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Bilbao quiere consensuar con los fieles una nueva ordenanza de centros de culto

El Ayuntamiento organizó el sábado la Mesa de Participación de Diversidad Religiosa, foro que no se reunía desde 2012

El Ayuntamiento de Bilbao retomará la elaboración de una nueva ordenanza de los centros de culto que aúne los intereses de las diferentes confesiones religiosas de la villa. Esta será una de las condiciones sine qua non que deberá abrazar la nueva normativa si pretende sobrepasar en el tiempo a la anterior regulación de 2013, la cual desencadenó varios desencuentros con las comunidades islámica y evangélica que finalmente supusieron su anulación en los tribunales. El espíritu de consenso será la principal premisa de esta etapa que el Consistorio bilbaino inició el pasado sábado con la organización de la Mesa de Participación de Diversidad Religiosa, un foro de diálogo y encuentro que no se reunía desde 2012.

“Vamos a trabajar con las confesiones en una regulación, que sobre todo haga hincapié en el tema del aforo”, reveló ayer Itziar Urtasun, concejala de Igualdad, Cooperación, Convivencia y Fiestas, quien encabezó la representación municipal en una reunión que también contó con la presencia de Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, y Tomás del Hierro, concejal de Seguridad. Asimismo, acudieron representantes de la Iglesia Católica, del Consejo Evangélico de Euskadi, de la Iglesia Evangélica de Filadelfia, de la Mezquita Assalam-Centro Sociocultural Islámico Assabil-, de la Comunidad Islámica Mezquita de Badr, de la Mezquita Al Furkan (UCIPV) y de la Comunidad Bahá’i, así como portavoces del Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto y de la Fundación Social Ignacio Ellacuría.

Según relató la concejala, durante los últimos cinco años se han mantenido varias reuniones con la confesiones religiosas presentes en la ciudad, si bien han sido de carácter bilateral. Atendiendo al fomento de la convivencia interreligiosa que se contempla en el II Plan Municipal de Ciudadanía y Diversidad del Consistorio bilbaino -aprobado en los primeros meses del actual ejercicio-, el objetivo ahora es que las reuniones sean regulares. “Este año queremos celebrar tres mesas”, anunció Urtasun, quien evidenció que actualmente se encuentran en un impasse para valorar todas las propuestas recibidas de cara a concretar acciones. “La reunión ha sido muy positiva, salieron una serie de propuestas que vamos a priorizar para ver cómo se pueden llevar a cabo”, concretó.

En lo que respecta a la ordenanza de los centros de culto, la edil expuso que el principal problema que generan estos espacios destinados al rezo se basa en el sobreaforo. “Ahora mismo no existe una regulación porque una sentencia tumbó la ordenanza. Pero hay una serie de requisitos que tiene que reunir los centros en los que haya una actividad, no solo de culto”, explicó Itziar Urtasun. En ese sentido, reveló que la normativa es necesaria para garantizar la convivencia con los vecinos. “Es cuestión de tener en cuenta las diferentes características que utiliza cada comunidad en sus rezos y llegar a acuerdos”, expuso.

Para ello, indicó que es imprescindible “trabajar conjuntamente” para evitar que las confesiones religiosas recurran a los tribunales. Aunque la mesa se reunió en dos ocasiones -en diciembre de 2011 y en julio de 2012- antes de realizar la anterior ordenanza, no obtuvo el apoyo por parte de los diferentes cultos presentes en la ciudad. “La sentencia de la anterior ordenanza no fue por la limitación, sino porque no hubo tanta participación en su elaboración”, reconoció la concejala sobre aquella normativa.

NORMATIVA MÁS JUSTA La ordenanza aprobada en septiembre de 2013 a raíz de los problemas vecinales surgidos por la apertura de una mezquita prohibía la instalación de los centros de culto en bloques de viviendas. Sin embargo, tras un recurso de la Iglesia Evangélica, el Tribunal Supremo tumbó el año pasado la regulación que supuso la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) al considerar que no se había garantizado la participación ciudadana en el proceso. El equipo de Juan Mari Aburto optó por no recurrir al Tribunal Constitucional, mostrando una postura más laxa que la adoptada por el equipo de gobierno de la anterior legislatura, cuando se forjó la polémica ordenanza.

Esta vez, las confesiones religiosas se muestran satisfechas con la voluntad mostrada por el Consistorio para hallar un acuerdo. Aunque también exteriorizan cautela. “No nos gusta quedarnos con las palabras, sino con los hechos”, aseveró ayer Moulay Idriss, representantes de la mezquita Al Furkan, ubicada en la calle Concepción. “Queremos que nos tengan en cuenta en el PGOU, que conozcan nuestra realidad y nuestras peculiaridades. Una mezquita no es una iglesia ni una sinagoga”, expuso Idriss, resumiendo los intereses de los cinco centros de culto posee la comunidad musulmana en la villa.

“Hay algunos partidos políticos que por algún motivo siempre señalan las mezquitas, realizando una asociación negativa de los problemas”, consideró el portavoz de Al Furkan, quien señaló que las denuncias vecinales siempre surgen antes de las aperturas, no después. “La convivencia con los vecinos es buena”, consideró. A principios de este mes, precisamente, los musulmanes bilbainos inauguraron el último de sus centros en un pabellón de la calle Moncada en Irala, donde expusieron su deseo de ser un centro “abierto a todo el barrio”.

Por su parte, la comunidad evangélica trasladó en la reunión su interés en que el Consistorio bilbaino espere a la Ley vasca de Culto que está preparando el Gobierno vasco antes bajar la lupa a Bilbao. Sin embargo, Manuel Rodríguez, portavoz del Consejo Evangélico de Euskadi, expuso que el Ayuntamiento pretende regularlo antes y, si fuera necesario, modificarlo posteriormente para adaptarlo a la normativa autonómica. En cualquier caso, su principal petición es: “Una normativa más justa, no queremos que haya diferencias entre unos cultos y otros”.

En ese sentido, Rodríguez expuso que los centros evangélicos actualmente se rigen por la misma regulación que tienen los locales de hostelería. “Nos piden que tengamos incluso baños para minusválidos. No nos oponemos a ello, pero que pidan esos mismos requisitos a las iglesias católicas”, revela. En cuestión de decibelios, considera que “no todas las confesiones son igual de ruidosas, hay que hacer una diferenciación para no pedir los mismos medios técnicos a todas”. En ese sentido, aplaude la ficha técnica solicitada por el Consistorio para conocer las particularidades de cada religión con sus costumbres.

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