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Ante una muerte digna: Libertad de conciencia y secularización real

LIBERTAD DE CONCIENCIA Y SECULARIZACIÓN REAL

0.- Introducción.

Carlos ya ha hablado de morir con dignidad, además hoy también nos concita aquí es el humanismo y la vida. Esto es, superar las celadas y falacias de que los poderosos enemigos de la libertad de pensar para creer (o no) y actuar con autonomía personal, jalonan nuestra vida. El miedo que induce a ocultar lo que personalmente creemos razonable, o a aceptar infundios como que Luis Montes podía ser el “Doctor Muerte”, son buenos ejemplos de lo que nos ha llevado al pensamiento único de una ciudadanía que no ejerce como tal.

Son varios los medios de control social (ideológico, sentimental-afectivo-psicológico, tradiciones,valores, educativo-informativo, ámbito familiar-amistoso…) los que condicionan con mayor o menor fuerza nuestra autonomía personal. Veamos algunos aspectos y las posibilidades de ser personas más libres en una sociedad más democrática, respetuosa y solidaria.

1.- Secularización, religión y laicidad en la sociedad actual.

Es un hecho que nuestra sociedad, al menos en las formas, se va secularizando, o perdiendo la influencia eclesiástica de otros tiempos.

Las cifras. Según las encuestas un 73,9% de la población se declara católic@ y un 26,1% no creyente. Del 73,9% de las personas declaradas católicas el 64,7% dicen no acudir casi nunca a misa. En los matrimonios civiles hay una progresiva al alza que en 2.012 ya era del 63% . De la misma manera se registran claros porcentajes a favor de matrimonios homosexuales o aborto libre a los que la jerarquía católica se opone.

Procesiones y romerías, entre la tradición, el turismo y nuevas ocasiones para ¿recuperar confesionalismo? La cuestión es bastante compleja ya que inciden aspectos muy diversos: lo popular, lo plástico-artístico, la oferta de ocio cultural que se debate entre lo popular, la diversión , el negocio turístico, o la tentación de llegar al personal que ya no acude a los templos.

Observamos contrastes llamativos en los pronunciamientos personales. Así, mientras los matrimonios civiles rebasan a los religiosos, en éstos apenas se apunta el incremento de la cremación. Por otro lado, inercias instaladas en la estructura social y en el imaginario colectivo, nos revelan una secularización bastante superficial y confusa que en general se razona poco.

La presente crisis social y democrática empieza a plantear mayor reflexión apuntando la denuncia del sentido de rebaño que propician ciertas estructuras religiosas y de otro tipo. Son esas que llevan a una moral heterónoma, la que me dicta otra persona que piensa por mí. Más allá de la secularización liviana de la que hemos hablado estará la laicidad . Ésta, además de la estricta separación de la esfera pública (lo que de común tiene la ciudadanía) y su defensa, de la esfera privada o personal(las creencias o no creencias de cada cual que no lesionan lo público), se concreta en el ejercicio de la libertad de conciencia. Lo que hemos definido como la libertad de pensar para creer (o no) y actuar con autonomía personal.

Esa libertad personal será posible por la laicidad en:- la educación laica, dónde profesar otra o ninguna religión no signifique un estigma, – la política, donde los partidos en sus actuaciones públicas y programas articulen la representación de la ciudadanía y no a feligresías varias,- la sanidad , propiciando el respeto a la voluntad de la persona enferma válidamente expresada, – de la mujer en lo que atañe a su sexualidad y a la procreación, – la orientación sexual tan vilipendiada en ámbitos no democráticos, – la ciencia-investigación-conocimiento para que no se vean importunados por el dogmatismo y la superstición.

Tras este marco general de actuación, y dejando para otra ocasión los demás aspectos, nos centramos de manera especial a la libertad sobre la propia vida, e hitos a aclarar.

2.- La vida y la libertad de conciencia a pesar de la moral judeo-cristiana.

Hablábamos al principio de los impedimentos para la libertad de conciencia. Acabamos de señalar los distintos campos en que surge el control social. Sin perjuicio de que después aterricemos en medidas concretas, entiendo que hay un elemento determinante para avanzar en la secularización. Creo que es lo que llamamos el imaginario colectivo. Esto es el conjunto de conocimientos aprendidos y/o vivenciados a lo largo de nuestra vida y en la actualidad (mensajes aceptados como verdaderos) reforzados por las costumbres, afectos, empatía, placer-evasión…

En el fondo de nuestros comportamientos hay un poso de la cultura judeo cristiana que viene a suplir nuestra falta de decisión consciente en aspectos de nuestra vida. Algo de eso hay en el concepto del ciclo vital, el sexo, la muerte y otros aspectos. Dicha cultura parece provenir del sentido de supervivencia, de “el pueblo (judío) de dios” primero y de la iglesia-institución después En ambos casos la importante clase clerical, influyó para transformar lo que es natural, como la vida-sexo-muerte., en algo enrevesado, sucio y lleno de miedos, sentido de culpa y complejos. Antes de tales influencias se entendía la vida como un ciclo más de la naturaleza que el saber personal y colectivo venía aceptando con la comprensión creciente de la experiencia. Los distintos acontecimientos de ese ciclo los venía reconociendo la comunidad como ritos de paso . La bienvenida tras el nacimiento, el reconocimiento de la edad laboral, el emparejamiento, la ancianidad, y la vida. De esa manera convergían sin gran complicación lo natural y lo social de la persona. Serrano explica la división de tareas que se instauran a partir del estado confesional son poder de origen divino (militar, económico, y lo sucio). Superar esa visión y fatalidad nos lleva a entender ….

