El carácter laico de la educación pública, presente en la mayoría de los estados lejos de atentar contra la religión, establece por el contrario un marco de convivencia y respeto entre los distintos sistemas de creencias y religiones, sin imponer ninguno de forma obligatoria. En la ciudad de Plottier, los directores de dos colegios medios estatales denunciaron que un grupo de sus alumnos realiza “proselitismo evangélico” dentro de los establecimientos educativos laicos y solicitan al Consejo Provincial de Educación (CPE) que emita un “dictamen o resolución contundente” para solucionar el problema.
Es llamativo el silencio de las autoridades del área, tanto de secretario de Educación Ernesto Seguel, como de la presidenta del Consejo Provincial de Educación, Patricia Ruiz, no solamente no han salido a defender a las autoridades de los colegios, a la constitución nacional y provincial que habla de escuelas laicas, sino que alguno de ellos decidió iniciarles sumario a los directores. El principio laico está vinculado con la presencia del derecho de libertad de cultos establecido en la constitución, ya que con esto se puso fin al concepto de religión oficial (Católica Apostólica y Romana) que implicaba una discriminación contra las religiones subalternas y con los sectores no creyentes.
El hecho de que ahora la educación sea laica y que la religión sea un asunto asumido exclusivamente por las familias y las iglesias, es un avance democrático porque implica que el Estado respeta de forma consecuente la libertad de cultos y de pensamiento de cada familia y de cada ciudadano. Ningún evangélico, espiritista, testigo de Jehová o ateo se quejará porque a su hijo o hija le estén enseñando un sistema de creencias el cual él no comparte, pero esto no les da derecho a que sus hijos se junten a orar durante los recreos en cualquier establecimiento escolar.
El delegado en Neuquén capital del INADI, Gustavo García, afirmó que “ir a predicar a una escuela es infringir la Constitución nacional. La oración es un fenómeno básicamente individual, de comunicación entre una persona y su dios. Para eso existen otros ámbitos como la vía pública y los templos. No hay por qué llevar ese proselitismo religioso en el ámbito de una escuela que fue concebida como pública, laica y gratuita”.
La oración es un fenómeno básicamente individual de comunicación entre una persona y su dios. Cuando ya se convierten en un rezo colectivo delante de los demás, a orar dentro de la escuela para llevar la luz de su religión a la gente que supuestamente ellos y según su particular punto de vista, viven en la oscuridad del pecado, para esto hay otros ámbitos, está la vía pública, están los templos, no hay porqué llevar esto a las escuelas durante el dictado de clases en el ámbito de una escuela que fue concebida como pública, laica y gratuita.
