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Ángel Munárriz: “El caldo de cultivo de Vox lo pone la jerarquía católica y brota del rouquismo”

MUNDO OBRERO: En tu libro afirmas que la Iglesia católica tiene hoy más garantizado el caudal de dinero público que durante el franquismo ¿Cómo es posible?
ÁNGEL MUNÁRRIZ:
 La traducción al lenguaje democrático del Concordato del 53, es decir los acuerdos de enero del 79, legitiman a la Iglesia una continuidad en sus privilegios, por eso tiene más garantizado hoy el caudal que entonces. La letra de esos acuerdos ha pasado ya por el Tribunal Supremo y por el Constitucional, lo que ha ido solidificando la idea de que el Estado le debe dinero a la Iglesia para su sostenimiento, eso no estaba escrito en el 79 y ni mucho menos venía escrito en la Constitución. Pero los acuerdos del 79 ni siquiera dicen que el Estado tenga la obligación de financiar la educación religiosa, la Constitución dice que los padres tienen el derecho de educar a sus hijos conforme a sus creencias, también que la educación obligatoria es gratuita, ¿por qué no se considera garantizado ese derecho con una asignatura opcional de religión? ¿por qué el desarrollo de ese derecho se convierte en la obligación del Estado de financiar toda una red privada?, es decir, la traducción de la letra de los acuerdos es mejor de lo que hubieran podido soñar incluso los firmantes de los acuerdos. La ley de mecenazgo de 2002, qué libera de todos los impuestos a la Iglesia Católica, va mucho más allá de lo que dicen los propios acuerdos, la sentencia del Constitucional que dice que es ilegal impedir la financiación pública de los colegios que segregan por sexo, va más allá de lo que se pudo calcular en su momento. Cuándo se crea el sistema de conciertos en el 85, la forma en la que la democracia pone en práctica las ideas del 79 van más allá de cualquier previsión optimista de los jerarcas de la Iglesia durante la Transición.

M.O.: Llama la atención en tu investigación, visto en perspectiva todo el proceso histórico de consolidación de la fortaleza financiera de la Iglesia, que precisamente hayan sido los gobiernos del PSOE los que hayan impulsado ciertos avances y consolidado privilegios.
A.M.:
 A Felipe González le pesa enormemente la cuestión religiosa de la II República, y en la ordenación del prioridades que hace no pone en discusión la relación entre la Iglesia y el Estado; a Zapatero le acobarda la revuelta de sotanas de Rouco Varela contra sus leyes educativas, la asignatura de educación para la ciudadanía, el aborto y el matrimonio igualitario y, paradójicamente, es con Zapatero cuándo se produce el giro definitivo en la financiación de la Iglesia al subir del 0,5 al 0,7 la asignación por cada casilla del IRPF. Pedro Sánchez no ha tenido oportunidad de empezar y ha fiado toda su estrategia de relación con la Iglesia a tratar de arrancarle facilidades para la exhumación de Franco, que ni siquiera he conseguido. Dicho lo cual, la Iglesia siempre ha estado y estará más cómoda con gobiernos de derechas, no por lo que formalmente consiga en forma de mejoras de financiación, sino por todo lo que le otorga poder e influencia, por ejemplo, las leyes educativas, como la LOMCE. En su relación con el poder la Iglesia es agua, no roca, llega a todas partes de una manera más sutil, con la derecha llega más lejos en la política, en la Universidad, en la judicatura, campos de desarrollo natural, independientemente de que el rastro en el BOE resulte más difícil de encontrar. Un ejemplo claro es comprobar qué comunidades autónomas le abren con mayor facilidad las puertas a las universidades privadas de la Iglesia Católica, Madrid, Murcia; qué autoridades le dan más facilidades para suelo educativo a las congregaciones católicas, las comunidades del PP. Claro que hiere mucho más al movimiento laicista la falta de cumplimiento de compromisos por parte del PSOE, pero es verdad que hay que ponerlas a contraluz, el resultado es que el PSOE ha ido legitimando cada vez esa relación. ¿Con qué moral el PSOE puede criticar que la Iglesia incumple los acuerdos del 79? Porque es la Iglesia la que no ha cumplido su parte del trato, que era avanzar hacia la autofinanciación, y María Teresa Fernández de la Vega nos cuenta que se avanzaba hacia la autofinanciación con un acuerdo qué les garantizaba más financiación pública de todos. Es un sinsentido, pero ha quedado atrapado en ese discurso. Una verdadera autofinanciación comenzaría en todo caso si cada cual que señale la X aportarse de su bolsillo, no que, como pasa ahora, unos ponen la X y todos ponemos del nuestro. El PSOE ha perdido trenes que ojalá vuelvan a pasar. Denunciar el incumplimiento de la Iglesia en cuanto a su autofinanciación y frenar, si no revertir, la expansión de la educación concertada católica son cuestiones urgentes.

