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Berlusconi y el Papa

Es difícil imaginar un escándalo político más escabroso: Berlusconi (74 años), tiene un harén de 14 chicas en pisos de su propiedad dispuestas a cumplir con cualquiera de sus deseos sexuales, a cualquier hora. Son prostitutas pagadas a precio de oro, que pueden acceder al jefe del estado sin ningún tipo de control, pasando por puertas que los servicios de seguridad no están autorizados a vigilar. En este grupo de profesionales del sexo hay menores y mucha gente lo sabe. Las chicas vienen reclutadas por una red de captación que tiene como referente a Emilio Fede, uno de los dirigentes de Retequattro, un canal de televisión propiedad del Jefe de Estado, conocido por todos los italianos como el periodista más servil adulando al Cavalliere. En algunos casos, las prostitutas han viajado en aviones de las Fuerzas Aéreas para llegar a las orgías que se montaban en las residencias oficiales.

Hasta ahí creo que todos mis lectores conocen los detalles de esta situación inaudita, pero sigamos.

El señor Berlusconi es jefe de un gobierno de derechas que ha puesto como centro de su proyecto político la defensa de los valores tradicionales de la Familia y tiene como apoyo principal a la Iglesia Católica.

Repito: Valores tradicionales de la Familia.

En 2009, una chica marroquí de 16 años que se hace llamar Ruby, se presenta en bikini a un concurso de belleza en Sicilia. Conmueve el jurado afirmando que es menor y que vive en la calle sin familia (es mentira, sus padres tienen un puesto vendiendo fruta en un mercado).

En este jurado está Emilio Fede, que afirma, teatralmente y con la voz rota de emoción frente a la platea, que hará lo máximo para ayudarla. Unos meses más tarde, la introduce en las fiestas salvajes de Berlusconi. La chica demuestra ser muy espabilada, incluso demasiado cuando la atrapa la policía por haber robado más de 3.000 euros a una colega.

Ya se sabe como acaba la historia. A las pocas horas es puesta en libertad por una llamada directa de Berlusconi afirmando que se trata de la sobrina del Presidente Egipcio Mubarak y que había riesgo de un incidente diplomático internacional (la juez de guardia encargada del asunto comentó amargamente: "Si ésta es la sobrina de Mubarak, yo soy Nefertiti…"). A la salida, a la joven marroquí la esperaba alguien enviada directamente ahí por el presidente del gobierno: Es Nicole Minetti, una chica de 25 años parlamentaria regional de Milán miembro del partido del mismo Berlusconi (PDL, Pueblo de la Libertad).

Interesante destacar que esta chica, alta, guapa y con un cuerpo exuberante era una de las dentistas que han curado al Cavalliere después del incidente con la pequeña catedral de mármol que alguien le había arrojado a al cara y, pocos meses después (no más de seis), es ya parlamentaria regional en el partido de gobierno, sin nunca haberse interesado por la política antes. Todavía es más interesante destacar que quien la designó para las listas electorales, en el último momento, saltándose descaradamente a gente mucho más cualificada, es el Presidente de la región de Lombardía, el señor Formigone del muy poderoso grupo católico Comunione y Liberazione, algo parecido a la secta católica y millonaria de los 'kikos' (Camino Neocatecumal) en España. Este Formigone está muy cercano al Vaticano y si acepta el disparate de poner en sus listas a una de las ninfas del magnate, es que sabe que tiene el acuerdo tácito del Santo Padre.

Con las escuchas telefónicas como prueba incluida por la justicia en el largo informe distribuido en el Parlamento Italiano, se sabe ahora que el papel de la Minetti en la liberación de Ruby no era casual, era ella la encargada de vigilar a las prostitutas para las fiestas de Berlusconi. Una meretriz o Madame, en pocas palabras.

Llegamos entonces a la conclusión, sin la mínima posibilidad de duda, que al nivel más alto, la Iglesia Católica ha hecho la vista gorda frente al delirio sexual del Primer Ministro: …¡El Hombre dedicado a defender los Valores tradicionales de la Familia! La razón de esta monstruosa hipocresía es muy fácil de entender y es de particular interés para la política española.

Pero antes de llegar a la conclusión final, es necesario hacer un último comentario. Estoy seguro de que aún hay personas que no aceptan los hechos y piensan que todo esto es mentira. Otros se han rendido a la evidencia pero creen sinceramente que la Iglesia ignoraba todo y que se encuentra tan escandalizada como el resto de la población. Esto no me lo creo ni un instante y por una razón: Hace 25 años viví en primera persona una pequeña anécdota con el señor Berlusconi que fue muy reveladora.

