un puesto de trabajo adoctrinando a los escolares a costa del erario público, designados por el obispo sin seguir los procesos selectivos de la contratación pública (mérito, capacidad, publicidad, libre presentación), ahora gozan de preferencia ante los recortes.
Una irresponsabilidad del equipo directivo del centro y de las autoridades autonómicas.