M.O.: Sin embargo hay una vía de escape en la caracterización constitucional en negativo de nuestro Estado como “no confesional”, en vez de como Estado laico”. ¿Es posible avanzar en la separación entre Iglesia y Estado sin cambiar la Constitución?
A.M.:
 Y la Iglesia Católica aparece expresamente nombrada en el artículo 16, el mismo en el que se dice que ninguna religión tendrá carácter estatal. Pero es en el BOE donde se termina diciendo que España es un país mayoritariamente católico, otorgando una posición oficial semi-confesional al Estado. La Iglesia, en vez de responder a la secularización creciente intentando adaptar, afinar su mensaje, lo está haciendo con un cerramiento de sus espacios de influencia y poder. Por eso estimo que no es necesario un proceso constituyente y una constitución nueva para trazar una línea más clara de separación entre la Iglesia y el Estado, la parte crucial está en los acuerdos del 79 no en la Constitución y cabe impugnarlo políticamente, el periodismo y la academia pueden hacerlo, pero es necesaria una impugnación política.

M.O.: Dicen que ahorran dinero al Estado
A.M.:
 A pesar del retroceso de la espiritualidad de la sociedad española siguen vivos los mitos que esparce la Iglesia Católica, como que ahorra mucho dinero al Estado o que sin ella al Estado no le alcanzaría para realizar labores benéficas, consiguen transformar la externalización de los servicios públicos que alimenta la casilla de fines sociales en un ahorro público, se le asigna una parte nada despreciable de los cometidos que le son propios a un Estado social y democrático de derecho, y eso hay que desmentirlo, al igual que el mito de que las privatizaciones ahorran costes, cosa que no es cierta en absoluto, ni en el ámbito municipal, ni del agua, ni de la sanidad, ni de la educación, pero de la manera más burda la Iglesia manipula los datos, habla por ejemplo del coste por plaza de alumno, y asegura que es menor en la escuela concertada, ignorando la ubicación del centro educativo o que los alumnos con necesidades especiales cuenten con más recursos, ignorando una serie de factores que hacen que esa sea una cuenta trucada. Es urgente desmontar el discurso sobre los conciertos educativos y sanitarios y afrontar una revisión a fondo de los acuerdos con la Iglesia. Es evidente el proceso de secularización de la sociedad y la Iglesia, en vez de responder intentando adaptar, cambiar ,mejorar su mensaje, lo hace con un blindaje de sus espacio de influencia.

M.O.: ¿No te ha llamado la atención la ausencia de este debate en las elecciones generales?
A.M.:
 La Iglesia es la gran tapada en el debate público español, rara vez se da la cara. Tiene la capacidad de producir escándalos políticos, cuando lo más relevante no es el pronunciamiento concreto del obispo abiertamente homófobo que no sabe disimularlo, sino su capacidad de irradiación ideológica conservadora cuando no reaccionaria, influye decisivamente en debates como la eutanasia y el aborto, en la formación en determinados valores en la educación, en la educación sexual, vivimos en 2019 y no existe una formación científica y reglada sobre educación sexual, con la exposición a la pornografía que hay en la adolescencia,… su influencia es cualitativa, pero ellos siempre se lavan las manos, tiene un aparato mediático muy fuerte, está muy bien posicionada en los partidos políticos. Llama la atención que en la 100 medidas del programa de Vox no aparezca referencia a la Iglesia Católica, sino a la cultura occidental, ellos defienden medidas muy beneficiosas para la Iglesia, al igual que el PP, pero mencionándola muy poco, el PP en sus estatutos tiene reflejado que son un partido de inspiración cristiana, Vox no, Vox es un partido radicalmente neoliberal, con un modelo de disciplinamiento social de las capas populares y muy vinculado al éxito educativo de las élites. Todo esto se ve, en las Escuelas de Negocios, en el papel que tiene el Opus y la escuela concertada como cantera de líderes políticos y empresariales, con la ideología de un franquismo que una vez los falangistas y los monárquicos fueron apartados o retrocedieron, la única institución con la que mantiene una alianza es la Iglesia Católica, Rocío Monasterio tiene unas posiciones que son las de Rouco Varela, o a Teodoro García Egea diciendo que aquí ponemos el Belén, y al que no le guste, eso es jugar con fuego en un país como España, son posiciones de estilo Netanyahu.

