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Acoso a la asignatura de Religión en Cataluña

Crecen las denuncias por presiones en algunas escuelas para que los padres no escojan la materia

COMENTARIO: Cuando la discriminación habitual es que el alumnado que no recibe enseñanza religiosa, pierda el tiempo, no dicen nada, incumpliendo la más mínima función de la escuela, que es enseñar. Y ahora como no saben cómo justificar la reducción de alumnado en las clases de religión buscan la justificación en el laicismo.

La escuela está para enseñar, no para adoctrinar. Hacen bien los docentes que plantean esto a los padres y madres para que tomen conciencia de las verdaderas materias que son propias de la escuela. Después nadie les va a negar que vayan a la parroquia, al templo, la sinagoga, el ateneo o la mezquita para conocer las doctrinas que quieran. La escuela es un espacio de racionalidad, no de creencia, eso tiene otros ámbitos:


Primero fue el acoso al castellano y ahora le toca a la asignatura de Religión. Según ha podido saber este diario, en algunas escuelas e institutos públicos de Cataluña, los equipos directivos presionan a las familias para que sus hijos no escojan la asignatura advirtiéndoles de que si lo hacen «se perderán materias importantes del currículo».

Maestros de Religión consultados por ABC aseguran que en varios colegios «se hace competencia desleal a la asignatura», ya que coincidiendo con ella «colocan materias de peso como, por ejemplo, las Ciencias Sociales». «Ante eso, los padres optan por que sus hijos no reciban enseñanza religiosa», indica E. R. C., maestra en una escuela de Barcelona.

Otros centros con clara consigna laica, desoyen las peticiones de los padres que marcan la casilla de la asignatura en la preinscripción, que acaba por no impartirse. Este periódico ha podido contactar con algunas familias que han pasado por esta situación.

«La realidad es que si los padres no tienen muy claro que quieren que sus hijos cursen la materia, finalmente tiran la toalla», explica a ABC el maestro Joan Pastor de la escuela Pericot de Gerona.

«Deben reclamar» Ante esta situación, las familias tienen la opción de presentar una reclamación ante el departamento de Enseñanza de la Generalitat. «La consejería siempre responde y apoya a las familias, aunque muchos padres no denuncian por desconocimiento o por comodidad», afirma Pastor.

«En el momento en el que un padre presenta una reclamación de que en su colegio no imparten Religión pese a haberlo pedido, la Generalitat envía a un maestro porque sabe que es de obligada oferta», añade Joan Pastor.

Otra forma de hacer «contracampaña» a la asignatura es ofrecer a los alumnos como alternativa actividades de alto componente lúdico. Los maestros han denunciado ya ante las autoridades educativas esta situación. «Está claro que para un alumno elegir entre cursar Religión o jugar al ajedrez es fácil», apunta Joan Pastor, quien recuerda que el colectivo ya ha solicitado a Enseñanza que la alternativa a la clase de Religión sea también curricular. «No es justo que los colegios tengan carta blanca para impartir lo que quieran en nuestra hora», denuncia Pastor.

Algunas escuelas van más allá en su afán de boicotear la asignatura y hacen constar en las memorias del curso que «esta debería dejar de impartirse en horario lectivo». Este diario ha tenido acceso a la Memoria del curso (2010-2011) del Colegio Joaquim Vallmajó de Navata (Gerona). En el apartado 3.2 «Currículo y Cohesión social», el equipo deja constancia de esta reclamación.

Otra forma de discriminar la clase de Religión es ignorándola. Eso es lo que ocurre en algunos institutos de Gerona. «Cuando la dirección reúne a los padres para detallar el plan de asignaturas del curso nunca se menciona la de Religión. Es una manera de ningunearla», dice una de las madres que lleva a sus hijos a uno de estos centros.

Desde la Generalitat, afirman que no tienen constancia de esta situación. Confirman, asimismo, que todos los colegios e institutos deben ofertar obligatoriamente la asignatura e impartirla si las familias lo solicitan. «Si no lo hacen incurren claramente en una ilegalidad», añaden.

Algunas escuelas han sustituido la clase de Religión Católica por la de «Cultura de las Religiones», que, aunque no figura en el currículo, está teniendo muy buena acogida, especialmente en colegios con un alto componente de diversidad donde actúa como un eficaz elemento integrador.

En la actualidad, para dar clase de Religión en un centro público se requiere haber estudiado Magisterio, tener el nivel C de catalán y disponer del DEI (Declaración Eclesiástica de Idoneidad).

Menos alumnos

Según los últimos datos de Enseñanza, el curso 2010-2011 cursaron Religión Católica un total de 182.974 alumnos en la etapa de Educación Infantil, un 41,3% respecto del total de la matrícula (442.770 alumnos), mientras que un 58,5% no cursaron Religión y otro 0,2% se matricularon en otras religiones.

Por lo que respecta a Secundaria, de los 276.678 alumnos matriculados durante ese curso, 91.613 cursaron la materia (33,1%), frente a 184.750 que no la escogieron (66,8%) y un 0,1% (315) que eligieron otras religiones. En Bachillerato, la demanda sigue descendiendo. Solo un 20,5% de los 84.282 alumnos matriculados en esta etapa (17.301) cursa Religión Católica, frente a casi un 80% (66.936) que no la estudia.

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