Un colegio católico de Santiago del Estero hizo desfilar a sus estudiantes de primaria con el pañuelo celeste que identifica a quienes se oponen a la legalización del aborto.
La Iglesia tomó nota del tsunami verde que azota el país luchando por la legalización del aborto y decidió salir con los tapones de punta para impedir su aprobación en el Senado.
En la localidad santiagueña de Suncho Corral, el Colegio San Miguel de Arcángel realizó un desfile por el 9 de Julio a paso militar con los pañuelos celestes colgando de los cuellos de sus estudiantes de primaria.
La Iglesia utiliza sus trincheras en el ámbito educativo para adoctrinar a los jóvenes. Vale recordar que las escuelas que administra la Iglesia reciben enormes sumas en concepto de subsidios para la educación privada por parte del Estado. El ejemplo de Santiago del Estero ratifica la urgente necesidad de la separación de la Iglesia del Estado. El hecho empalma con la política de los sectores clericales para redoblar la presión sobre el Senado con objeto de impedir la aprobación del proyecto de ley de la interrupción voluntaria del embarazo.
Bajo el lema de “Salvemos las 2 vidas”, los directivos católicos del colegio, celebraron el desfile de los estudiantes. La noticia tuvo el visto bueno del dirigente neonazi Alejandro Biondini, quien saludó la “ola celeste” en su cuenta de Twitter.
“En el día de la Patria, deseamos manifestar nuestra firme defensa a la Vida, desde la Concepción”, escribieron en la cuenta de Facebook del colegio santiagueño, acompañado de fotos y videos del desfile antiaborto. Resulta hipócrita cuando es conocido que numerosos establecimientos educativos católicos persiguen y sancionan a sus estudiantes que visten el pañuelo verde.
En las misas celebradas en Tucumán y La Plata, la Iglesia aprovechó las ocasiones para presionar sobre el parlamento nacional e incluso le pidió a Macri que, de conseguirse su aprobación, vetase la ley del aborto. El clero sabe que, para obstaculizar la ampliación de derechos, cuenta con el acuerdo de referentes del Gobierno como Michetti. También hay dirigentes de la oposición que se oponen a la legalización de este derecho elemental de las mujeres y los cuerpos gestantes a decidir sobre su propio cuerpo.
