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La Universidad de Zaragoza se desvincula de la formación de profesores de Religión

Ha anunciado que no renovará el convenio de colaboración con el Arzobispado para facilitar la obtención del certificado DECA, un título en el que se matriculan 800 alumnos al año.

La Universidad de Zaragoza ha decidido no prorrogar el convenio que mantenía desde 2012 con el Arzobispado de Zaragoza, en virtud del cual se facilitaba la obtención de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA).

Este título, de entrada, es el exigido por la Conferencia Episcopal Española a todos los profesores que quieren dar clase de Religión (tanto en un centro educativo privado con ideario católico, como concertado o público), ya que avala la capacidad del docente para impartir esta asignatura.

Pero en la práctica, es una certificación que requieren la mayoría de los colegios religiosos y concertados a sus profesores, independientemente de la materia que enseñen.

Esta realidad ha hecho que desde 2012, fecha en la que la Universidad de Zaragoza firmó el acuerdo con el Arzobispado para ofrecer a los estudiantes de Educación Infantil y Primaria la formación pertinente para obtener esta titulación, el número de alumnos interesados en ella haya ido en aumento, pasando de los casi 300 matriculados ese año a los cerca de 800 que se inscriben anualmente en la actualidad.

Criterio de empleabilidad

La razón de este incremento hay que buscarla en un criterio de empleabilidad: según los datos más recientes, el 60% de los alumnos que cursan Magisterio en la Universidad de Zaragoza –tanto de Infantil como de Primaria– se matriculan en las asignaturas que permiten la obtención de la DECA, de cara a mejorar sus posibilidades de acceso al mercado laboral.

Desde la Universidad de Zaragoza se explicó ayer que la decisión de no prorrogar el acuerdo se ha tomado ahora porque el convenio de colaboración con el Arzobispado finaliza el próximo 31 de agosto, había que revisarlo y la Universidad ha considerado conveniente no renovarlo.

Esta medida fue comunicada por carta la semana pasada al arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, quien a su vez contestó el lunes, también por carta, al rector, José Antonio Mayoral.

Fuentes del Arzobispado explicaron ayer que en la misiva, el arzobispo aceptó la decisión de la institución académica, pero lamentó que no se mantuviera el convenio, ya que considera que los resultados han sido “muy positivos” para ambas instituciones, aseguraron estas fuentes.

La Universidad explicó, por su parte, que la no renovación del acuerdo con el Arzobispado se traducirá en que la institución académica dejará de hacer las gestiones que el campus público realizaba para facilitar la obtención de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica.

Estas gestiones se concretaban en que la matrícula se hacía en la Universidad, a un coste muy asumible para los estudiantes (a precio de crédito universitario), se ayudaba en la confección de los horarios y el título DECA llevaba el marchamo de la Universidad de Zaragoza.

De las cuatro asignaturas exigidas para la obtención de esta certificación, integradas en el módulo de Teología Católica, solo una de ellas (Pedagogía y Didáctica de la Religión Católica) está incluida en el plan de estudios de Magisterio y se imparte en aulas de la Facultad. Las otras tres –Religión, Cultura y Valores; Mensaje Cristiano y la Iglesia, los Sacramentos y la Moral– se impartían en espacios ajenos a la Universidad, pero próximos al campus de San Francisco. La formación la dan profesores enviados por el Arzobispado y el título lo expide también el Arzobispado.

Un acuerdo controvertido

Además de la Universidad y el Arzobispado también se pronunciaron ayer las asociaciones de estudiantes universitarios y otros colectivos contrarios a prorrogar este acuerdo. Estos 16 grupos, que el pasado mes de abril solicitaron al rector la denuncia del convenio de colaboración, aplaudieron la decisión tomada por la Universidad.

Estos colectivos se han manifestado en los últimos años en contra de un convenio de colaboración que, en su opinión, no es pertinente para una universidad pública.

El origen de un polémico acuerdo

La Universidad de Zaragoza decidió la semana pasada no prorrogar el convenio con el Arzobispado para facilitar la obtención de la DECA y, de hecho, este título ha desaparecido ya de la oferta de cursos propios de la Universidad.

La colaboración comenzó en 2012 cuando tras la implantación del Plan Bolonia, solo una de las cuatro materias exigidas se mantuvo dentro de la oferta de asignaturas optativas de cuarto curso de Magisterio de Educación Infantil y Primaria y otras tres quedaron fuera del plan de estudios.

A raíz de ese cambio, comenzaron las gestiones para poder impartirlas en el ámbito universitario a través de un convenio.

La Conferencia Episcopal Española exige la obtención de este certificado para dar clases de Religión. Para obtenerlo hay que estar en posesión del título de Maestro de Educación Infantil o Primaria, además de estar bautizado.

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