El papa Benedicto XVI denunció "la crueldad inaudita" de los campos de exterminio de la Alemania nazi durante su audiencia general de este miércoles, día del 65º aniversario de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau.
La liberación de Auschwitz y "los testimonios de los supervivientes revelaron al mundo el horror de los crímenes de una crueldad inaudita cometidos en los campos de exterminio creados por la Alemania nazi", declaró el Papa en un llamamiento en italiano lanzado al final de la audiencia.
Al dirigirse antes a los peregrinos alemanes, había afirmado, en su lengua materna, que "el horror nazi nos recuerda el respeto a la vida".
En este llamamiento, el sumo pontífice reveló que el "Día de la Memoria", celebrado este miércoles, está dedicado a "todas las víctimas de esos crímenes, especialmente el de la aniquilación planificada de los judíos", y rindió homenaje a "quienes, poniendo en peligro su propia vida, protegieron a los que eran perseguidos".
"Con emoción, pensamos en las innumerables víctimas de un odio racial y religioso ciego, que sufrieron la deportación, la prisión, la muerte en esos lugares aberrantes e inhumanos", afirmó. Para él, esos acontecimientos, "en particular el drama del Holocausto, que afectó al pueblo judío", incitan a "un respeto cada vez más decidido de la dignidad de toda persona, para que todos los hombres se perciban como una sola gran familia".
Más de 1,1 millón de hombres, mujeres y niños, entre los cuales había un millón de judíos de toda Europa, murieron en el campo de Auschwitz, instalado en 1940 en Polonia ocupada y liberado el 27 de enero de 1945 por el ejército soviético.
Esa jornada fue designada Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto por las Naciones Unidas en 2005.
Joseph Ratzinger, que era un adolescente en Alemania en la época nazi, había sido clasificado "miembro obligado" de las Juventudes Hitlerianas en 1941, a los 14 años.
