El juez que investiga a los sacerdotes denunciados por abusos en Granada prorroga el secreto de sumario
La iglesia de San Juan María Vianney ha vuelto a amanecer con pintadas en su fachada relativas al caso de los presuntos abusos sexuales. Esta es la parroquia donde hasta hace unas semanas estaba destinado el principal acusado de los abusos.
En la puerta de la parroquia y en las paredes se puede leer “pederastas” y “curas violadores”.
No es la primera vez que el templo ha sido objeto de pintadas. Unos días después de estallar el escándalo varios operarios tuvieron que limpiar otras letras que hacían alusión a los actos presuntamente cometidos por los sacerdotes encausados.
Respecto al caso, el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, afirma que no se han presentado más denuncias sobre el caso, y ha descartado más novedades policiales, salvo que así lo ordene el juzgado que instruye el caso.
El Juzgado de Instrucción 4 de Granada, que investiga a varios sacerdotes denunciados por abusos sexuales, ha decidido este miércoles prorrogar un mes más el secreto de sumario decretado, que está vigente desde el pasado 3 de noviembre, según han informado fuentes judiciales.
Por ahora están siendo investigadas un total de 12 personas, entre ellas tres sacerdotes y un profesor de Religión que fueron arrestados la pasada semana, aunque el juez decretó su puesta en libertad con cargos por delitos contra la libertad e indemnidad sexual.
Asimismo, el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Granada, el magistrado Antonio Moreno, ha aceptado ya la personación como acusación particular del joven de 24 años que motivó la apertura de la investigación. El abogado que lo representa, Jorge Aguilera, no tendrá sin embargo aún acceso al procedimiento, en tanto que las actuaciones continúan secretas.
Además han manifestado su intención de personarse como acusaciones populares, una vez que se levante el secreto de sumario, la Asociación Pro Derechos del Niño, Prodeni, y la Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (Redune), que considera que el grupo de religiosos presuntamente implicados, del llamado clan de ‘Los Romanes’ o ‘Los Romanones’, por el nombre de su líder, el padre R.M.V.C., podrían considerarse como un “grupo coercitivo”, en tanto que presuntamente habrían utilizado su posición de “poder” y “control” para manipularles y conseguir fines ilícitos, en este caso supuestos abusos sexuales, “aprovechándose de su debilidad”.
Por ahora, la investigación ha motivado la detención de tres sacerdotes y un profesor de Religión, que el pasado miércoles quedaron en libertad con cargos, aunque el principal denunciante ha señalado, con nombres y apellidos, a otros siete religiosos y un segundo seglar como otros implicados.
Así lo recogió en el auto del miércoles el magistrado Antonio Moreno, que sin embargo ve “contradicciones” en el relato de la primera supuesta víctima, y que, con respecto al segundo denunciante, sostiene que los hechos que asegura no constan aún “como indiciariamente acreditados”.
La resolución expone el relato de los dos jóvenes, después de que el primero de ellos interpusiera una denuncia ante la Fiscalía, tras haber informado por carta al Papa Francisco, quien además llegó a telefonearle para pedirle perdón.
El padre R.M.V.C., el considerado líder del grupo ‘Los Romanes’ o ‘Romanones’, habría ejercido conductas con un carácter “particularmente degradante y vejatorio” hacia el primer denunciante, que, según relata, fue víctima de los abusos de 2004 a 2007, cuando el tenía entre 14 y 17 años.
Precisamente este denunciado consiguió el pasado miércoles eludir la cárcel tras el pago de una fianza de 10.000 euros ante el juez, con lo que finalmente quedó en libertad con cargos, por delitos contra la libertad e indemnidad sexual, como los otros dos sacerdotes y el profesor de Religión.