3.- La vida como obra y responsabilidad personal y compartida.

La persona como ser vivo, social , racional y aspirante a su auto responsabilidad humanística tiende a decidir y ejercer, con las ayudas mutuas que vengan al caso, esas condiciones sobre su propia vida los cuidados y el fin de la misma.

Podemos entender que con la existencia de lo público, constituido como medio y garantía de los medios mínimos que propician la libertad de conciencia y convivencia democrática, la principal obra es su propia vida.

Ante la enfermedad y diversos avatares de la vida ha de regir de igual manera la libertad de conciencia. Ésta no debe ser sustituida por decisiones de familiares o personal sanitario que haga valer en su cuidado o labor profesional sus propias creencias más allá de lo que lícitamente tenga derecho a esperar el o la paciente.

La secularización, mejor dicho la laicidad, se va imponiendo de manera pausada e irregular. Comparemos las notables diferencias entre bodas y funerales civiles. Mientras que las primeras se rebasan a las religiosas, en los segundos apenas cambia la proporción pese a la desafección religiosa. Puede haber dos explicaciones. Por un lado los matrimonios generalmente se producen en el momento más vigoroso de las personas. Ello hace que los protagonistas, que además asocian el evento como ocasión ilusionante, deciden teniendo menos en cuenta los prejuicios familiares.

Por el contrario en el caso de los funerales, al identificar el evento con un cierto decaimiento, la moral judeo católica campa a sus anchas. Nadie recordará a Epicuro que diría: cuando la muerte llega tú no estás, o que lo de la guadaña ocurre en los cuentos. Los miedos y complejos inclinan a dejar hacer en negativo, aunque esa decisión contravenga la voluntad de la persona protagonista, la difunta. Así tenemos noticias de funeral con cura para personas de una trayectoria inequívocamente laicista o atea. La creencia personal de algún familiar o el miedo a señalarse orillan la voluntad e incluso el digno recuerdo.

En unas u otras situaciones siguen incidiendo ese conglomerado de miedos, ignorancias, supersticiones e impotencias, que impiden afrontar la enfermedad o el final de la vida con el sosiego de un hecho natural. Momentos en que la conjunción del sentido de las pérdidas de la propia persona y sus próximos se aborde de la manera más positiva. Esta manera sabia de enfrentar la situación, incluso en presencia de enfermedades más crueles, no se puede improvisar. Será el resultado de una concepción de la vida como esa obra-legado que se va construyendo al ir superando prejuicios y supersticiones.

4.- Medidas a adoptar por la administración públicos, los mmss y la ciudadanía.

Al programa democrático-laicista ya propuesto (y debidamente desarrollado) en distintos campos, en el que nos ocupa hemos de añadir medidas como:

Desde la Administración sanitarias y/o asistenciales que remuevan los obstáculos de privilegios de capellanes y megafonías que generan, además de privilegios a particulares, la intromisión en la atención a usuarios en general . Comisiones bioéticas,…

Desde los Ayuntamientos:- (7) haciendo que los Cementerios sean realmente civiles y que en cualquier caso faciliten el funeral de tal naturaleza sin que los elemento simbólicos particulares violenten las creencias de la persona fallecida. -(6) Facilitando que las ceremonias funerales (acogida y matrimonios) civiles se puedan celebrar sin obstáculos, dando para ello facilidades y la adecuada infraestructura. (11) Haciendo que abra un “Registro Municipal de Testamentos Vitales” con su propio Reglamento, para el registro voluntario de de la libre voluntad con respecto a la fase final de la propia vida , y con los efectos jurídicos que las leyes establezcan, para colaborar con la administración sanitaria.

Desde los Servicios Funerarios Privados proponiendo, en su caso en coordinación con AA de Consumidores, que ofrezcan sus servicios sin discriminación religioso-simbólica:

Tanatorios con salas sin símbolos religiosos.

Féretros sin crucifijos de serie cuya separación generan desperfectos.

Contactos para ofrecer el servicio de ceremonias civiles.

Desde movimientos sociales como DMD o Jaén Laico:- Difundiendo todo lo anterior con actos públicos y publicaciones en el sentido del presente. -Promoviendo mociones en los respectivos municipios para que se pongan en marcha los objetivos planteados en esas instancias. -Ofreciendo a las personas asociadas y simpatizantes modelos de actuaciones y elementos para la coordinación de ceremonias civiles.

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