Comunicado de la FIDA anre el caso del belén en el Instituto de Mijas
El escrito que la federación de asociaciones de padres católicos ha dirigido al Delegado de la Consejería de Educación en Málaga, pidiendo el cese de la directora y atacándola de forma intolerable, refleja la postura inquisitorial y demagógica de que vienen haciendo gala últimamente las organizaciones católicas en su lucha feroz contra el principio constitucional del laicismo.
La petición expresa de reclamar su cese como directora "por irrespetuosa, por inculta, por intolerante, por fundamentalista atea y por no tener las actitudes y conocimientos que se requieren para el puesto de director de un centro de enseñanza", expone bien a las claras que estos individuos actúan desde la arrogancia, el fanatismo y el exclusivismo confesional, olvidando que las actividades de contenido religioso, cualesquiera que sean, no pueden tener legítimamente cabida en un centro de enseñanza pública, por definición destinado a formar ciudadanos libres y capaces de usar la razón y la crítica.
Por otra parte, su exhortación a limitar el contacto de la directora con los alumnos nos recuerda la vieja y conocida táctica de la criminalización, del apartheid y de la reducción al ghetto, como apestados, de cuantos disentimos con los contenidos mitológicos de su fe.
Por todo ello, queremos hacer público nuestro apoyo y solidaridad con la directora del centro, así como rechazar enérgicamente la petición de su cese por el motivo en cuestión. Bajo la excusa de que un “belén” constituye simplemente una inofensiva “tradición navideña”, vemos cómo se transmiten y se perpetúan los mitos constitutivos de una neurosis colectiva que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a la humanidad.
Esta vez, ha ido a la basura un simple montaje de cartón. Confesamos nuestro deseo de que pronto le acompañen a ese mismo destino también los acuerdos anticonstitucionales con el Vaticano, la financiación abierta o enmascarada a la Iglesia católica por parte de nuestros gobiernos, la enseñanza de los dogmas religiosos en las escuelas, la moral hipócrita del catolicismo, los símbolos confesionales en los edificios públicos, las constantes insolencias de los obispos, la injerencia en la política y en la vida social de la curia, y, en definitiva, el fundamentalismo de ésta y de cualquier otra visión religiosa contra la ciencia, el derecho, la educación laica y la libertad de conciencia.
A la basura con todo ello. Cuanto antes.
Francisco Miñarro
Coordinador FIdA
