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A la calle por no predicar el mensaje de Jesús

Carla García es una de las responsables de Inti-Raymi, una de las asociaciones juveniles con más peso en el barrio sevillano de San José Obrero, que une a cientos de  jóvenes de diferentes edades, de entre 8 a 17 años, y con culturas distintas, como la árabe o la china. “La labor que realiza este grupo scout es independiente y lucha para que los más jóvenes construyan un mundo mejor con valores basados en el respeto a la convivencia y el medio ambiente”, afirma.

Ahora, tras 45 años de trabajo, el grupo scout se ha visto obligado a abandonar las instalaciones que tenían cedidas por la parroquia. La razón, según el párroco, Abilio León, es “no predicar el mensaje de Jesús”. “No podían seguir ocupando un lugar sagrado si en sus estatutos no están declarados como asociación confesional”, afirma a andalucesdiario.es. El espacio, de tan solo 30 metros cuadrados, será cedido al grupo de Cáritas del barrio de Santa Justa, según ha destacado el párroco.

La labor encomiable de esta organización no solo se reduce al ámbito de la zona. Carla, que entró con 13 años en esta asociación autogestionaria y aconfesional, señala que llegan niños de centros de menores tutelados de la Junta de Andalucía y de familias con muy pocos recursos. En el grupo se mezcla la tradición multicultural con niños de distinta procedencia y religiones. Su lema es libre y se declaran independientes de cualquier institución que los intente doblegar. Carla rememora cada uno de los chavales con los que ha trabajado cada semana de forma desinteresada.

A la memoria le vienen historias como la de F., un chico de un centro de menores, que hoy es ya mayor de edad y ha seguido su actividad en otro grupo de scouts. “Cuando llegó al grupo no sabía hablar bien. Tenía más facilidad imitando el sonido de algunos animales. Había pasado demasiado tiempo aislado durante su infancia”, cuenta. El caso actual de un chico musulmán es también singular. A sus 13 años sus raíces no son las mismas que las de sus compañeros. Su padre es marroquí y su madre española. Carla destaca que “ha decidido este año hacer la comunión cristiana” aunque “no olvida otras costumbres islámicas como la práctica del Ramadán”.

No habían tenido ningún problema en estos 45 años. Sin embargo, la Parroquia San José Obrero marcó en sus estatutos, creados por este nuevo párroco, la necesidad de definirse como grupo religioso. “Si no son confesionales, no pueden estar en la parroquia”, insiste. La placa que reza con su nombre y oxidada por el paso de tantos años de trabajo, será retirada esta semana del lugar.

Abilio León llegó como párroco hace un año y medio al barrio y destaca la “falta de estructuración que había en esta iglesia”. Tras la muerte del padre Víctor, trajo consigo un cambio estructural completo. Entre ellos, retirar de las instalaciones a aquellos grupos que no sean religiosos. “Si mañana cambian sus principios y acuden a las acciones con el resto del conjunto parroquial serán acogidos. Mientras tanto tendrán que buscar otro sitio”, afirma.

“ES INJUSTO QUE LOS ECHEN”

Durante el mes de julio, los responsables de Inti-Raymi intentaron llegar a un acuerdo para compartir el espacio con Cáritas, una asociación sustentada con fondos del Arzobispado de Sevilla. Sin embargo, la respuesta del párroco fue tajante en este aspecto. “No podemos mezclar niños y personas indigentes que se acercan a esta organización religiosa”, destaca. El padre Abilio hace referencia a enfermos de VIH que han sido atendidos en alguna ocasión por Cáritas en este espacio de 30 metros cuadrados, cedidos anteriormente a los scouts. Considera que “habría que fumigar antes la habitación para evitar problemas con los niños”.

Los vecinos se muestran muy satisfechos con el trabajo realizado por este grupo durante más de 45 años. “Es injusto que los echen de la zona. Ayudaban a muchos jóvenes del barrio y la casa parroquia tiene muchos salones vacíos durante todo el día”, asegura una de las vecinas de la zona. La fe cristiana prima por encima de la labor humanitaria. El párroco de San José Obrero ha sentenciado que se trata de una decisión firme. “Solo espero que si cambian un día de opinión puedan volver a nuestro seno”.

La campaña de donaciones para la remodelación de este reducido espacio ya ha comenzado dentro de la parroquia. “En la anterior campaña sacamos 71.000 euros para arreglar la parte de la iglesia”, asegura el padre Abilio. Solo espera que la ayuda de los fieles del barrio le permita llevar a cabo una nueva obra para mejorar las condiciones de esta sala. “La reestructuración de la sacristía y este espacio saldría por unos 35.000 euros”, señala. Mientras tanto, el grupo scout se ve forzado a trasladarse a un espacio cedido por el distrito San Pablo al otro lado de las vías del tren. Carla afirma que “muchos niños no podrán acudir a las actividades. Estaba al lado de sus casas y ahora tienen que cruzar el tren”. A la espera de nuevas respuestas, las únicas subvenciones, concedidas por el Ayuntamiento, se limitan a distribución de material. 500 euros anuales que permiten a los miembros de Inti-Raimy seguir con su actividad independiente, fuera de ideologías obligadas.

scout Sevilla

Placa del grupo en la puerta del local.

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