El nuevo jefe del clero reabre el debate sobre los curas casados para cerrarlo nada más llegar a Roma
Con el celibato sacerdotal está pasando algo curioso en el Vaticano. Cada vez que se habla de él es para reiterar su validez y la solidez de la doctrina en este punto, pero entonces, ¿por qué vuelve a salir el tema? En el último año se ha discutido abiertamente de este delicado asunto al menos tres veces, sin contar el efecto del 'caso Milingo', el ex-arzobispo africano casado y excomulgado en septiembre: en el sínodo de octubre de 2005, en la cumbre de los jefes de dicasterio -los 'ministerios' del Vaticano- de hace dos semanas y de nuevo este fin de semana, en un episodio protagonizado por el cardenal brasileño Claudio Hummes. Él solito ha abierto y cerrado el debate en 48 horas.
El hasta ahora arzobispo de Sao Paulo dio una entrevista a un diario local antes de estrenarse como prefecto de la Congregación para el Clero, es decir, el órgano que precisamente orienta la disciplina de los sacerdotes. En ella decía frases impactantes, sobre todo viniendo de alguien que estaba a punto de salir para Roma a ocupar ese cargo: «El celibato no es un dogma, sino una norma disciplinar»; «La Iglesia no es una institución inmóvil, sabe cambiar cuando es necesario»; «No es una decisión fácil que se pueda tomar de modo repentino, la Iglesia deberá discutir y discutir». Eso fue el sábado, la noticia llegó anteayer a Italia y ayer estaba en todas las primeras páginas como el posible inicio de un cambio histórico. Que el celibato no es un dogma sino una tradición lo sabe todo el mundo, pero decirlo así… Cabía la posibilidad de una ingenuidad con la prensa, pero en cualquier caso Hummes llegaba ayer al aeropuerto de Fiumicino y allí le esperaba una nube de periodistas para que lo aclarara.
Hummes, franciscano de 72 años y 'papable' en el cónclave, quitó hierro al asunto nada más pisar tierra. Poco después la Santa Sede difundió una nota firmada por él «a propósito de los ecos suscitados por la entrevista» que ponía las cosas en su sitio. «Tal cuestión no está en el orden del día de las autoridades eclesiásticas», decía tras recordar que «siempre ha estado claro» que el celibato es una norma disciplinaria y no un dogma. En fin, haya sido un movimiento estudiado, un malentendido o que le han dado un toque, una cosa es cierta: en el Vaticano no hay nada que decir sobre el celibato, pero se sigue hablando mucho de ello.