M.O.: Estás hablando del nacional-catolicismo.
A.M.:
 Asistimos a un reverdecimiento del discurso simbólico de la Iglesia, de la condición religiosa asociada a la cuestión nacional, lo vemos en los países de Europa del Este, un reverdecer poco espiritual, muy político, que se ha producido en Estados Unidos, en Brasil y que llega, o vuelve, a España con un viraje nacional-católico del PP y con la llegada de un partido con el discurso en el la condición española y católica van íntimamente unidas, solamente hay una identidad española que es la identidad católica.

M.O.: En tu libro hablas de la relación del Opus o los Legionarios de Cristo con el Partido Popular, ¿qué hay de Vox?
A.M.:
 Otros compañeros han estudiado la relación de Vox con organizaciones integristas, y estos movimientos de nuevo tipo que, como los kikos, vienen a sustituir y a superar por elevación a lo que han sido los movimientos históricos congregacionistas españoles. La irradiación ideológica que hacen estos grupos sobre Vox es indiscutible, Vox es hijo de la eclosión de 2005/2006 contra las leyes de Zapatero, que saca a la calle a los obispos, ahí surge toda esa retórica sobre la ideología de género, el genocidio del aborto, el caldo de cultivo de Vox lo pone la jerarquía católica y brota del rouquismo, de ese irredentismo ideológico típico de la jerarquía católica española que estuvo en su salsa con Juan Pablo II, medio en su salsa con Benedicto XVI y con Francisco no concuerda, no porque Francisco sea ni mucho menos un revolucionario, sino porque la jerarquía católica española es antirreformista, y de detecta una simpatía de la jerarquía católica por estas organizaciones de la ultraderecha, hay un sector del Episcopado que ve en Vox una oportunidad de ganar influencia, los duros de Rouco comparten base ideológica con Vox.

M.O.: A la puerta de las elecciones municipales bien podría surgir el debate sobre el IBI, un impuesto que es fundamental para las arcas de los ayuntamientos y que sin embargo la Iglesia no paga, ni siquiera por los locales que están arrendados a negocios privados o directamente gestionados por organizaciones eclesiásticas para hacer dinero.
A.M.:
 Eso procede de una época de exenciones generalizadas a todo lo que los obispos pedían, estableciendo una inercia que nadie se ha atrevido a revertir, la Iglesia tiene muchas gateras por las que escaparse: en cuanto pone un bien en alquiler, por un artificio de la Ley de Mecenazgo, el problema es que la administración más beneficiada por el IBI, los ayuntamientos, no tiene las herramientas para modificar la ley. En este asunto estamos peor que Italia, y además ¿dónde están los liberales cuando se los necesita? Estamos hablando de que se compite en un mercado libre con una ventaja fiscal, tú tienes una panadería qué es propiedad de los padres píos y no pagas IBI, y enfrente hay otra panadería que es propiedad de una familia y sí lo paga, eso es un desequilibrio del mercado. Es bastante normal que la mayoría de los alcaldes no se metan en eso, los que lo han intentado, pasando el recibo han perdido en los tribunales. Los ayuntamientos en ocasiones han utilizado este asunto como elemento de propaganda. Hay que redefinir la relación económica de la Iglesia y el Estado sobre los principios de transparencia e independencia económica de la Iglesia, yo nunca voy a decir que el Estado no tiene que reparar la fachada de la catedral, lo que sí te quiero es que quiero saber cuánto ingresa por entrada y que pague los impuestos correspondientes.