Entonces, yo trabajaba durante un tiempo en Italia Uno, una emisora de este señor. Un día Berlusconi entra en el estudio rodeado de guardias de espalda -algo que nos hacia reír porque era de película- y pide que le presenten a todo el equipo. El programa se llamaba "Il lupo solitario" y era un programa de humor muy provocador, uno de los pioneros en esa línea. Nos pidieron ponemos en fila y él empezó a saludarnos uno a uno, como si fuera el Jefe de Gobierno. Era un hombre pequeño de altura. Recuerdo que cuando le estaba dando la mano, pensé: "Vaya mierda de provocadores que somos comportándonos de una manera tan patética con este tipo". De repente, el gran capo se paró cuando llega a las dos únicas actrices del show:

— ¿Chicas estas faldas que tenéis son vuestras o son mias del vestuario de la televisión?
Las chicas:
— De vestuario, señor.
— Entonces, muy bien. ¡Tijeras, por favor!… Son demasiadas largas. Aquí quien manda soy yo y mi público quiere ver piernas de mujer. Tu, la pequeña, ven acá… Y ahora gira lentamente… – Berlusconi empezó a cortar un 20 cm de la falda hasta el culo de la joven actriz.
— "Ahora SÍ que estás guapa: ¡Y vaya culo!… Ahora te toca a ti -a la otra actriz-, "no sea tímida. Mira… Con las piernas que tienes puedes ir muy, pero que muy lejos. Tranquila, que no pasa nada."

Y el "Berlusca" -apodo que los empleados de sus empresas le pusieron- tocando sin vergüenza a la segunda chica frente a todo el personal, transformó otra vez en minifalda lo que era su vestido escénico.

Yo estuve a menos de tres metros, lo vi todo, lo oí todo. Me quedé mortificado para siempre por no haber tenido la valentía de intervenir y darle un puñetazo a ese maleducado.

Cuando finalmente se fue, las chicas empezaron a llorar de vergüenza y recuerdo bien lo que dijo uno de los cámaras del plató:

— "Qué guarro, macho… ¿Sabéis que éste se folla a cualquiera que pasa por ahí, no? Es un enfermo. No tiene una empresa, tiene un harén. Pero chicas: Callaos. Nada de denuncias, éste es súper peligroso, un tiburón."

Si yo que pasé sólo seis semanas en sus estudios de TV en los años ochenta lo sé, no me creo que la Iglesia Católica, que desde 1994 exige a todos sus fieles que le voten constantemente, no lo sepa también.

La conclusión la tiene el excelente artículo de Miguel Mora, "La Fiesta donde nadie se reía" (El País, 23/01/11) citando un artículo de Andrea Tornielli titulado: "Un Buon político donnaiolo meglio que un moralista" (Il Giornale 19/01/11, periódico del hermano de Berlusconi) donde el periodista de Radio Maria entrevista al Vittorio Messori (escritor, periodista y Teólogo del Opus Dei) sobre los escándalos sexuales del Cavalliere. Al final de una serie de preguntas y doctas respuestas a veces en latín, Messori deja caer una frase brutal que va directamente al corazón de la política:

"È certamente meglio un politico puttaniere ma che faccia buone leggi di un notabile cattolicissimo che poi fa leggi contrarie alla Chiesa".
Traducción: Es seguramente mejor un político que va de putas pero que hace buenas leyes (se entiende que en favor de los intereses de la Iglesia) que un buen católico que después hace leyes contrarias a la Iglesia.

Hablando en plata: No les importa la corrupción, política y moral, no les importa la dictadura o los ladrones desde el momento que los que mandan imponen el orden católico en el Estado. Toda la historia de España se resume en esta frase y la realidad política surrealista que se vive en Italia hoy es otro ejemplo.

Por el chantaje que la Iglesia ejerce sobre si le perdona o no sus transgresiones y comportamientos criminales:

– Berlusconi se erige en defensor de los crucifijos en los lugares públicos.
– Berlusconi machacó al padre de Eluana Englaro con todas las fuerzas de su imperio mediático, tan sólo porque este hombre quería poner fin al martirio de su hija muerta cerebralmente desde hace 17 años y vegetando como una momia en su cama.
– Berlusconi acude continuamente a todas las misas posibles e imaginables en función de Jefe de Estado y se encarga de la retransmisión de las mismas en sus canales privados, asegurando a la Iglesia una presencia en los medios nunca visto antes.
– Berlusconi promueve continuamente los Valores Cristianos y las raíces judeocristianas cuando su vida privada es más parecida a la del politeísta Emperador Claudio o a su sobrino el Emperador Calígula.

Como remate de la conclusión, no me extrañaría descubrir que la Iglesia Católica necesita políticos corruptos para acabar con la ilusión de que hay una utopía posible. Que no quieren una democracia que funciona legítimamente, con personas sinceras en posiciones de poder. Necesitan que la gente piense que somos todos pecadores, que la honestidad no existe y que el ser humano nace irremediablemente depravado. Así pueden presentarse como nuestra única salvación.

El continuo apoyo a Berlusconi, hombre que reniega de los valores más elementales de la ética, es una perfecta demostración de toda la perversidad que se esconde en el Vaticano y una buena razón para pedir en voz alta un estado Laico.

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