Más de tres años lleva Héctor, del IES San Roque de Dos Torres (Córdoba), reclamando no solo sus derechos, sino los de sus compañeros, contra la confesionalidad imperante en su centro, de titularidad pública.
Héctor lleva todo ese tiempo batallando para que se eliminen los símbolos religiosos de las aulas y otros espacios del Instituto, y para que el obispo de Córdoba (Demetrio Fernández) deje de irrumpir en el centro, alterando los horarios para hacer proselitismo católico entre el alumnado fuera del horario de religión.
El equipo directivo del IES no le hace ningún caso. Es más, no apoyó un vídeo del joven para un concurso sobre derechos humanos promovido por el Defensor del Pueblo (véase el vídeo AQUÍ). En esa grabación reclamaba, precisamente, los derechos de los niños y niñas del mundo, que incluyen una educación laica en los centros de enseñanza.
La dirección del centro se remitió a una decisión del Consejo Escolar (también interpelado por el estudiante), que se atribuye la facultad de decidir la presencia o no de simbología religiosa, a pesar de que el Defensor del Pueblo Andaluz le manifestó que, al mantener los símbolos religiosos, el Consejo Escolar “se extralimitó de las competencias que le corresponden”.
Desde Andalucía Laica hemos apoyado a Héctor desde que hemos tenido conocimiento del caso, denunciando la situación ante el propio centro, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y el Defensor del Pueblo Andaluz. Argumentamos, con el joven, que los crucifijos u otros símbolos religiosos vulneran los derechos fundamentales de igualdad, libertad religiosa y aconfesionalidad del Estado recogidos en la Constitución Española, y, más específicamente, el Estatuto de Andalucía, según el cual “la enseñanza pública, conforme al carácter aconfesional del Estado, será laica”.
Héctor se mantiene firme en la defensa de que los centros educativos públicos sean espacios de libertad para todos, y agradece los apoyos recibidos en un vídeo reciente (Ver AQUÍ). En Andalucía Laica ensalzamos la valentía y perseverancia de este estudiante, y exigimos a las autoridades del centro y de la Junta de Andalucía que respondan positivamente a sus peticiones, eliminando la simbología religiosa de los espacios escolares e impidiendo actividades de proselitismo confesional incluso fuera de los tiempos y espacios establecidos para la impartición de religión. En definitiva, exigimos el máximo respeto a la libertad de conciencia del estudiantado, un derecho humano fundamental.
También publicado, al menos, en:
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Y en contra, los ultracatólicos:
