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Ante embajadores, el Papa lanzó un durísimo discurso contra Occidente

En un duro ataque contra el laicismo dominante en las sociedades de Occidente, el Papa esgrimió ayer fuertes argumentos tradicionalistas al denunciar que países que dan mucha importancia a la tolerancia y al pluralismo consideran marginal, extraña y hasta desestabilizadora a la religión.

En un largo discurso a los 178 embajadores y representantes de los países acreditados ante la Santa Sede, Benedicto XVI fue más contundente al acusar a Occidente de “amenazar” a la libertad religiosa marginalizándola en la sociedad . “Se tiende a considerarla como un factor sin importancia, extraño a la sociedad moderna o incluso desestabilizador, y se busca impedir su influencia en la vida social”.

Desde que ascendió al trono de San Pedro, en abril 2005, el Papa intensificó las campañas contra el relativismo y el laicismo que empujan a la indiferencia religiosa a millones de cristianos, basándose en la defensa de las libertades individuales.

El Papa hizo “un recorrido general” por “el mundo entero”. Recordó que en la Jornada de la Paz del 1 de enero dijo que “el camino fundamental para la construcción de la paz es la libertad religiosa”.

Pero ayer en sus juicios críticos contra los países occidentales, que son las sociedades del mundo que más respetan la pluralidad de las creencias religiosas, el tradicionalismo del Papa le hizo criticar con énfasis otras “manifestaciones de marginación”, especialmente de los cristianos. Por ejemplo, “el desterrar de la vida pública fiestas y símbolos religiosos como la exposición pública del crucifijo por respeto a los que pertenecen a otras religiones o no creen”.

Así se limita en realidad el derecho de los creyentes “a la pública expresión de la fe” y se cortan las raíces culturales y la cohesión social de muchas naciones, afirmó.

Entre las amenazas a la libertad religiosa el Papa incluyó a “algunos países” de América Latina, que no identificó, porque aprueban leyes “que crean un monopolio estatal” en las escuelas.

El pontífice afirmó que los gobiernos latinoamericanos deben promover sistemas educativos “que respeten el derecho de las familias a decidir la educación de sus hijos”. Recordó que muchos países de la América Latina celebran los doscientos años de su independencia. “Es una ocasión propicia para recordar la contribución de la Iglesia Católica en la formación de la identidad nacional”.

El Papa lanzó un garrotazo especial contra el gobierno socialista español, que el Vaticano considera prácticamente enemigo de la Iglesia. Benedicto visitará España por tercera vez en agosto, mientras que ha ido solo una vez en cinco años de pontificado a América Latina (Brasil). Sin dar nombres, dijo que hay países europeos que han impuesto “la participación en cursos de educación sexual o cívica que trasmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón”.

El vocero vaticano, padre Federico Lombardi, le aclaró a la agencia noticiosa EFE que “el Papa se refería de manera implícita a lo sucedido en España”, donde ya hubo protestas por la edición de manuales sobre sexualidad a los escolares y por una nueva materia de Educación para la Ciudadanía.

A Cuba el Papa le pidió “reforzar el diálogo” con la Iglesia , que va cada vez mejor y permitió liberar a numerosos presos políticos.

Benedicto XVI también miró a Oriente, donde el panorama es bastante trágico para los cristianos . Evocó los atentados mortales contra fieles en Irak y Egipto, reclamó la abolición de la ley contra la blasfemia en Pakistán y pidió salvar de la muerte a la campesina católica Asia Bibi, de 45 años, condenada por “haber insultado a Mahoma”.

El Papa concluyó al “reafirmar con fuerza que la religión no constituye un problema para la sociedad, no es un factor de perturbación o de conflicto”. La Iglesia “no busca privilegios” sino “cumplir con libertad” su misión.

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