M.O.: ¿Qué nos cuentas sobre el escándalo de las inmatriculaciones?
A.M.:
 Las inmatriculaciones han sido un escándalo de apropiación indebida. En Córdoba el Cabildo oculta los ingresos de la mezquita y lo computa cómo donación, generando ingresos opacos mientras es el dinero público el que se pone para las reparaciones o rehabilitaciones, mientras se quedan con el dinero de las entradas y no pagan impuestos. Esto es un esquema general de funcionamiento, que va desde la inmatriculación a la explotación económica e ideológica de los templos, muchas veces utilizados como arma de confrontación entre religiones como en el caso de Córdoba, dónde un bien como la Mezquita es utilizado por el obispo para su proyecto ideológico. Nadie puede negar que se oficie misa en una catedral, pero consiguen distraer el debate, parece que alguien quiere quitarles el derecho a ir a misa un domingo. No, lo que queremos es que se revise la titularidad, porque lo justo y razonable en un Estado aconfesional.

M.O.: Europa Laica aporta un dato demoledor, 11.000 millones de euros anuales de transferencia de dinero público del Estado hacia la Iglesia.
A.M.:
 Ese dato arracima todos los conceptos, subvenciones a ONGs católicas, la aportación directa vía IRPF, la aportación a los conciertos sanitarios y educativos, las exenciones fiscales, el sueldo de los profesores de religión, etc. Son muchos conceptos y muy distintos, pero en todo caso da una idea de la intimísima relación del Estado con la Iglesia, ese dato sobre todo habla del espacio que ocupa la Iglesia Católica en la prestación de servicios en España. La parte más importante de esa cantidad son los conciertos educativos. El debate se desvía tratando el papel de la asignatura de religión, les encanta hablar de eso mientras se consolida el gran foco de poder e influencia que son los conciertos. La ministra Cela amagó con eliminar el criterio de demanda social en la planificación educativa y el lobby de las asociaciones católicas de Padres amenazó con los tribunales, el arzobispo de Oviedo dijo que volvía la dictadura totalitaria, es decir se suman al discurso más tremendista posible cuándo se toca a la educación, ahí es cuando más saltan y le ves la lógica porque ahí está la mayor posición de poder que tiene la Iglesia católica en España.

M.O.: La Iglesia siempre recurre al discurso de la caridad para legitimar ideológicamente sus acciones.
A.M.:
 Estamos financiando con dinero público un foco de irradiación de ideología conservadora, consagrando, insertando en el tuétano de la función pública la idea de caridad, y creo que la Iglesia en general despliega una influencia en términos globales perniciosa. Aquí cada vez que abres la boca para cuestionar un privilegio de la Iglesia te tachan de rojo anticlerical, este libro es bastante factual, pero siempre consiguen que el debate se sitúe en términos de anticlericarismo.

M.O.: También naturalizan de esa forma la debilidad del estado social.
A.M.:
 La Iglesia necesita un estado social frágil para poder seguir siendo fuerte, mientras más privatizaciones haya, mientras peor funcionen los servicios públicos educativos, sanitarios o de servicios sociales, más posibilidades tiene la iglesia de plantear el discurso de la caridad. Claro que la pobreza es la razón de ser de la Iglesia, así lo dicen y así es, ya me contarás qué sería de la famosa obra caritativa de la Iglesia si el Estado cumpliera con sus obligaciones de garantía de los derechos sociales.

M.O.: Junto a las subvenciones, exenciones y conciertos, también hablas en el libro de los negocios e inversiones que la Iglesia tiene.
A.M.:
 Junto a la prestación de servicios está el negocio puro y duro que llevan de una manera muy discreta y es difícil fiscalizar. Nos enteramos muchas veces cuando estallan los escándalos, con la crisis de Abengoa supimos que el Cabildo de la Catedral de Córdoba tenía dinero en Abengoa en Estados Unidos, cuando estalló Gescartera supimos que Manos Unidas y otras ONGs tenían dinero metido allí, los Hermanos de SanJuan de Dios han tenido SICAVs propias, es decir, herramientas para una fiscalidad mínima, prácticas que conectan a la Iglesia con el capitalismo menos compasivo, y eso también forma parte de sus privilegios, la opacidad con la que se permite desarrollar su actividad mercantil.

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